Texto publicado por Ma. Guadalupe Hernández Méndez

quiero compartirles un pequeño fragmento de este libro que ahora leo.
…”Llegó un hombre a su cabaña y sintiéndose muy cansado, pues regresaba de pescar, decidió dormir un poco.Su mujer para no molestarlo, salió de la cabaña con un libro en la mano, fue hasta la lancha y zarpó lago adentro, en cierto lugar decidió anclar y sacando su libro se puso a leer. Después de un rato llegó hasta ella un policía forestal quien le dijo: “¡buenos días señora!¿que hace usted?” a lo que ella responde: -buenos días, estoy leyendo… para sus adentros piensa ¿Qué no es ovbio?
-Está usted en un lugar de pesca y la pesca está vedada en estos meses
-Estoy leyendo
A lo que el policía dice: tiene usted ahí todo el equipo y podría usarlo en cualquier momento, así que la llevaré detenida a la comisaría.
Y la mujer dice: ¡oh, no! Entonces yo tendría que acusarlo de abuso sexual
-¿qué?, ni siquiera la he tocado
-pero tiene usted ahí todo el equipo y podría utilizarlo en cualquier momento.
A lo que el policía responde: disculpe señora, que pase un buen día”…
Moraleja:
No discutas con una mujer que lee, porque piensa.
Rosario Castellanos