Texto publicado por JAIME MAURICIO GAITÁN GÓMEZ

Desde el momento que me fuera negada la oportunidad de ser vinculado al sector productivo, bien hubiese sido en calidad de empleado, o, bien como a portante de ideas emprendedoras, un espíritu contestatario se me incrustó en el alma a pesar de haber recibido de mis padres las mejores condiciones socio económicas, convencimiento al que llegué por el hecho de haber nacido con glaucoma que terminó por ”reclamar” la funcionalidad de mis ojos, experiencia que me permitió entender que quienes hemos vivido con una discapacidad, no teníamos otra alternativa que “vivir” de nuestras familias, o, esperar que los Estados asistencialistas nos dieran los sobrados del capitalismo para subsistir.

Adquirí la convicción que debería crear condiciones sociales a través de la “absurda” idea de hacer que mi entorno socio familiar, cambiara el imaginario relacionado con que las personas que por diversas razones, contrajimos alguna disfuncionalidad sensorial, física, cognitiva o mental, no podíamos aspirar sino a la bondad y paciencia de nuestras familias o de una sociedad indolente, conformada por millones de personas a quienes tan solo les afecta lo que perciben con sus sesgados sentidos.

Pero en el camino, he encontrado personas que en algún momento, han sentido empatía con mis convicciones, siendo para algunas de ellas, un sentimiento más extenso que para otras, aportándole a mi intención de crear condiciones justas y equitativas de inclusión que beneficien a personas con discapacidad, lo que han podido o han creído.

En el camino me he cruzado con voluntarios que han dejado productos tangibles como videos o testimonios, planes de negocios relacionados con algunas de mis ideas quijotescas, algunas piezas impresas o conceptualizaciones de lo que debería hacerse para convertir esas ideas en negocios sostenibles, debates entre cuáles deberían ser los objetivos de las acciones enmarcadas en el tercer sector también identificado como sector social y en general, todo un extenso marco teórico en el que he basado las iniciativas que hasta ahora, no han pasado de ser “proyectos”, habiendo recibido con sus formulaciones, incluso reconocimientos nacionales e internacionales con los que he tenido la satisfacción de haber ido a exponerlos en varios países de Latinoamérica y Europa, pero que a la hora de hacer un balance, ninguna de ellas ha sido materializada, lo que ha significado haber perdido en ocasiones, el impulso para seguir transitando el camino que espero, me lleve a realizar mis objetivos.

La experiencia de recorrer el camino, me ha enseñado que el mismo, nos enfrenta a encrucijadas coyunturales que nos obliga a tomar decisiones intempestivas y por ende, emprender una derivación de la ruta que ocasionalmente, nos podría cambiar los objetivos, pero cuando se tienen convicciones tan arraigadas como a las que estoy haciendo referencia a partir de mi espíritu contestatario, el objetivo es inmodificable, pero tal estabilidad solo se alcanza en la medida que en alguno de esos cruces del camino, me he encontrado con personas comprometidas y talentosas, que resultan definitivas para alimentar mis convicciones.

En este último cruce del camino que he recorrido, personas como José Gerardo Acuña, Julio César Irurita, Margarita Ante, Caroline Casey, los directivos del staf de ASHOKA y otras de quienes he recibido acompañamiento y confianza, me acercan al final del camino, el que implicará ver materializado el objetivo de crear condiciones de inclusión que mejoren la calidad de vida de millones de personas con discapacidad a través de la central de orientación que hasta ahora, se llama “SERVINCLUYENTE”.

Quiero compartir los registros con los que puedo dar testimonio de esta nueva etapa, la que sin lugar a dudas, es la definitiva:

http://www.valuable.global/2017/09/05/tuesdays-news-tribe-jaime-mauricio...

www.orbistic.es