Texto publicado por Brenda Stéfani
Carta al odio
Lunes: 15 de agosto de 2016
Querido odio:
Perdón, odiado odio:
sé que en tu vida nunca habrás pensado recibir algo así pero es que tengo muchas cosas para decirte, en primer lugar, estoy harta de negar tu existencia como si no hubieras venido para ocupar un lugar en mi mente y en mi corazón que nunca quise darte y lo peor es que tengo que callarme para no herir a nadie más.
A ver como te explico que me tiene hasta lo que no tengo de cansada escuchar tu nombre por las cuestiones más tontas y pequeñas por ejemplo: Odio este frío, odio salir de noche, odio esta comida, le odio a morir...
No sé porqué te tienen esa manía si no tienen idea de lo que es sentirte de verdad, con furia, con intensidad, con ira y todos los componentes que logran el sentimiento que sos.
No tenés ni la más mínima idea de cuantas ganas tengo de insultarte, de maldecirte, de escupirte en la cara y borrarte esa sonrisa de un plumazo, como deseo odiarte, pero eso es hacerte feliz.
Tengo que decirte que desde que te siento no he vuelto a ser la misma persona, mi corazón está apagado y aveces en mi mente hay confusión y ansiedad, tengo que decirte que sos despreciable, que la rabia que siento cuando te siento es algo indescriptible, la verdad es que me gustaría perdonar, me gustaría borrarlo todo y así también matar tu existencia,
creeme que lo intenté, que ignorarte fue fácil al principio y creí que así te olvidaría, que reemplazándote con otras actividades podría hacerte a un lado y eliminarte por fin de mi vida pero resulta que lo estoy haciendo todo mal y no sé qué otra cosa puedo hacer para que desaparezcas de una vez por todas y me dejes en paz.
Resulta que sos demasiado fuerte y todos los esfuerzos que hago yo para detenerte me consumen, solo el que sintió el amor de verdad puede describir lo que es sentirte a vos, sos como el pero al revés, el amor te hace sentir felicidad, alegría, euforia y hasta lujuria según que tipo de amor sea, pero sabes, del amor mucho se habla, de vos nadie dice nada porque todos te tenemos en silencio, disimulamos porque no queremos quedar como malas personas cuando muchas veces si estás ahí es con justa razón, tu existencia no puede ser en vano y eso de dar la otra mejilla, te digo con sinceridad que cuando estás arengándome y dándome más motivos para rabiar, es cuando menos ganas tengo de perdonar.
Odio, el odio, eso es algo que en la mayoría de los casos se siente más cuando estás a solas, no es que uno se pone a gritar con orgullo cuanto odia a una persona x como si estuvieras feliz y a punto de casarte, el odio se vive como si estuvieras en una cueva, en un lugar oscuro y frío donde se escuchan los zumbidos de tu mente que trabaja a mil por hora pensando y meditando la mejor manera de hacerle sentir cuanta repulsión te da esa persona,cuanta aversión te causa
el simple hecho de que lo nombren y si se te acercan los recuerdos, te dan ganas de utilizar tus más crueles instintos para acabar con esa ira que te envenena lenta pero calvez de manera irreversible.
Lo que al odio más le gusta es que el daño es para vos porque la persona a a quien se dirige casi nunca te va a corresponder y en muchos casos hasta ignora todo ese manojo de sentimientos que te invaden y así logra su cometido más perverso, destruirte.
Odio, no se porqué me molestas tanto, quizá porque muchas veces aparecés después de que el amor y el cariño se hayan debilitado por causa de tu mayor aliada, la mentira, que habilidosa compañera la tuya, increíbles son sus artilugios para hacernos quedar como tontos a los que caemos en ese pozo y nos damos cuenta de que todo era una cortina de humo nada más.
Cortina de humo como son las personas que son objeto de la creación de tu sentimiento, me gustaría llamarte de otra forma como si fueras un ser y no algo abstracto y quisiera resumir estas palabras pero no puedo y aunque no te importe saber lo que me pasa, te lo digo, sos lo más destructivo que invadió mi vida hasta hoy y ya no te soporto, siento lo mismo que se siente con el enamoramiento pero en vez de querer abrazar y demás, te dan esas irrefrenables ganas de golpear y ver sufrir hasta que no dé más y tenga que pedir perdón mil veces hasta que se quiten por descarga las ganas de destruirlo.
Mira cuanta maldad en un frasco, cuanto rencor, cuanto resentimiento, si tan solo hubiera una manera de hacerte desaparecer sin que tenga que sacrificarme y buscar explicaciones de cosas que sinceramente ya no me importan.
Te detesto tanto, odio sentirte pero si odio sentirte se duplica tu tamaño y no veo manera de vencerte.
Lo más triste de todo es que no me queda remedio más que soportarte hasta que decidas por tu propia cuenta irte de aquí, sos una visita molesta y no hay espacio para vos en mi corazón pero aún así te aprovechás y me absorbés y te llevás todo lo que más quiero contaminándolo como manchas en las plantas.
Solo te escribo esta carta para decirte lo mal que me hace tenerte y lo mucho que deseo que te alejes de mí.
Atentamente:
Brenda Stéfani