Texto publicado por Melany Gachicha Gómez

Punto final

Hoy fue el día, en el que después de pensarlo le puse punto final a esta situación; hoy fue el día, en el que por esa llamada de WhatsApp aclaramos todo y te fui sincera.
Tuvimos una historia de amor maravillosa:
Nos conocimos en un grupo de WhatsApp, comenzamos hablar, con las semanas nos comenzamos a gustar, fuimos novios durante 5 hermosos meses desafiantes no sólo por la distancia. Vivimos cosas buenas y cosas malas, desde risas hasta lágrimas, hasta que finalmente ese día de febrero me pediste un tiempo, me dijiste que era mejor que sigamos como amigos. Mi vida se vino abajo, le perdí el sentido a la misma y nunca te dejé ir. Aunque tuve casi 4 meses para experimentar con otros chicos si quería, ya que era libre, yo nunca lo quise así. Era libre pero nunca me sentí de igual forma, no estaba contigo pero les decía a los amigos nuevos que iba conociendo que tenía novio. Primero, para espantar a los pretendientes que quisieran molestarme y segundo, porque tu decisión me afectó tanto, a tal punto que si hablaba de nuestra situación ya comenzaba a sollozar, y ya bastante lloraba por ti.
Cada vez que hablábamos, siempre encontraba un pretexto para sacarte el asunto y pedirte "Otra oportunidad". Tu respuesta siempre era la misma, no, y tampoco me sorprende por qué te negabas, la distancia y más allá que eso. Pese a tus respuestas yo seguía, incansable, dispuesta a luchar por ti. Finalmente, en junio me distes esa oportunidad de prueba y ahí fue cuando salí de esa depresión. Al mes me di cuenta que en definitiva, las cosas ya no eran las mismas que antes y que no pude superar los acontecimientos negativos. Tú me dijiste que estaba bien mi decisión, que era mejor así. Me dispuse a seguir con mi vida y a no dedicarte tanto tiempo como antes, pues sentía la cosa incómoda y quería seguir con mi vida. Se acercó el 11 de septiembre, tuvimos esa charla intensa en la que me aclaraste que me dejaste por amor, recién ahí pude entender todo. Lloré esa madrugada, lo recuerdo muy bien, pero estaba aliviada por poder comprender lo que no podía entender hasta ese entonces. Dos días después, el 11 de septiembre, me desahogué en BW, como era de esperarse. Luego me dispuse a seguir con mi vida y superar esa confusión que tenía hacia ti, y me llevó tiempo superarte.
Hasta que el miércoles 22 de noviembre, hablamos por Facebook y en un momento dado, me escribiste una especie de carta confesándome tus sentimientos que jamás habían muerto, sentimientos hacia ti. Que habías comprendido que hay mucha gente que tiene relaciones a distancia y que querías pedirme otra oportunidad. Por el motivo ya mencionado, me pediste esa chanse. Te dije que lo iba a pensar, ya de entrada no te quería decepcionar.
Finalmente ese 2 de diciembre, pudimos hablar por llamada y te dije la verdad, que ya no podíamos estar juntos, que ya no sentía lo mismo que antes y que mis defensas estaban muy altas. Tú aceptaste y me dijiste que no me insistirías ni me mandarías mensajes con otros propósitos. Hablando de eso y de otras cosas hablamos como 40 minutos quizás, pero se aclaró todo. Sin lágrimas pero con tristeza y cierta culpa por pensar que te había hecho daño con mi decisión, cerré el ciclo al fin y me dije a mí misma que debía seguir con mi vida y cerrar este capítulo definitivamente. Pero mientras me desahogaba en la sala de juegos me preguntaba: ¿Por qué todo esto tuvo que terminar así? Y a la vez me decía: Ya, Melany. Sigue con tu vida, supera a ese chico y tus miedos, de nada te sirve.
Cuando estábamos juntos tú querías que nuestra relación se viera en Facebook, cosa que yo no quería por miedo también. Irónicamente, después de todo lo ocurrido, hay gente que sabe esto, pero el final.
Así es como le pongo punto final a este capítulo, a esta persona que amé con locura, la cual me inspiró a escribir las historias de Maldito gato y otros pequeños textos, la cual cambió mi vida para siempre. Así es como finaliza nuestra historia de amor, Oliver. Irónicamente, un tanto trágica, como las historias que solías escribir. Así es como te digo adiós y te doy las gracias por haberme hecho la mujer más feliz.