Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera
Sonría, mientras llega el barco.
Se escapan dos locos de una clínica psiquiátrica. Huyendo llegan a una estación ferroviaria, suben al tren contentos por su buena suerte.
Resulta que ese tren llevaba una compañía de la marina de guerra que iban de maniobras, y al ver tantos marineros, uno asustado le dice al otro:
- Oye loco, esto no es un tren, ¡esto es un barco! ¡Rajemos de aquí!
- ¡Síii, síii! ¡Vamos a tirarnos al agua antes de que zarpe!-
Y el loco se tira. El que estaba aún en el tren le pregunta:
- ¿Cómo está el agua, amigo?
Y contesta el otro desparramado en el andén:
- ¡Tirate por el otro lado, hermano! ¡Que por aquí hay unas rocas de la samputa!