Texto publicado por Jorge García Leal
Hablando de verdades...
Iniciaré con la palabra ¡Bueenas! la cual identifica a todos los mensajes que aparecen en mi bandeja de entrada en el correo electrónico y que me pone mi muy amiga Gory...
Se que hace tiempo ya que no publico en la red, ni tampoco pongo comentarios a las publicaciones que hacen mis amigos y el resto de los usuarios de BW, si bien me he convertido en el testigo invisible, no he dejado de admirar las proezas que día a día hacen todos a pesar de la discapacidad visual... es en realidad el motorcito que me mueve. Quizá por eso os extrañe ver hoy una publi de un servidor.
Hay varias razones para hacerlo hoy... La primera es que estoy en Querétaro y para matar el tiempo acudí a la biblioteca pública de esta ciudad y me encontré con un ordenador habilitado con el programa de Jaws. Así que la casualidad me permitió navegar por la red y después de estar visitando varias publicaciones decidí entrarle.
Llevo fuera de Acapulco casi tres semanas pero no cargué con la computadora porque, como maldición, en la víspera de salir, ¡falló! ¿Entonces, para que cargar con el ordenador moribundo? Ligero de equipaje me dirijí a la ciudad de Guadalajara en donde había diseñado y programado un curso taller titulado: "Cómo ayudar a una persona ciega", con la colaboración de cuatro ponentes más que hicieron equipo conmigo, o más bien debería decir que yo hice equipo con ellos porque los cuatro en cuestión son personas con amplia experiencia en la educación especial para personas con discapacidad visual. Dicho curso se dirigió a personas videntes profesionales de la educación (maestros, bibliotecarios, estudiantes de licenciatura) y cualquier otro profesional que quisiera participar de esta experiencia no solo académica teórica, sino práctica. Para ello se diseñaron conferencias y destrezas mediante talleres que les permitieron vivir, al menos de manera simulada con un antifaz, la experiencia de ser personas con discapacidad visual pretendiendo, lograr al menos, que se pusieran en nuestros zapatos.
Bien, pues este curso taller se impartió los días 20, 21 y 22 de abril en la Biblioteca Pública Juan José Arreola, en el área de tiflotecnia de la U. D. G., en la ciudad de Guadalajara.
De los cinco maestros (incluyendome), cuatro somos ciegos, con lo que rompimos el paradigma de que "un ciego no puede guiar a otro ciego".
No se si por la calidad de mis compañeros o porque en realidad tocamos fibras sensibles en los asistentes videntes, el curso taller fue todo un éxito.
Me permito recordarles que la palabra discapacidad viene del latín y está compuesta por el prefijo "dis" que significa "separar", y la palabra "capere" que quiere decir "dar cabida". De tal manera que cuando una sociedad no "da cabida", ¡La discapacitada es la sociedad!
Esta es la razón, si se me permite dar una explicación, del por qué he estado alejado de la red... no es nada en contra de nadie. Simplemente he tenido otros caminos por andar en este plano terrenal.
En fin después de este preámbulo (algo prolijo) para incorporarme a la actividad de publicar, vayamos al mehoyo de la misma: "hablando de verdades"...
Desde que perdí el órgano visual uno de los personajes que se convirtió en mi héroe fue Luis Braille... ¿Imagino que no preciso decir por qué? Resulta obvio, ¿No?
Confieso que el Hombre Araña que ocupó durante muchos años la primicia de héroe en mi vida, fue fácilmente sustituido por este personaje que abrió literalmente los ojos a todos los ciegos de este mundo.
Todos conocemos la historia... un chico completamente sin discapacidad a la edad de tres años, jugando con las herramientas cortantes del padre en su taller, se lesiona uno de los ojos provocando su vaciamiento... (hasta aquí la discapacidad de Luis es parcial pues el ojo contralateral no se lesionó y por lo tanto era funcional). La historia continúa informandonos, mal por cierto, que al poco tiempo una infección en el ojo contralateral terminó por mermar la función visual de Luis y como no había antibióticos en ese tiempo (las sulfas y la penicilina se descubrieron en el Siglo XX), quedó ciego total. Lo que sigue no es tema de esta falsa verdad, por lo que no viene al caso continuar con la misma.
En la historia de la humanidad han permeado verdades que tiempo después resultaron ser errores garrafales. Solo por recordar, me referiré a la peste negra o muerte negra que acabó con un tercio de la población europea en el Siglo XIV. Esta se atribuía a miasmas y castigos divinos. Nada más falso que lo anterior, claro que con el conocimiento se supo que la enfermedad era transmitida por el piquete de la pulga, la cual se transportaba en las ropas de los comerciantes o en las ratas, tan frecuentes en las ciudades de esa época. Mas adelante se identificó el agente causal de tal enfermedad: Yersinia pestis.
Copérnico y Galileo quienes fueron perseguidos por la Inquisición por aseverar que la tierra giraba en rededor del sol, son otro ejemplo y que apenas en el Siglo XX el papa Juan Pablo II ofreció una disculpa pública postmorten a estos científicos antepasados.
Volviendo al tema que nos ocupa: en la antigüedad los traumas oculares unilaterales que solían suceder durante las guerras y que terminaban en el vaciamiento del ojo, al poco tiempo irremediablemente el ojo contralateral se veía afectado terminando por perder su función... a esta condición patológica se le conoció en el pasado como "oftalmitis simpática". Lo de oftalmitis era en referencia de un proceso inflamatorio en el ojo contralateral sano hasta ese momento y lo de simpática era porque por simpatía se enfermaba dicho ojo. No te rías, se que te parece infantil, pero ese tipo de pensamiento reinaba en la edad media.
Más recientemente cuando el microscopio y los científicos de esa época demostraron el mundo invisible para nuestros ojos de los microorganismos, se explicaron las infecciones (precisamente fue en el tiempo en que vivió Luis Braille) y de ahí la creencia de que a nuestro personaje le afectó el ojo sano contralateral una infección por esos microorganismos invisibles al órgano ocular humano.
En nuestra época cuando se empezó a describir el funcionamiento del sistema inmunológico de nuestro organismo y que repuntó cuando aparece la enfermedad del Siglo XX: el temible SIDA, se amplió el conocimiento.
Hoy sabemos que nuestro aparato inmune nos defiende de los microorganismos patógenos al igual que de células y tejidos extraños, así como de las sustancias protéicas, tóxicas o no, que son antígenos. Obviamente no ataca a las células y proteínas propias y eso es por la inmunotolerancia la cual se forma desde el desarrollo embrionario.
Toda célula o sustancia protéica que esté en este periodo de desarrollo en contacto con el aparato inmune, será reconocida como propia. No así, sin embargo, sucederá con las células o proteínas que al formarse lo hagan aisladamente o en otra etapa de la vida extrauterina.
Dos ejemplos citaré de esta condición especial... primero las células espermáticas al formarse en los conductos seminíferos de los testículos, lo hacen durante la pubertad, por tal motivo no existe, obviamente, registro de ellas. Los espermatozoides nunca se ponen en contacto con el sistema inmunológico durante la vida del individuo, si esto llegara a suceder, se formarían inmunoglobulinas (anticuerpos) antiespermatozoides y el resultado sería una autoinmunidad.
El segundo ejemplo es el globo ocular. Durante el desarrollo embrionario el ojo formado por tres capas que de afuera hacia adentro son: la esclerótica que en su porción anterior está constituida por un tejido transparente que es la córnea, la coroides y la retina. En su interior se desarrollan estructuras que están aisladas del sistema inmunológico, a saber: el humor vítreo, el cristalino y el iris.
Explicado lo anterior podemos entender realmente lo que sucedió con Luis Braille… el trauma ocular permitió que estas estructuras internas del ojo dañado se pusieran en contacto con el aparato inmune y se desarrolló autoinmunidad que después de un tiempo afectó al ojo contralateral sano.
Cuando se comprendió este mecanismo se modificó el manejo de este tipo de trauma ocular… ahora ante un ojo estallado se realiza una evisceración (remover el humor vítreo, el cristalino y el iris), dejando únicamente la capa externa (esclerótica) en donde se alojará en el futuro la prótesis. Este procedimiento debe realizarse con urgencia después del trauma ocular para evitar la respuesta autoinmune que lleve a la oftalmitis simpática.
Bien pues ahí tienen la verdadera explicación de lo sucedido a este personaje tan importante para nuestro colectivo… probablemente pueda parecer poco o nada interesante, pero después de tener 200 años de haber existido en el planeta, creí pertinente hacer la aclaración. Quizá algún día se cambie la historia… ¿Por qué no?