Texto publicado por Irene Azuaje
El Braille en América Latina, Balance y Perspectivas:
E. Elissalde (Presidente de la ULAC)
“En un determinado momento me imaginé que esta reunión que hoy estamos teniendo aquí en 1999, podría haber sido hecha entre 1854 y 1900, aquí mismo, en Buenos Aires, con la presencia de J. Álvarez de Acevedo de Brasil, quien había estado en Francia, de donde trajo el sistema braille para su país y América Latina, también andaría por allí el mexicano Ignacio Trigueros, legislador, que por 1870 trajo a su México el sistema braille, al crearse la Escuela Nacional de Ciegos; me imaginé a un par de españoles, como iban a faltar a esta cita don Lorenzo y González, ese ilustre gallego maestro que trajo el braille a la república Argentina; y como no íbamos a recordar a Antonio Segura y Escolano que en Cuba, hacia 1878, también trajo el sistema braille. Cada uno como pudo, se las ingeniaron para que ingresara en sus países el sistema braille y con ello, el futuro para nosotros, las personas ciegas. Luis Braille y todos los que introdujeron el sistema a nuestro continente, no son nuestros benefactores, son los que nos vinieron a traer nuestra liberación, llamémoslos libertadores porque trajeron a las personas ciegas la libertad que sólo da la palabra y el manejo del idioma y la expresión que podemos hacer a través del sistema braille...
El sistema braille, nuestra herramienta de integración, esa herramienta tan formidable que viene del siglo pasado, se da el lujo de entroncarse con las nuevas y modernas tecnologías, y allí está el sistema braille, más vital, más poderoso, más esplendoroso y más esperanzador que nunca, peleando a brazo partido con la informática. Y el braille sigue allí, nos sigue abriendo esa puerta maravillosa que es la informática y que es Internet. Todo eso está en nuestras manos, y de ahí nuestro doble privilegio: de estar en esta reunión y de poder hacer algo, no sólo por nosotros, sino por nuestra sociedad, toda la sociedad, porque en una sociedad en donde las personas con discapacidad ocupen su lugar, será una sociedad más justa, más libre y más honesta”.
“Me voy a referir a hechos que tienen su fundamento y su razón de ser siempre y cuando estemos absolutamente convencidos de que el sistema braille es la identidad de la persona ciega, es nuestra identidad frente a otras personas con discapacidad, es la identidad frente a nosotros mismos, -aceptarnos como ciegos pasa por el braille-, esa conciencia colectiva entonces no de gueto, y de serrarnos, sino para integrarnos, para conocer que pasó, que puede pasar, que queremos, es lo que tiene que estar presente. Y en el caso de nuestra América Latina, lo primero que nosotros debemos tener muy claro es que no se nos ha regalado el sistema braille. En América Latina lo hemos conquistado, lo estamos conquistando, lo seguiremos conquistando.
Primero fue el braille, después la educación de las personas ciegas, y luego, todo derivando del braille, esa llave mágica, las organizaciones de ciegos. En aquellos países donde el braille llegó primero –Brasil, Argentina y México-, continuaron durante el siglo XX siendo las claves en nuestra América Latina del desarrollo del sistema braille y las experiencias que van de México a Argentina, que pasan por Brasil y que van incorporando luego a otros centros como Colombia y Uruguay, hace que tengamos una tradición de 100 años de braille donde se destacan logros a nivel de editoriales que suministraron libros a toda la región y a la península ibérica. Tradición que no se detiene, sino que de 1975 a nuestros días, nos incorporamos con nuevas formas de producir braille, de diagramar braille, de enmaquetar braille, de presentar libros, al mismo tiempo que ingresábamos en el área de las nuevas tecnologías. En Argentina, Domingo Faustino Sarmiento fue uno de los primeros que habló del braille, en uno de sus viajes a Europa, y también antes de eso, el propio Sarmiento cuando estuvo exiliado en Chile, (1849) habló de la educación especial de los ciegos.
Existen monumentos a Luis Braille en Argentina, Brasil, México y Venezuela. También en Argentina hay calles con el nombre de Luis Braille y no sólo en la capital, sino en Córdoba, Tucumán y Rosario. También en Argentina, hay legislación referida a la Editora Nacional Braille en cuanto a la publicación y distribución de sus impresos, también es interesante que en la constitución de 1996 de Buenos Aires, se incluye a pedido expreso de los convencionales, que el sistema braille se imprima en las facturas de agua, luz o cualquier impuesto.
En nuestra América Latina hay algunos países donde se ha utilizado la mano de obra que supone la persona presa para copiar al braille. Eso se ve en Argentina, en varios lugares, no sólo en Buenos Aires, en Brasil, en Venezuela y en Uruguay.
Hay himnos a Luis Braille en Argentina, Brasil, Ecuador y en Venezuela”.
Conferencia Iberoamericana del Braille
14 al 17 de septiembre de 1999