Texto publicado por Brenda Stéfani

La impresión de una rosa roja.

iba por la independencia, caminaba después d mucho tiempo por las calles más céntricas de mi ciudad. Bueno, no eran las principales pero si era una calle por la que antes había sido mi ruta habitual.
El día era el segundo día más corto del año y el segundo del invierno también.
22 de marzo, pero no es eso lo que quería contar, decía que Iba por la independencia recordando justamente hace cuanto tiempo que no pasaba por ahí.
-Mira, por ahí está el principito, el colegio y claro que era tu camino si acá antes era el centro de ciegos.
-Todavía me acuerdo de ese lugar, pero de verdad no tengo mucha idea de donde estoy.
-Bueno por acá es la radio Santa Elena, verdad que me dijiste que querías trabajar ahí?
-Si, claro que te dije, si en cualquier lugar quiero trabajar si yo quería foguearme no más y después entrar a lo que me gusta y me salga como tal. La tele es complicada y se me nota, seguro que si.
-Si, era como cuando empezaste a cantar, la mirada hacia arriba, el ceño fruncido y moviendo las manos con gesto rápido y corto.
-Bueno pero es lo que me sale cuando estoy nerviosa, en mi voz por lo menos no se nota y además fue el primer programa.
-Ya sé y yo luego no dije nada, solo que te explicaba no más, como me pediste que te diga lo que veo...Mirá un poco, ahí hay una rosa roja, carmesí casi que de verdad me gustaría mostrarte, mirá un poco que linda que es... Le pedimos que nos deje que la toques?
-Pero mamá no va a querer
-Claro que si, si que va a querer.
-Bueno, está bien.
con paso rápido nos acercamos al hostal que al menos eso a mi parecer era lo que era y en la recepción una mujer mayor abre la puerta.
-Señora, quiero pedirle un favor, mire me deja acercarme a su rosa? Es que quiero que mi hija la palpe, ella quiere saber como es.
Gesto de duda, casi no hablaba.
-Pero... eh... Eh...
-Si, señora solo quiero que ella la toque porque...
-Pero su hija qué tiene.
-Es que ella no ve.
Silencio, duda.
Está bien.
Recelosa nos acompaña hasta la rosa roja en un rosal y extiendo la mano para a penas tocarla dulcemente con la yema de mis dedos.
Es muy hermosa, atino a decir. Eran las primeras palabras que me salían de la boca.
-Y no ve nada? Preguntó la mujer.
-Nada de nada respondió mamá y yo riéndome, -No veo nada le dije.
-Y como se maneja.
-Ella estudió y...
En resúmenes le contó lo que hice, a donde fui y lo que hago.
-Ella es locutora, y conductora de TV, inició su primer programa el sábado.
-Yo la conozco, me dice su nombre?
Stéfani es? Ella es cantante?
-Si señora.
-Y seguís en la música?
-Bueno lo dejé un tiempo por los estudios pero pienso volver.
-Pero como camina sola?
-Si, a ver mostrale como caminás.
Todo esto lo hice sin protestar.
Llega su nieta con auriculares y pasa de largo, no se da cuenta de nada hasta que la mujer la llama.
-Hola eh, tanto tiempo, -Que bien, yo la conocía, Que bueno que estás estudiando. -Si, si genial, un gusto verte, vamos que bien que estás.
Todo rápido porque nos vamos retirando hacia la salida.
-Perdónenme por mi descortesía, es que la mayoría de la gente que llega viene para pelearme mi rosa y yo no quiero arrancarla, perdonen por ser así.
-Si señora la entiendo, yo solo quería que mi hija supiera como es esta rosa que parece terciopelo.
-Ningún problema, vengan cuando quieran, cuídense y gracias por venir.
-Hasta luego y gracias otra vez.
Y así seguimos caminando por las desniveladas y muchas veces agujereadas y resbalosas veredas de Encarnación city.

Una persona que nunca estuvo en contacto con otra con discapacidad.
Una persona que es más empática de lo que esperamos y reacciona como muchas veces no esperamos.
Una persona que trata de imaginar como se vería o sentiría en tu lugar.
Una persona que intenta cambiar su perspectiva, un choque frontal contra otra realidad lejana a la suya.
Déjeme ver la rosa con mis manos, deje que sienta que el rojo está en mis dedos, deje que me llegue el aroma, conózcame y vea que el mundo se puede sentir de otra manera, la rosa es más que el color, es todo lo que es, así como la cara que vemos no es solo imagen, es sonido, olfato, gusto y tacto. Presta atención a todo lo que te rodea y persivirás lo tangible y amplio que es lo que se puede apreciar con todos los sentidos.
-Ahora entiendo porqué se manejaba con cautela, porqué tenía miedo y aveces me pongo a pensar, como reaccionaría yo si viera bien y tuviera a alguien ciego frente a mí que hace lo mismo que yo sin poder ver, sería alucinante y me preguntaría como hace?
Pero no vayamos lejos, cómo sería tener yo ciega frente a mí a una persona que no escuche, reaccionaríamos diferente?

La impresión de una rosa roja.
Brenda Stéfani
miércoles 22/06/2016