Texto publicado por Ana López
Los 2 anillos
Un hombre, ya muy mayor, falleció y, entre los bienes que dejó a sus hijos, había un par de anillos. Uno lucía un diamante de muchos kilates y el otro era un sencillo aro de plata. El primogénito, nada más ver ambas piezas, dijo: ''Como soy el hermano mayor, la sortija con el diamante me corresponde en herencia''. El hermano menor, sin mostrar oposición alguna, se conformó y se colocó el sencillo anillo de plata en uno de sus dedos. Día después, estaba jugueteando con él cuando, de repente, vio la inscripción que había sido grabada dentro: ''Esto también pasará''.
La vida transcurrió y, como sucede con todos los humanos, les trajo alegrías y tristezas; momentos buenos y malos; fortuna e infortunio; placer y dolor. Y, mientras el hermano mayor no supo encajar los golpes y aprovechar las bonanzas, con lo cual empezó a desequilibrarse, el más joven se enfrentó a situaciones equivalentes, pero siempre tuvo en mente la inscripción que su padre había grabado en el anillo: ''Esto también pasará''. Ese lema le dio fuerzas, paz y serenidad para encarar la vida, sin dejarse arrastrar por estados de exaltación ni de depresión como le sucedía al primogénito, de modo que aquel mensaje secreto fue el mejor regalo que su padre le había hecho.