Texto publicado por TTS Fer
Pero como siempre,fue un sueño
Como muchas otras veces, me hayaba en aquella escuela municipal de cuarta donde finjo que estudio. Muchas veces estoy acogotado por el profesor de programación, y otras sin fuerzas ni para seguir las clases de inglés.
Como en otras oportunidades, se mezclaron la gente, los ambientes. Esta vez apareció Evelyn Fregocini, mi actual y cercana profesora de canto, quien eso mismo me daba en aquella escuela, como si canto fuera parte de la carrera. ¿No fue genial?
Como otras veces, aquel mediodía había ido a almorzar a uno de mis restaurantes favoritos y variados con mi mamá y el espíritu de mi abuela materna. Sí, muchas veces su espíritu me toca, me besa, me habla, me dice cuanto me quiere y me ama, sale a comer conmigo como en vida (y hasta disfruta de la comida) me abraza sin brazos, me besa sin boca, pero todo casi igual a cuando mi abuela me hacía aquello en vida. De pasada estaba en casa de mi otra abuela, pues decidí fugarme de lo que actualmente se conoce como "mi casa",que por cierto no lo es. Porque si algo es mío, debe ser totalmente mío, no parcialmente, si no siento que aún mío no es.
Entonces, estaba un rato cantando con mi profe, practicando aquello de cantar con la boca más avierta, como fieles espectadores a Ezequiel y un par de compañeras, algo acogotado pues se venía unexamen de programación para el cuál, obviamente, no estaba preparado.
Fue así como en un momento Evelyn me invitó a un helado de frutilla (se dispuso a combidarme) que estaría por comprar para ella. En eso que estaba llendo a comprar el helado, manía que tengo casi todos los santos días que voy con plata, en la calle me espera... alguien que no lo puedo creer.
Sí, Jime estaba ahí, expléndida en su ropa bien ajustada, pelo largo y suelto como cuando la conocí, una sonrisa bastante avierta, una mirada que indicaba que no estaba nada mal entre los dos. Me quedé en Shock pero claro, no tenía tiempo que perder. Hablamos, qué hacía acá, cómo me pasó a buscar de repente ahora, si vamos a comer algo, si bla bla bla. Me sorprendió bastante amable y cariñosa, me explicó, y así pude deducir, que ella pasaría a buscarme o se dispondría a salir conmigo siempre que yo estuviera quedándome en casa de mi abuela. No desde mi casa. Si yo iba en colectivo desde allá a encontrarme con ella, podría no llegar y hasta dejarme cruelmente tirado en la calle, a riesgos de perderme, cómo no, y si la llamaba para que viniera, mucho menos querría venir. En cambio si todo era desde la casa de mi abuela ella incluso podría aparecer de sorpresa. Me costó creerlo, asimilarlo. Fue tanto tiempo de llorar, no entender nada, angustiarme, descargar con otras mujeres de todo menos amor, sólo porque no la podía superar. Vamos, y resulta que apartir de entonces parece que tendré la solución en las manos para tenerla diariamente conmigo.
Pero claro, ahora que estoy despierto y pienso esto, es un disgusto más que me llevo, pues todo, incluso aquel encuentro en el que recuerdo que llamé a Pepe mintiéndole con que tenía una hora más ahí estudiando y volvería a mi propia casa esa noche, lo que era mentira pues estaba al aire libre con Jime pasándola de lo lindo, comprendí que todo fue un sueño más, y no tiene nada que ver dónde esté yo, ella jamás venrá por mí, y si lo hace será el día del arquero. Pero claro, ese día no existe...