Texto publicado por Ana López
El valor de las palabras
Un sabio maestro estaba dando una charla sobre el poder sagrado de la palabra ante un numeroso grupo, mostrándoles la gran influencia que puede tener en nuestra vida y en las de los demás. De repente, un hombre que estaba en la sala se levantó e increpó al orador: ''Todo lo que usted está contándonos no tiene ningún valor'' El maestro lo escuchó con respeto pero, sin que nadie pudiese sospecharlo, de pronto le respondió airado: ''¡Cállese y siéntese!''. El aludido reaccionó soltando todo tipo de insultos y a punto estuvo de llegar a las manos.
En lugar de enfurecerse, el sabio se dirigió de nuevo al señor y le dijo: '' Perdóneme por haberle tratado así, sé que le he ofendido''. El rostro del interpelado cambió en pocos segundos y éstas fueron sus palabras: ''Acepto sus disculpas y reconozco que he sido yo quien ha provocado esta pelea. Respeto su opinión''. El maestro sonrió y explicó sus razones: ''Sepa que he actuado así por un motivo. Solo quería mostrar claramente el poder de las palabras. Con unas pocas lo enfadé y con otras, lo calmé''. Por ellos, antes de hablar hemos de pensar que las palabras dejan huella, pueden influir positiva y negativamente. Calmemonos y hablemos solo cuando estemos en paz.