Texto publicado por Brenda Stéfani

Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 7 años.

De mí, pa ti.

Quiero escribir algo que muestre bien lo que siento, algo súper guaus
pero seguro que no me sale.
me gusta escribir y me expreso mejor así que hablando, pero por tu culpa estoy acostumbrándome más a no escribir.
Bueno es que por lejos supera el cara a cara, el estar en persona y eso me deja un poco oxidada de la facilidad que tenía antes de escribir, falta de práctica se llama y me pasó porque estar en persona es más espontáneo, más cálido y es otro level el que tiene mirarse a los ojos, tocarse las manos y hablar.
Hay tantas cosas buenas que uno puede aprender cuando se extraña, en vez de verlo como un sufrimiento, a mí siempre me pareció un sentimiento agradable y feliz. Ya sé que muchos me van a decir: "¡Qué loca estás, como vas a decir eso!" pero yo pienso así.
Cuando uno siente la ausencia del otro, es cuando se pone a pensar en todas las cosas que parecen cotidianas y que en el momento en que no está esa persona se extrañan, sea una palabra que siempre dice, una acción, una forma de mirarte, de reírse o el hecho de saber que está ahí, en donde mismo estás.
A mí me gusta extrañar, la sensación de estar fuera de la rutina y valorar mejor todas las virtudes de el susodicho o la susodicha a quien se tiene en mente, sobre todo en estos casos, es algo que me parece demasiado genial.
Cuando extraño, no suelo sentirme triste y eso debe ser porque siempre me tocó alejarme de personas que quiero.
Mi mamá me dijo una vez, cuando quieras recordarnos y te pongas triste, pensá en las cosas buenas que te podemos decir si estamos ahí y se te pasa, creo que esa fue una lección de vida de las mejores, con eso aprendí también a verle el lado bueno a lo malo entre otras cosas que ahora no vienen al caso.
Lo cierto es que ahora que estás lejos de mí, siento cosas que no imaginé sentir, como pega fuerte la presencia de una persona buena en la vida pienso y me acuerdo de cosas pequeñas y tontas, como en el tumulto, pisarte los pies.
No, esa es una frase de Silvio! Bueno, tenía que decirlo no? (guiño)
Recuerdo algo tan normal pero que no lo es en realidad, como tu mano en mi espalda cuando hay un camino difícil y tengo que esquivar algo, como tu descripción de lo que ves aunque esté dormida, como esa forma tuya de plaguear cuando me golpeo porque soy una bruta de miércoles y termino fija golpeándome con la punta de una mesa o una silla en el camino que no tuve tiempo de frenar por apurada.
Y esa forma de decir mi nombre, Brendis, y no es que sea raro, todo el mundo me puede llamar así pero solo a vos te sale diferente.
Quiero decirte muchas cosas pero contigo un abrazo dice mucho más de lo que te pueda escribir, que no es necesario esconder lo que se siente, que todavía se puede ser honesto y confiar en el otro y tanto, tanto, tanto.
Yo sé que podemos no estar de acuerdo en muchas cosas pero entre nos, siempre el respeto es lo primero, que el cariño que se siente día a día es algo que no se agota ni tiene porqué cansar.
El amor de verdad no es el que empieza siendo fuerte y se debilita, si no el que nace como una planta, como una semilla que va creciendo y se hace más grande al paso del tiempo (Hay que regar también la planta para que no se muera, aunque seguro conmigo no crece ni el poroto en algodón que te dejan de tarea en la escuela, jajajaja). Bueno, era un paréntesis para que te rías y para que te dés cuenta de que hasta en eso nos parecemos, si o si tenemos que cortar la melaza y reírnos un rato de algo aunque sea una boludez.
Contigo me gustaría tener un amor de árbol y dar mucha frescura, tener hojas verdes y ramas muy grandes para poder abrazar, ser fuerte para resistir el viento frío y dar buena sombra en verano.
Para que veas que cosas me pongo a escribir ahora que te extraño y ves, al menos algo lindo me tiene que salir.
Contigo no hay poesía, no hay dramas, no hay escenas, contigo siempre hay soluciones, hay calma, hay diversión y eso me hace sentir tanta tranquilidad, tranquilidad que por mucho tiempo me faltó y que al fin puedo tener.
Somos complemento pero sin depender exageradamente el uno del otro y esa libertad que me diste, es un regalo tan valioso para mí, porque no necesito nada más.
Me enseñaste a ver mis virtudes y darme cuenta de cuantas cosas puedo hacer sin necesitar de nadie más que de mí misma
Por eso puedo decir con gusto que extrañar es bueno y ahora es mucho mejor.

Brenda Stéfani.

de míiii, pa tíiii.