Texto publicado por TTS Fer
Acogotador, acogotado.
Cuando tenía 18 años ingresé por primera vez a la UTN (Universidad Tecnológica nacional) a estudiar la tecnicatura en programación.
Me preguntaba alguna gente, si no estaba nervioso, si no tenía miedo. Yo me creía mucho, todo un gran programador, presumía de haber aprendido un par de lenguajes de programación, y desde luego, demostraba una seguridad y una determinación inusuales en un cegatucho mitómano, inserbible y maloliente que terminó la secundaria con materias regaladas.
Todo ello, por supuesto, era mentira. Era una gran mentira que yo mismo me hice en aquella cabeza hueca que nuestro bendito señor me dio.
Al principio de todo me inicié en un curso introductorio. Una materia se denominaba "ser universitario en la UTN". La profesora no me agradaba. Era una materia que trataba de dar algunas orientaciones para los que estudiaban por primera vez una carrera, algunas técnicas de estudio y qué se yo que más. Por supuesto, alumno ovendiente, prestaba atención a esas clases, aburriéndome, volando hacia otro universo volando mentalmente, lamentando con desagrado las palabrotas y el bocabulario barriobajero que utilizaba esa profezorra para expresarse.
Desde luego, esa supuesta atención era mentira. Solo contaba los segundos, los minutos y las 4 horas de todo un día para salir de ahí y volver a mi casa. Recuerdo que de alguna forma leyendo algúun apunte pasé el respectivo examen, recuperándolo.
En programación tenía a un profesor originario de Córdoba. Presumía en frente suyo ser un genio de la computadora, me creía superior a mis potenciales compañeros, pues sabía que muchos de ellos ni siquiera disponían de una computadora, por lo cuál debían trabajar a mano.
Por supuesto, y en consecuencia, la mitomanía me fue saliendo cara, y hoy la pago a un precio tan caro, tan caro, que si lo transformáramos a dinero real, aún lo sigo pagando.
Ellos empezaban a programar en C++. Comenzaron viendo algo conocido como "pilas", consistía, para no hablar en chino y japonés, en una serie de datos ingresados por teclado o cargados por el programador de forma semejante, para visualizarse a algo más cotidiano,a una pila de cartas, o una pila de plato. Esos datos se apilan y se desapilan. Desde luego, llegaron muchísimos ejercicios que pasaban de apilar o desapilar números pares e impartes, ordenar pilas de menor a mayor número, ya que se trabajaba con números por el momento, y un largo etcétera.
Lejos estaba de sospechar que ese solo era el comienzo de una tortura lógica, matemática y china. Que solo era la simplificación de un tema aún más complejo que se vería en el siguiente cuatrimestre del año y por tanto nadiee del curso sabría lo que es una variable, una constante, cómo armar una función, mucho menos cómo armar un arreglo de estructuras. Tampoco sabía lo que pienso ahora, que el lenguaje C es realmente muy combinado, y si bien hacen muy bien las universidades en enseñarlo para la programación profesional, no es el lenguaje más apropiado para novatos y principiantes. Gentes que a penas saben del concepto de un lenguaje de programación. Gente que incluso no sabe manejar una computadora y, vaya a saberse por qué, pretende estudiar esta tecnicatura.
además, haviendo comenzado el curso introductorio tuve que cursar inglés. no prestaba atención, no hacía una sola actividad, yo no existía. Me creía, con mi mitomanía habitual, que era un máster en el idioma. Jugando sucio, logré pasar su respectivo examen de forma que no tuve que entrar a inglés durante la cursada, manejando en realidad y con mucha discrecióm un complemento para traducir instantáneamente mediante Internet, a través de mi lector de pantalla. Consecuentemente, aquella jugada sucia, aquella mitomanía me pasó factura, aunque no fue nada grabe, pues de alguna manera y ahora fuera de mi habitual mitomanía sí, sabía inglés, pero tenía mis bocabulario y mis conocimientos que mejorar.
El año pasado, ya sin Internet a la escuela que voy ahora, tuve que cursar inglés durante todo el año, ya que no me permitían las equivalencias. Es decir, aprobé en la UTN como todo un máster quien engañó muy bien a la profezorra, pero eso no significaba que me librara de cursarla en este nido de ratas donde estudio ahora.
Así, sin Internet, solita la máscara se me fue quitando y cuando quedaba trabado, cuando la profezorra hablaba un inglés en parte impecable y en parte muy cerrado, hacía todo un esfuerzo auditivo por entenderle, pues cuando oía perfectamente entendía muchísimo mejor, me quedaba dudando, bloqueado, frenado. Lo que desconcertó a Ezequiel, mi tutor, siendo que supuestamente aprobé en la UTN. La máscara ya estaba sacada, mi carita de "me hice el boludo y jugué sucio" quedó al descubierto, lo que probocó alarma.Pero sin hacerme mucho problema, me puse a buscar soluciones para seguir haciendo de las mías, sin necesidad de Internet, y hasta hoy aunque ciertos sueños que tengo hablan por mi conciencia y me dicen que no estoy haciendo bien, así me mantengo, a tal punto que no asisto a clases de inglés, lo que discretamente me da la preciosa oportunidad de hacer de las mías para los trabajos que tenga que entregar.
El creerme que era todo un programador no dejó de pasarme factura, entonces. Fue no entender un carajo. Fue desenmascararme y admitir que era mentira, que solo leía y leía, creyendo que entendía, pero en realidad era algo que yo aún no me daba cuenta. Leía como un robot, sin comprender, sin entender, y sin ser capaz de escribir 3 líneas de código como corresponde. Si bien fui aprendiendo como pude, no dejaba de copiar y pegar, algo que una vez me di cuenta mucho después, ahora no lo hago más.
La entrada a esta escuela municipal fue una pesadilla. Estaba la profesora de álgebra y el profesor de análisis matemático en el curso introductorio que tuve que hacer en 2015. Yo era el bloqueo, la careta sacada, la cara de boludín descubierta y el cagazo en persona. Recién cuando Ezequiel llegó a mi vida, con su corazón enorme, su carisma y lo más importante, su profesionalidad, ese año empezaron a cambiar las cosas. Él de alguna manera me hizo ver y darme cuenta de muchísimas cosas y aprender muchas otras.
Allá en la UTN, un señor llamado Pablo, primeramente coordinador de la carrera, muy buen profesor de programación y gran persona, fue la persona que mejor me calló ahí dentro. También estaba Susana, la profezorra de matemáticas que, aunque terminó desesperada, pero meneando hasta los huesos de la desesperación por no saber qué más intentar para que yo entendiera algo, tenía un corazón enorme y era más humana que máquina, algo muy infrecuente en aquellos seres que poblaban esas universidades.
Ezequiel una vez me preguntó, por cierto tema que estudiábamos, qué recursos hay en la UTN. Y mi respuesta fue, "computadoras". Sí, claro, pero... ¡qué! ¡Recursos humanos también hay!
Cuando me di cuenta, no podía dejar de reírme, ya que en efecto, la mayoría de recursos humanos que tenía, era gente plástica, con corazones binarios y cerebros que trabajaban a una velocidad superior que el mío.
En esta escuela, acá no voy a mentir. Hace dos años hice amigas y amigos, incluso logré integrarme con ellos y quedar en algunas juntadas. Hoy no me interesa nadie, ni compañeros ni profezorros ni profezorras. Al único que siempre voy a adorar por tanto que hizo y ace por mí, es a Ezequiel, la única razón de que yo quiera estudiar sin sueño, con energía y ganas. No soporto a nadie, y ahora estoy cursando el segundo año de programación en el segundo cuatrimestre, donde está todo más difícil. Quiero decir, muchísimo más difícil.
Tengo una tutora, que antes fue compañera mía hace dos años. Como aparentemente nadie sabe programación acá en este basural, como necesito a alguien en serio y hacer el tonto por Internet no me servivría, porque desde hace dos años o tal vez más decidí dejar la mitomanía por siempre y ahora sé, derrotado, que solo soy un programadorucho que se las dio de acogotador en sus tiempos, para ahora ser cruelmente acogotado. Entonces necesito a alguien con quien estudiar de manera personalizada y, seamos realistas, los mejores resultados están cuando las clases son indiciduales, lo que ocurre cuando voy a estudiar cob Ezequiel a la casa.
La paso bien enn programación. Desde hoy se comienza a trabajar en Java. Se comienza a ver programación orientada a objetos. Sé muy poco del tema. Alguna vez presumí de saber, por creerme que lo aprendí cuando lo vieron en la UTN mediante C++, o cuando por mi cuenta trataba de entender InformATE. Todo era mentira, poco sé y aunque vi por Internet, no entiendo un carajo. Es leer como un robot, nunca me inicié en Java prebiamente, mis compañeros hicieron un curso prebio intensivo de programación, de Java, al que yo no asistí, porque sordo y desinteresado de mí, no sabía, no le di importancia al saber que no era obligatorio y por consiguiente no tenía ningún tutor. El año pasado fui constantemente acogotado. El profesor, los bloqueos y miedos que me quedaron, y un supuesto tutor que resultó ser un profesor de educación física que no sabía nada, me torturaron hasta que terminó el año. Increíblemente, aprobé el primer parcial, el segundo también aunque tuve que hacer el recuperatorio,y aprobé el final. Todo fue gracias a lo poco que logré aprender de la UTN.
Lo mucho que sé, en realidad, nada tiene que ver con lo que tuve, tengo ni tendré que estudiar.