Texto publicado por Melany Gachicha Gómez
Recordando a un ser querido
Un día como hoy, pero de 2012, una persona importante para mí y mi familia, se fue de este mundo.
Te fuiste, sin que nosotros nos esperáramos eso. Te fuiste, dejando atrás las emociones de quienes te querían y por sobre todo, una pregunta importante: ¿Por qué? ¿Por qué tú? ¿Por qué nos dejaste?
Yo era niña e inocente y me costaba comprender eso. Un ser bueno se había ido, dejando atrás a sus nietos, familia y amigos que lo querían. Me lamentaba por esos chicos que habían perdido a su abuelo, me lamentaba por la mayor, que estaba a punto de cumplir 15 años y que su abuelo no pudo formar parte de lo que pudo haber sido una fiesta inolvidable. Me lamentaba por quienes lo querían, incluyendo a mi familia, a mí.
No voy a negar que al principio estaba enojada, porque me pareció injusto que te fueras así nomás. Sentía que a lo mejor, no me había despedido de ti, ya que la última vez que te vi estabas muy bien y no podía entender como dos semanas después pasaba lo que pasaba.
No fue algo que se superó de un día para el otro, me llevó meses la verdad. Pero, ¿Te digo algo? Desde el mismo cielo, me ayudaste a comprender las cosas, me ayudaste aunque muchos lo desconozcan. Y gracias a eso y aunque aún era inocente, me sentí mejor y pude comprenderlo también, y te agradezco lo que hiciste.
Se te extraña, Don Carlos, pero me aseguraré de en esta fecha, tomarme unos minutos de mi tiempo para dedicarle unas palabras a una maravillosa persona, una de esas personas buenas que tristemente, hubo y hay en este mundo.