Texto publicado por Melany Gachicha Gómez
Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 7 años. Antes se titulaba Gachicha: Un antes y un después en mi vida .
Gachicha: Un antes y un después en mi vida (Su historia conmovedora)
Hola, amigos. Hoy les vengo a traer una historia de alguien que marcó mi vida y para bien.
Si eres amante de los animales o de los gatos, te recomiendo que leas esto.
¿Quién fue Gachicha?
Era una gata gris y blanco, de unos hermosos ojos celestes, muy bonita la minina, por cierto.
¿De dónde proviene su origen?
En 2008 teníamos una gata (Creo que se llamaba Manchas) la cual estaba embarazada. Un 12 de noviembre dio a luz a tres hermosos gatitos. Mis dos hermanos y yo que estábamos encantados con los mininos, nos adueñamos cada uno de un pequeño: Los gatitos se llamaban, Coco, Tomi, y Emiliano. No me pregunten por qué los bautizamos así, pero lo que importa era que nombres tenían xd. Mi hermano Nicolás se adueñó de Tomi, yo de Coco y mi hermano menor, Ezequiel, de Emiliano.
Cabe destacar y aunque no lo crean, yo en ese momento le temía a los gatos. Me daba miedo cargarlos porque pensaba que me iban a rasguñar, así que los tocaba y muy poco. Pero con el tiempo, ocurrió algo trágico: A Coco lo mataron los perros del vecino de enfrente de casa, Tomi tuvo un destino similar, pero su verdugo fue una perra que teníamos, la cual un año más tarde desapareció y jamás la volvimos a ver. ¿La causa? Se peleaban por la comida, como es común en los animales. Sólo quedó un único sobreviviente y ese era Emiliano, ya que su mamá con el tiempo, también se fue. Si no mal recuerdo, creo que también falleció. La cosa es que ahí andaba Emiliano, el único sobreviviente de los mininos.
Como un año después del nacimiento de la camada de gatitos de la familia Gómez, se descubrió algo que a mí sinceramente me tomó por sorpresa, y creo que a mis hermanos y padres también: Descubrieron que Emiliano no era macho, sino hembra. Y nosotros que toda la vida lo llamábamos en masculino... yo no lo podía creer.
Bueno, avancemos porque durante un largo período de tiempo no ocurrió nada interesante.
Resulta que en 2010, yo había empezado a interactuar con la gata, ya estaba más grandecita y no le temía, y además no era mala. Lo que sí, era traviesa, ya que tenía esa costumbre de arrojar el sesto de la basura o intentar robar la comida, pero más allá de eso, era un ángel. Yo había tomado esa costumbre de hablarle a los animales, cosa típica, y un día, jugando con la gata y mi bocabulario (Ya que en mi infancia yo inventaba muchas palabras) basándome en el físico de la minina (Era delgada y larga) se me ocurrió una palabra genial que definiría mi identidad a futuro: "Gachicha". Es la mezcla de gato y salchicha, destacando el físico de mi gata que ya mencioné anteriormente como era, quitando sus rasgos visuales. Se me olvidaba aclarar que mi gata no era muy grande que digamos, no era tan grande como uno de los gatos que tengo ahora, por ejemplo.
Continuando con mi historia, me encantó la graciosa convinación que formé entre esos dos elementos. Y decidí que Gachicha sería un buen nombre para la gata.
Con el tiempo, me hice más cercana a Gachicha, literalmente me adueñé de ella (Creo que a mi hermano le daba igual) y así fue como se formó una relación entre una niña y una gata muy simpática. Me fui encariñando con ella y con el tiempo, les anuncié a mi familia y conocidos el nombre de la gata. Mi mamá se reía con mis ocurrencias y lo aceptaba.
Y así fue como comenzó a desarrollarse en mí este amor por los gatos, principalmente las gatas, y además de eso, al mismo tiempo se desarrollaba otra pasión mía: El gusto por la escritura. De niña comencé a inventar historias y las escribía en la computadora. Recuerdo que en la escuela cuando mandaban la actividad de escribir una historia, yo me entusiasmaba y hacía de las mías.
Así fue como en 2011 con mi amor por Gachicha y el fanatismo a la escritura, inventé una especie de libro con varios pequeños relatos que hablaba de un mundo de gatas, inspirado en Gachicha. El mundo se llamaba "Gachichalandia" y el gentilicio de éste eran las gachichas, por supuesto. Y en la fiesta de fin de año de las escuelas a las que yo iba y disfrazada de gato, les narraba a los chicos las divertidas aventuras de estas gachichas y del abominable Monstruo Gachicha, que era una gata gigante, el temor de estas gatas, el típico villano de los cuentos y los dibujitos que se suelen ver en Discovery Kit, Disney Junior, etc. Y así fue como Gachicha se hizo conocida y mi fascinación por los gatos también. Cuando me creé mi cuenta de Facebook, les pedí que pusieran el nombre de ella también, y mi Facebook al se llamó "Melany Gachicha" durante un par de años, hasta que yo lo modifiqué, agregándole mi apellido en él. Incluso hasta mi correo electrónico y GMail llevan su nombre. Cabe destacar también que yo era protectora con mi princesa y no dejaba que los niños la acariciasen, así que ya se imaginarán.
Y con el tiempo, lo que no querría que ocurriera, ocurrió: El viernes 13 de septiembre de 2013, Gachicha falleció luego de estar sufriendo por sus heridas durante 5 días, ya que el fin de semana anterior la habían lastimado los animales, mi mamá cree que los mismos gatos, porque cuando éstos se enamoran andan bravos. Durante 5 días yo me preocupé por mi bebé, y afortunadamente Dios no me permitió que viera cosas que no tenía que ver en mi vida, entre ellas, mi gata agonizando. Estaba herida la pobre y no se movía, fue horrible para mí. Y finalmente llegó ese día, ese día por el cual de algún modo me estuve preparando porque era sabido que iba a pasar eso, aunque nunca perdí las esperanzas de que sobreviviera.
Ese viernes fue triste para mí, más que triste, un día debastador que cambiaría mi vida porque no estaba lista para que ella se marchara y menos de la forma en la que ocurrió ese trágico acontecimiento. Yo esperaba que Gachicha viajara al cielo de viejita, pero no fue así. El 12 de noviembre de ese mismo año cumpliría 5 años, no era mayor aún.
Recuerdo que lloré mucho por ella en los primeros días, deseando volver el tiempo atrás para darle mis últimas caricias y oír una vez más ese dulce maullido que me encantaba. Ese 13 de septiembre, recuerdo que por la noche lloraba en silencio mientras le hacía una dedicatoria en mi muro de Facebook.
Con el tiempo aprendí a afrontar eso. Ella llegó a tener un par de camadas de gatitos, pero ninguno sobrevivió para compartir conmigo esta historia. También juré que honrraría su memoria, escribiendo cada 13 de septiembre y cada 12 de noviembre una publicación para ella. Lo hice a partir de ese maldito 2013, que a decir verdad y más allá de Gachicha, no fue un año bonito para mí en el sentido emocional.
Con el pasar del tiempo fui teniendo otros gatos y siempre me enamoré de ellos, pero hay algo que hay que tener por seguro: Jamás olvidaré a mi primer amor gatuno, a ese amor que me enseñó mucho durante su paso por la vida. Me enseñó a amar a los gatos y a no juzgar su apariencia, y que ellos te pueden amar y aceptar tal cual como eres. Por eso siempre le rindo homenaje, se merece todo lo mejor aún.
Créanme que casi me emociono cuando escribía este texto, principalmente en la parte que narraba su partida permanente, y tal como tantas otras veces pensé: Daría cualquier cosa por compartir un minuto más con ella, acariciarla y decirle adiós formalmente. Suspiro y pienso que eso es algo imposible y que sólo será un sueño para mí.
Si soy tan cariñosa y tierna como los gatos o cualquier otro rasgo gatuno que presente en mí, todo eso se debe gracias a Gachicha, una mascota que marcó un antes y un después en mi vida.