Texto publicado por Primavera
Beneficios de disculparse sinceramente
Las palabras “lo siento” en muchas ocasiones resultan muy difíciles de pronunciar, pues ello conlleva un reconocimiento de un error. Errar es de sabios, pero pedir perdón es de valientes.
Cuando herimos a un ser querido y vemos reflejado su sufrimiento como consecuencia de nuestra acción nos resulta terrible admitir que esa realidad la hemos creado nosotros. Nuestra pareja, amigo o familiar está pasando por un mal trago y hemos sido nosotros. ¿Por qué herimos a aquellos que más nos quieren? ¿Qué nos pasa?.
Si tenemos esos sentimientos tras realizar una “mala” acción es que lo sentimos, y si esta es nuestra realidad ahora, deberíamos de disculparnos. Investigadores y psicólogos han señalado el porqué es necesario disculparse cuando una norma social ha sido violada.
A continuación enumeraremos 4 razónes más importantes.
• Cuando te disculpas estás admitiendo que aquello que hiciste no está bien y no se ajusta a las reglas sociales. Por tanto estás admitiendo que aceptas estas reglas y que eres conocedor de ellas. Esto ayuda a los demás a saber que ha sido un error y que no te identificas con esa mala acción, lo que les hace sentir más seguros.
• Le devuelves la dignidad a los afectados. Les reafirmas que las consecuencias que están viviendo no son el resultado de sus acciones sino de las tuyas. Esto les hace sentir mejor y les sirve para no auto-inculparse por algo que no han hecho.
• Cuando pides perdón estás restableciendo la comunicación con la persona afectada y esto consigue que pueda alcanzarse una reconciliación.
• Una disculpa sincera deja a los demás entrever que no estás orgulloso de esa acción y que tu intención será no repetirla de nuevo. Esto ayudará a los que te rodean a conocerte mejor y no centrarse en los errores cometidos sino a darte una nueva oportunidad.
Tras un gran error nos invade un sentimiento de inseguridad y de culpabilidad. Es en ese momento en el que aparece la duda: me disculpo o “dejo que corran las aguas y se calmen por sí mismas”. Es obvio que no hay mal que cien años dure, como bien nos ha enseñado el refranero, pero, ¿qué podemos obtener tras disculparnos?.
El remordimiento y la vergüenza que podemos llegar a sentir tras las “malas” acciones puede llevarnos a una serio debilitamiento de nuestra salud, tanto física como psíquica. Al disculparnos los sentimientos de culpa y auto-reproche desaparecen devolviéndonos la tranquilidad a través del reconocimiento de nuestra responsabilidad.
A través de las disculpas puedes demostrarle a los demás que son importantes para ti y que te preocupas por ellos. El hecho de saber que alguien se preocupa por lo que sientes y por quién eres es muy reconfortante, te hace saber que no estás solo y por tanto te aporta seguridad.
A lo largo de tu vida habrá muchas personas que pasarán y otras se quedarán. Los intereses cambian y muchas veces las amistades o las parejas han de separarse, pero todas te dejan una huella y tú decides con quién quieres permanecer. No dejes que un error te aparte de alguien a quien consideras valioso. Disculparte puede ayudarte a restablecer las relaciones interpersonales.
Finalmente, uno de los mayores beneficios que hay es el de la evolución personal. Reconociendo aquello que haces mal y con lo que no te identificas te ayudará a reafirmar tu personalidad y definirte tal y como tú quieres llegar a ser. Los errores forman parte de la maduración personal y la aceptación de la responsabilidad es un gran aprendizaje vital.