Texto publicado por francisco osuna arcos
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Francia prohibe los platos, vasos, tazas y cubiertos de plástico
El pasado 30 de agosto el Gobierno francés aprobó un decreto mediante el cual queda prohibida la venta y distribución gratuita de útiles desechables fabricados con plástico a partir del año 2020. Con el objetivo de reducir el consumo de energía y desperdicio de la industria procesadora de plástico, además de la contaminación causada por los plásticos desechados,Francia se convierte en el primer país en prohibir los platos, vasos, tazas y cubiertos de plástico.
Estos productos deberán ser fabricados en un 50% con sustancias biodegradables procedentes de materias orgánicas, como el almidón o la fécula de patata. Y a partir del 2025, ese porcentaje será del 60%. No habrá platos, vasos, tazas ni cubiertos hechos íntegramente con plástico ni en las estanterías de los comercios ni en las máquinas de expendedoras.
Según esta normativa, a partir del 1 de enero de 2010, los vasos, platos, tazas y cubiertos de plástico que ahora se venden o se entregan de forma gratuita para el consumo de bebidas y alimentos sean producidos total o parcialmente con materiales biológicos y utilizables para la fabricación de compost.
Cuando entre en vigor el veto, ni particulares ni empresas podrán distribuir, usar, vender u ofrecer de manera gratuita vasos y platos de plásticos salvo que estén realizados a partir de materiales orgánicos. Quedarán afectados tanto los establecimientos de restauración (restaurantes tradicionales, de comida rápida, etc), como los de venta de bebidas y otros comestibles (panaderías, pastelerías, tiendas de alimentación, etc).
Según el estudio "Plásticos en los océanos. Datos, comparativas e impactos", publicado por Greenpeace, los cubiertos de plástico tardan 400 años en desaparecer y los vasos entre 65 y 75, lo que los hace objetos altamente contaminantes. Las botellas de plástico y el hilo de pesca encabezan la lista con 500 y 600 años respectivamente.
Con estos datos en mente, no es de extrañar que las organizaciones ecologistas aplaudan la iniciativa del Gobierno francés y confíen en que sirva de ejemplo para que otros países tomen medidas al respecto. Tampoco sorprende la rápida respuesta del sector de fabricantes de empaques europeos que considera que esta decisión viola las normas de la Unión Europea en lo que al libre movimiento de los bienes respecta y no está dispuesto a aceptarlo.