Texto publicado por Brenda Stéfani

Sin nada más que decir...

Tengo sueños raros y por lo menos una vez a la semana siento que me odia.
No sabría decirle como pero me gustaría volver a hablarle, decirle que no es mi culpa, que seguro me equivoco como siempre cuando me exalto o seguro fue su error y no debería hablarle más.
Como sea la cuestión es que ni si quiera me muevo de mi lugar y estoy rodeada de miles de voces, de voces que no me tocan,no me dicen nada porque sus ojos miran otros lugares.
Aveces creo que es mi culpa, que soy yo quien pone una pared, que los lazos de amistad no me duran un segundo y siempre porque hago que se cumpla esa profesía.
*Si, ahora te parezco interesante, ahora te parezco regia, impresionante, te parezco una mujer admirable, fuerte y valiente, que enfrento todas las adversidades con tal capacidad que Dios mío, dices que no podrías hacer lo mismo que yo.
Para que a la semana me veas indiferente, pensando que para mí siempre hay pribilegios, que ahora entiendes como es que he llegado hasta aquí, que seguro me lo han regalado todo y me miras de lejos, con tal odio, indiferencia o rechazo que reniegas de haberme alguna vez si quiera saludado.
Así es sobrevivir en una atmósfera cotidiana, donde todos nos acostumbramos a vernos la cara y fastidiarnos de solo existir.
Y ppiensas que yéndote de ahí, cambiando de trabajo, de casa o de colegio todo puede ser mejor hasta que vuelve la misma situación, te conocen, admiran, odian y rechazan.
Será que soy yo o hay alguien más que me grite desde lejos, no estás tan sola.
Es lo que quisiera, no estar tan sola, al menos que alguien sea buenito y me invite a comer un día que no sea de clase o trabajo, digo, para variar porque qué te puedo decir, por conveniencia te pago la fotocopia y tú me la resumes, me explicas y me haces la tarea. te cambio el precio de los libros por tu capacidad de interpretar las cosas. Vaya visión de amistad.
Así es y creo que así ha sido desde siempre, al menos para gente que no tiene la habilidad social de transgredir la frontera de la transparencia. No poder fingir un poco de amiguismo porque gana la timidez y te cuesta saludar a quien no te conoce por el miedo a que te mire mal o te ignore lo mismo.
Tanto esfuerzo ppara qué, si total no sabes si va a salir bien.
En fin, averígualo tú mismo. Sal de tu zona de confort, para qué si al intentarlo y demostrar lo mejor de ti te llevas un portazo con la voz más amable del mundo que te dice. "Te llamaremos pronto"
Mientras tú espectante y con ilusión, esperas el telefonazo, te dicen. "Es que no, ya te llamamos y no contestaste. Justo porque fuiste al baño y cuando volviste a llamar, te dicen luego que desde esa línea no contestan llamadas, que la oportunidad se la llevó Otro.
Más atento, competente, más listo, inteligente, más hábil, sociable y además.
Si, todo lo que tú no eres.
Pedazo de perdedor insistente, que seguro servirás para mostrar tu cara de pena a la salida mientras esperas congelándote en el frío que alguien te venga a buscar. A ver si te mueves de una puta vez.
Y sin nada más que decir te quedas mirando al suelo pensando porqué será que la vida favorese a algunos solamente o será que tú no haces nada para conseguir lo que te falta.
Es que, los mensajeros de la meritocracia y profetas de la consigna del mundo justo te culpan de tu desgracia, afirmando con toda la seguridad del mundo que si te ha ido mal, es porque algo has hecho mal, y para restregártelo en la cara dicen, que si a ellos les va todo bien es porque ellos hacen todo como debe hacerse, no son capaces de profundizar quehay miles de otras razones por las que a alguien puede salirle algo mal y razones más para que a ellos les vaya como les va, a parte de hacer las cosas bien.
También así lo analizo yo, será mi culpa o será culpa del mundo. Será que no me desafían, no me prueban, o soy yo quien no me estoy dando a conocer como debería.
serE tan tímida señor? Seré tan soverbia entonces que no soy capaz de venderme a las ridiculeces como otros hacen, sin saber que lo hacen, solo para ganar espacios?
Ceder o desaparecer. Matar orgullo o morir.
No tengo nada más que decir porque seguro me estoy empezando a aburrir.
Y el aburrimiento hoy en día no se tolera, y lo que no se tolera, es causa de peleas.
Y por peleas, todos hablan, nadie escucha, seguro se meten en su lucha y quien no se cree dueño de la verdad.
Sobre mí, no tengo más nada que decir.
No sé ni si quiera para qué escribí.