Texto publicado por la licenciada San Miguel

¡Hola, amigos! Os tengo que contar una anécdota de la cuál se cumplen dos años hoy mismo.
Estaba yo muy contenta, porque estaba estudiando un curso de administración en Madrid, y había sacado un 10 en el primer módulo, que era sobre orientación al mercado laboral.
Por la tarde, me fui al grupo de jóvenes de la ONCE, y fue allí donde conocí a los que ahora siguen siendo mis amigos, y ese día celebrábamos el cumpleaños de Lucía Esteso, una de las compañeras. Ella trajo cosas para merendar, y una tarta. Cuando llego a casa y miro el whattsapp, veo que una amiga mía me pone:"Julio ha muerto". Y Julio fue el director de la coral Allegro de la ONCE de Valencia, de la cuál os he hablado más de una vez. Pues él fue de las pocas personas que condideraba que los ciegos se pueden comunicar a través de la música, y que nos podemos expresar, ya que en la sociedad actual nadie cree que los ciegos se pueden expresar, pero, él siempre fue una persona muy activa, dirigió cuatro coros y era profesor de la universidad de Valencia, y formaba a futuros profesores de música de escuelas infantiles y primarias.
Mañana recordaré cuando esa madrugada vomité la cena que me había tomado al llegar a casa, que fueron 20 croquetas, y el concierto que tuve con el orfeón Fermín Gurbindo de Madrid, coro de la ONCE al cuál pertenecí en mi época como estudiante en Madrid. Y claro, mis compañeros del orfeón ya conocían a Julio de verlo en las bienales de música de la ONCE, y me preguntaron por él, dándome el pésame.
El año pasado nos juntamos todos los coros que fueron dirigidos por él para hacerle un homenaje en el Palau de la Música de Valencia. ¡Siempre lo recordaré con cariño!