Texto publicado por Brenda Stéfani
Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 6 años.
Qué haría?
Me levanté como siempre a las 6 de la mañana para ir a hacer lo mismo que hago hace más de 5 años, trabajar 8 horas en una hamburguesería de mala muerte. cuando aparece mi hermana mayor después de mil años con toda su sonrisa diciéndome que desde cuando ando de mal humor, que hace rato que no me gusta nada y esas boberías que ni caso, total yo ya sabía que a la tarde dejaría todo atrás y nadie más iba a venir a decirme que trabajar en una cocina mugrienta con grasa apestosa por todos lados y ese olor asqueroso a fritanga de todos los mismos santos días va a volver a fastidiarme.
Así que agarré mis cosas y le dije antes de irme que no podía criticarme, que al fin ella no sabe nada de lo que hago y que deje de decirme que estoy flaca cuando parezco una ballena a punto de explotar.
Si, así me fui de mi casa por un callejón estrecho y sórdido a pesar de ser de mañana para ir a mi trabajo donde me tocaba fritar 100 milanesas mínimo y cocinar quien sabe cuantas hamburguesas. No entiendo como a la juventud le cuesta tanto cocinar en vez de pensar cuanta mierda deben meterle a esas bolas de seudo carne y grasa, guaa,que asco me da.
Así llegué al medio día, extrañamente cansada cuando me dicen que ya estoy fuera, me despidieron de forma justificada, inventando no sé que tipo de agresiones o mal humor con los compañeros, vaya uno a saber, todo con tal de no indemnizarte y tirarte a la calle como si no hubieras dado 5 años de tu vida por eso, pero a quien le importa.
Cuando no podía ni estar parada bajo el sol, sin un centavo en los bolsillos, me tocó hacer por primera vez en mi vida eso que llaman autoestop o dedo en algunos países, yo que sé, lo que sí es que paró un tipo en una camioneta y cuando entré, estaban todos mis hermanos menores, no sé de donde y porqué estaban ahí, lo cierto es que mamá no debía saberlo.
El tipo se llamaba James y tenía toda la pinta de un hombre fuerte, robusto y hábil, de esos que saben andar por la calle y cuando íbamos por la avenida, justo vi a mamá parada ahí, seguro yendo al súper o buscando algo, queriendo cruzar al otro lado cuando les grité a todos que se agachen para que ella no los vea.
James solo se limitó a sonreír mientras los chicos se escondían.
No sé porqué frustró mis planes el hecho de que me sacaran de ese lugar grasiento y asqueroso y que apareciera James y me fuera a buscar como si tuviera un plan, algo en mente.
Para salir de la ciudad era necesario cruzar varios puentes, teníamos que ir fuera del centro y el primer puente estaba cerrado, el segundo roto y luego mis hermanos se bajaron a jugar sobre una canaleta de agua sucia mientras James inventaba qué hacer para cruzar.
-Vamos Emi, tienes que venir, el que cae al agua se traga la caca, decía Liila con sus 7 años y sus 2 colitas insolentes. Cantaban una canción infantil, señalándose unos a otros y el que empezaba tenía que decir un número, el otro dice otro y hay un número prohibido que si se te escapaba caías al agua sucia.
1, 2, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13
Para mi mala suerte.
Emi, al agua, Emi, al agua, al agua, al agua! Me gritaban esos minihumanos y llegué hasta el cuello de algo verdoso que me dejó fuera de lugar por un tiempo.
cuando desperté vi a mamá de nuevo con ese tipo, el descarado que le hacía insufrible la vida a ella y a todos nosotros, quería entender qué tenía en la cabeza al aguantarle pero eso ni Dios sabe.
Lo cierto es que James había aparecido como una especie de ángel y llegó hasta ella para decirle que estaba dispuesto a ayudarla, que no sabía conocido y sabe de nuestros problemas con él...
ella no lo aceptó, decía que no podía dejar al padre de sus hijos por más mierda que fuera y que tenía que estar ahí hasta que la muerte.
La muerte las pelotas, quería gritar, quería decirle mil cosas cuando el señor padre de familia aparecía por la espalda de mamá a darle tal paliza que vomité al verla.
James arrancó su camioneta negra y resignado, se largó de nuestras vidas mientras todavía me pregunto, ¿Qué haría?.