Texto publicado por Azucena
Simplemente realidad
En los laberintos de mi soledad, se encuentra el más sentido pesar, de mi corazón cuando late sólo porque tiene que trabajar; él sabe que la vida es un constante cambio, que a conciencia sobre vive para vivir, y en los pequeños y grandiosos momentos de energía vital, se encuentra el verdadero sentido del continuar en el fragmento terrenal
desde hace instantes atrás, te estuve buscando, quería hablarte, y ya se me hacía raro que no te pudiera localizar, hasta que me surgió la brillante idea de saludar a aquella amistad en común, la cual era sumamente querida por ti, que digo querida, amada por todo tu Ser, que en determinado momento lo sospeché, pero no me atreví a inmiscuirme en tus asuntos sentimentales, y únicamente me limitaba a que me compartieras sólo lo que tu quisieras... tu sencillez, tus consejos de amigo, tus palabras buen humoradas, tu enseñanza, y claro, esa intensidad en aquellos versos escritos donde se reflejaba el gran amor que habitaba en el espacio más recóndito de tu corazón, sentimientos dedicados a una mujer que no prestaba suficiente atención en ello, pero que sin ella pensarlo, te proporcionaba la más hermosa felicidad. Y verdaderamente me alegró mucho saber que al final de todo, le pudiste hablar de ese amor, y después de toda la travesía te llegó la paz
Aún recuerdo aquella broma que le hiciste a la señora dueña de aquel un lugar de alimentos, en la que nos cambiaste los nombres reales, por unos ficticios de tipo celebridad, y lo gracioso era que tal información no era creída del todo, tanto que la mujer quiso investigar dicha veracidad en distintas ocasiones con diferentes personas... aún recuerdo tu sonrisa cuando lo mencionábamos.-
y de pronto la noticia me asalta, me han dicho que te has ido, que tu cuerpo yace muerto, que aquí tu existencia ha concluido; ha sido una noticia que me traspasa en lo más profundo de mi ser, y me pregunto porqué, ¿por qué no me pude despedir? darte mis más sinceras gracias por todo, que nunca olvidaré tu calidad humana; ahora deseo con todo mi corazón que tu espíritu la esté pasando genial, que si en esas otras dimensiones no existen estos términos, o palabras que se refieran a un bienestar, desde mi lugar en la tierra, te deseo feliz descanso, y si otra vida existe, me gustaría que tu espíritu, fuera uno de los espíritus con quienes me gustaría volverme a encontrar, aunque fuese en otros cuerpos, y otras formas de vida; ¡gracias gracias gracias por todos esos buenos momentos que me compartiste!