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EL MOVIMIENTO ASOCIATIVO DE LOS CIEGOS EN AMERICA LATINA. Versus: Lamentable Situación
Estimados amigos, tras leer el siguiente estudio de Cuadernos Gesta, (Grupo de Estudios Sociales, Tiflógicos y Asociativos) por Judith A. Varsavsky, la impresión no es nada, nada buena, aunque el informe está actualizado en el 2003
Muchos de vosotros sois ciudadanos afectados.
Me gustaría saber vuestra opinión, de cómo veis la situación, cada cual en vuestro país.
Nota: lectura 15 / 20 minutos
Por Judith A. Varsavsky
INTRODUCCIÓN
Hace unos años, estábamos visitando la sede de una conocida organización de cooperación internacional y en el comedor, compartimos la mesa con una fisioterapeuta procedente de los Estados Unidos que nos contó que al finalizar sus estudios aspiraba a trabajar como voluntaria en América Latina. Al ofrecerse con ese fin, se encontró con la siguiente respuesta: "Allí la gente sabe hacer las cosas, pero lo que les falta son los medios para lograrlo."
Coincidimos totalmente entonces y ahora con esa definición que en este caso nos sirve para dar marco al presente trabajo.
PANORAMA GENERAL
Resulta muy difícil aislar un fragmento del conjunto en que está inmerso. En nuestro caso particular, queremos analizar dentro de una región, Latinoamérica, un grupo de personas con discapacidad y más específicamente, con discapacidad visual y con relación a este conjunto más reducido, un aspecto especial de sus actividades: el movimiento asociativo.
Para ubicar a grandes rasgos el escenario en que nos encontramos, se trata de una extensión de 20.000.000 de kilómetros cuadrados, que se extiende desde México, en el sur de América del Norte, hasta Argentina y Chile, en el extremo más austral de América del Sur, con una población total que supera los 500.000.000 de habitantes y entre la que en forma estimativa (¡no hay datos estadísticos, lamentablemente!) se calculan entre 4 y 5 millones de personas ciegas o con baja visión.
Desde el punto de vista político, abarca diecinueve países que son con una única excepción, hispanoparlantes. En Brasil, un subcontinente de por sí, con una superficie que sobrepasa los 8,5 millones de kilómetros cuadrados (42,5 % del total) y 165 millones de habitantes (33% de la región), se habla portugués (1).
Es en realidad, un mosaico formado por muchas piezas con grandes diferencias entre sí, pero con punto de partida común: el descubrimiento del continente. "Las características culturales actuales tienen origen español, porque hace unos quinientos años, llegaron a estas tierras conquistadores provenientes de España que trajeron sus costumbres, su idioma y la religión católica." (2) Los elementos aborígenes quedaron desplazados, aunque en algunas áreas su influencia es evidente.
PRIMERO FUE EL BRAILLE
La evolución de los movimientos tiflológicos en la región latinoamericana se inicia indudablemente con la educación de las personas ciegas. A grandes rasgos se puede afirmar que a la introducción del sistema braille y por ende, a la aparición de las primeras escuelas en cada país, sigue la inquietud de los que pasaron por las aulas y adquirieron una formación, de ser protagonistas de la acción tendiente a mejorar su propia calidad de vida. Sabían también que para lograrlo, el único camino posible era ejercer el derecho a organizarse y constituir asociaciones que les brindaran el marco adecuado para proyectarse.
Claro que el paso siguiente fue el enfrentamiento entre los servicios y las entidades de ciegos recién creadas. "En algunos casos, fue preciso llegar a la huelga y otras formas de lucha. En todo esto no estuvo ajena la intervención policial." (5)
Con tiempos y ritmos diferentes, con intensas luchas, el proceso continuó en toda la región. Se crearon organizaciones de ciegos con diferentes niveles de solidez y fuerza en todas las ciudades capitales y a veces, también en otras de provincias.
Después de "La Fraternal", primera de la región, "El segundo cuarto de siglo ve el nacimiento de organizaciones de ciegos en Perú (1931), Chile (1934) y Guatemala (1945). La mitad exacta del siglo se marca con la aparición de una organización de ciegos en Uruguay y otra en Venezuela. El proceso se acelera desde el año 1954. En lo que resta de la década se crean 4. En la del '60, surgen 8, una de las cuales se reestructuró y cambió de nombre veinte años más tarde. En la del '70, se crean 11. En la del '80, se originan 17. Una organización se fundó en 1990 y la más reciente que se menciona es de 1991 (Ecuador)." (6)
DE LA FRAGMENTACIÓN A LA UNIFICACIÓN
Pero si contra el ideal que soñaron y planificaron los Libertadores Bolívar y San Martín de una América Latina unida, única y fuerte, nuestra historia general nos muestra, desde el mismo proceso independentista del siglo XIX, un creciente y continuo divisionismo, con frecuencia impulsado desde fuera para beneficio de terceros, hubiera sido un milagro que la marcha del movimiento asociativo de las personas ciegas o con baja visión escapara a esa tendencia.
"El derecho a crear asociaciones amparado por todas las constituciones de los países de América Latina, ha sido y es ampliamente ejercido en casos de diferencias, discrepancias, personalismos, de parte de personas vinculadas con el área de la ceguera." (7)
Los dirigentes mejor formados no podían dejar de advertir que esta fragmentación era entonces (y continúa siendo) un factor que debilita y pone en peligro el éxito de cualquier acción que se emprendiera.
El paso adelante que siguió, fue la constitución en la mayoría de los países latinoamericanos de una organización con la finalidad de nuclear a las entidades de ciegos y en algunos casos, también a las de servicios, con la denominación de unión, federación, o coordinación, siempre del tipo de asociación democrática civil sin fines de lucro, cuya autoridad máxima es la asamblea general que elige a su cuerpo directivo.
Los primeros intentos en este sentido, corresponden a dos países en 1954. En 1965 se creó otra federación que tras diversas dificultades, se volvió a instalar en 1986. En la década del '70 se concretan los esfuerzos de un país y otros dos, con características diferentes, en los años '80.
PLANO INTERNACIONAL
En 1954, tuvo lugar en São Paulo (Brasil), organizada por la entonces llamada Fundação para o Livro do Cego no Brasil, hoy Fundação Dorina Nowill para Cegos y con el respaldo de la, también en esos días, American Foundation for Overseas Blind - AFOB (U.S.A.), en la actualidad Helen Keller International, la Primera Conferencia Interamericana de Ciegos, en la que se analizó la necesidad de crear un organismo regional que agrupara a las organizaciones. Muchos años después, ese espíritu se recogió en las Comisiones Técnico-Profesionales (Santafé de Bogotá, Colombia, 1975) y en la Organización Latinoamericana para el Bienestar de los Ciegos - OLAP (São Paulo, Brasil, 1977).
En Lima (Perú), a fin de celebrar las Bodas de Plata de la Unión Nacional de Ciegos del Perú se convocó un encuentro panamericano en 1956, durante el cual se fundó el Consejo Panamericano Pro-Ciegos - CPPC, cuyos ocho congresos tuvieron lugar a intervalos irregulares.
Se diferenciaron así dos intentos de unificación separados: por una parte las organizaciones de servicios y por otra, las asociaciones de ciegos.
EL CAMINO DE LA UNIFICACIÓN LATINOAMERICANA - ULAC
A nivel mundial, se logró el éxito, cuando en 1984, en Riyadh (Arabia Saudita), se autodisolvieron el Consejo Mundial para la Promoción Social de los Ciegos y la Federación Internacional de Ciegos para fundar inmediatamente la Unión Mundial de Ciegos.
En América Latina, hubo diversos acercamientos entre el CPPC y la OLAP, entre los que merece destacarse la firma de una carta de intención de fusión en Guatemala, en 1983. Se crea luego, en 1984, apoyada por el recién constituido Fondo de Cooperación con Iberoamérica de la Organización Nacional de Ciegos Españoles - ONCE, la Oficina Provisoria para América Latina con sede en Montevideo (Uruguay), a fin de trabajar en una futura entidad única que nació finalmente en una Asamblea celebrada en Mar del Plata (Argentina), en noviembre de 1985. Se siguió el mismo modelo que a nivel mundial y tras la disolución de los dos organismos existentes surgió la Unión Latinoamericana de Ciegos - ULAC, como manifestación concreta de la necesidad de unidad.
En esta creación, además de los acontecimientos tiflológicos mundiales ya reseñados, "confluyen varias líneas:
q Aspiración de los latinoamericanos de tener un organismo internacional unificado;
q Final en América Latina (especialmente en el Cono Sur, 1983-1985) de varias dictaduras militares lo que incentivó la necesidad de la unificación tiflológica como una expresión más de la democracia y la libertad reconquistadas;
q Iniciación en la ONCE (1982), de un movimiento renovador, democrático y participativo que coincide naturalmente con el proyecto latinoamericano." (8)
Tiene el alto valor de ser el resultado de la suma de todas las organizaciones existentes, tanto las de ciegos como las que prestan servicios, pues la región comprendió que sólo a través del esfuerzo conjunto pueden lograrse los objetivos enunciados en sus Estatutos: prevenir la ceguera y mejorar la calidad de vida de las personas discapacitadas visuales.
Para alcanzar estas metas, que siguen vigentes hoy, tras casi dieciséis años de vida de ULAC, sus esfuerzos se concentran en la unificación y fortalecimiento de las organizaciones de ciegos a nivel nacional, subregional y regional.
Así pues, esta organización internacional, no gubernamental y no lucrativa, representa a la región y coordina sus acciones. Es la rama para América Latina de la UMC y su Presidente forma parte de hecho de la Junta a nivel mundial.
Sus Asambleas Generales, que se celebran en conjunción con el Congreso Latinoamericano de Ciegos, tienen lugar cada cuatro años, su Junta se reúne semestralmente y el Ejecutivo, con ocasión de las Asambleas y una vez, por lo menos, durante el período.
La enumeración de las áreas geográficas en que se divide y de las Comisiones Especializadas permite abarcar en pocas líneas la amplia labor que cumple en la región (9).
Areas Geográficas:
a) México y América Central;
b) Caribe;
c) Región Andina;
d) Brasil;
e) Cono Sur.
Comisiones Especializadas:
a) Prevención de ceguera;
b) Educación;
c) Rehabilitación básica funcional y de baja visión;
d) Capacitación profesional y empleo;
e) Acceso a la información y la cultura;
f) Educación física, recreación y deporte;
g) Promoción de la condición de la mujer ciega;
h) Derechos humanos y legislación;
i) Promoción de la condición de los jóvenes ciegos;
j) Promoción de la condición de las personas ciegas de tercera edad.
SITUACIÓN ACTUAL (10)
Argentina
La Federación Argentina de Instituciones de Ciegos y Ambliopes -FAICA- (1986) nuclea a 40 instituciones lideradas por personas discapacitadas visuales distribuidas en 30 ciudades de todo el país, aunque no en forma homogénea, a las que hay que sumar un porcentaje importante en proceso de afiliación y grupos de personas ciegas en comunidades pequeñas que no están aún en condiciones de constituirse legalmente. El aumento de instituciones en ciudades donde no existían implica una toma de conciencia e interés por agruparse.
El número de sus miembros va de un mínimo de 15 a un máximo de 500. Muchas tienen sede propia, mientras otras se ven obligadas a alquilar o funcionar en domicilios particulares. Con frecuencia encuentran difícil obtener fondos para sostenerse, debido fundamentalmente, a las circunstancias económicas que atraviesa el país, lo que se refleja en los aportes que realizan a FAICA.
El proceso de federalización del país puede originar que la equiparación de oportunidades se transforme en un sueño, porque es difícil concentrar y distribuir informaciones a todos, si no se tienen medios económicos.
El impulso hacia la privatización de servicios por parte del Gobierno ha favorecido la creación de prestaciones para los discapacitados visuales dependientes de estas asociaciones. Sin embargo, se corre el riesgo de que la finalidad de lucro dé lugar a la creación de entidades que no respondan a los intereses reales de las personas ciegas o con baja visión y su protagonismo. Las leyes del mercado muy pocas veces son solidarias y resultan difíciles de satisfacer para dirigentes que trabajan ad honorem. Muchos de ellos saben qué y cómo hacer pero no disponen de los recursos que se requieren.
Bolivia
Se cuenta con la Federación Nacional de Ciegos de Bolivia -FENACIEBO (1954) con 17 asociaciones afiliadas distribuidas en 12 ciudades, que, según datos del Instituto Boliviano de la Ceguera, agrupan a un total de 2.500 personas. Lamentablemente, se encuentran en situación de pobreza.
Brasil
Existe la Unión Brasileña de Ciegos- UBC (1988, legalizada y ya en plena actividad a partir de 1994). La integran 9 organizaciones nacionales de y para ciegos y cerca de 350 organizaciones de ámbito regional y local. En los últimos cuatro años, hubo una creciente concienciación de las organizaciones nacionales sobre la importancia del asociacionismo y la necesidad de participación de las personas ciegas en tal movimiento. Las dificultades aún son intensas como consecuencia de la falta de formación y comprensión de las familias y de la sociedad en general así como del desinterés gubernamental.
Más de 60 organizaciones de ciegos, en unos 50 municipios distribuidos en las principales capitales, agrupan alrededor de 700 a 1.000 personas. Su situación económica en general es precaria.
A esto se suma la falta calidad técnica, una remuneración inadecuada a los profesionales del área y escasa acción del gobierno en cuanto a la ampliación y puesta en marcha de servicios.
Chile
Existía hasta hace muy poco una Unión Nacional de Instituciones Tiflológicas de Chile - UNITCH (1989) que contaba con 8 instituciones afiliadas. Recientemente se ha reestructurado con el nombre de Unión Nacional de Ciegos de Chile - UNCICH, para agrupar personas y no entidades, según el modelo de la ONCE (España).
Los problemas económicos generales han provocado enormes dificultades en las entidades tiflológicas pues el mayor empobrecimiento les provoca una escasísima capacidad de gestión, lo que repercute también en el debilitamiento del proceso de unificación.
Hay 11 organizaciones de ciegos distribuidas en 6 de las 13 regiones en que se divide el país que agrupan a 350 personas aproximadamente. La mayoría de ellas viven del comercio.
Se busca, en un lento avance, la unificación de las entidades de ciegos, con el fin de provocar la organización de una entidad suprarregional que actúe a nivel nacional, fusione las ya existentes e impida la aparición de otras nuevas.
La mayoría carece de sede institucional propia con la única excepción de la Asociación de Ciegos de Chile. Aunque se iniciaron proyectos en favor del empleo, no tuvieron éxito ya sea por falta de gestión de las propias instituciones, por tener poca capacidad organizativa o por el casi nulo apoyo gubernamental. Basta recordar la larga huelga de hambre que enfrentó un grupo de comerciantes ciegos de la capital del país. Por otro lado, no obstante lo anterior, están apareciendo dirigentes e instituciones jóvenes y promisorios que hacen pensar en la posibilidad de cambios que tiendan a mejorar la situación actual.
Colombia
La Federación Colombiana de Organizaciones Tiflológicas - FECOT fue constituida en 1991 y adquirió reconocimiento jurídico en 1996. Es una entidad no gubernamental, sin ánimo de lucro, de carácter técnico-científico, asesora, coordinadora y promotora de las entidades tiflológicas que la integran.
Existen 78 organizaciones conformadas por personas limitadas visuales que se clasifican según sus actividades e intereses, de la siguiente manera: Sector deportivo: 22 clubes agrupados en tres ligas; Asociaciones: 30; Cooperativas con ánimo de lucro: existen 10, con un mínimo de 20 asociados cada una y 16, con un mínimo de 5.
Todas las entidades tienen problemas económicos por la situación que atraviesa el país.
Costa Rica
En este país se creó la Comisión Coordinadora para Ciegos de Costa Rica (1993), que agrupa a ocho organizaciones de y para ciegos que operan a nivel nacional. Sus funciones son: centralizar las comunicaciones internacionales y tener igual acceso a ellas por parte de todas las organizaciones; unificar criterios y coordinar acciones; realizar nombramientos de representaciones internacionales y avalar proyectos presentados a organismos internacionales. Se reestructuró recientemente pues se planteó la necesidad de que los representantes de las organizaciones fueran los presidentes para que con pleno poder de determinación se pudiera agilizar la toma de decisiones. Además, se elaboró y aprobó un reglamento que permitirá normalizar su funcionamiento.
Hay cuatro organizaciones de ciegos que cuentan con un mínimo de 10 miembros y un máximo de 60. Las principales dificultades experimentadas por las 4 son las económicas que las coloca en una situación crítica.
Cuba
Cuenta con una única organización, la Asociación Nacional del Ciego - ANCI (1975), no gubernamental y no lucrativa, que agrupa a las personas ciegas y de baja visión para luchar por su integración social mediante la rehabilitación básica, el empleo, la educación, las distintas manifestaciones de la cultura artístico literaria, el deporte, la recreación, las actividades de carácter patriótico y las relaciones públicas. Tiene filiales en todas las provincias y agrupa a 4.722 ciegos, 14.297 personas de baja visión y 287 videntes, categoría que puede ascender hasta el cinco por ciento del total de miembros.
El financiamiento procede de las cotizaciones de los asociados, de donaciones y de una subvención anual asignada por el Estado pero la situación económica del país los afecta negativamente.
Ecuador
La Federación Nacional de Ciegos del Ecuador -FENCE (1985) tiene 30 filiales de y para ciegos. Se han experimentado cambios positivos en lo estructural, jurídico, administrativo y económico con la creación de microempresas, la integración e interrelación con organismos públicos y privados nacionales e internacionales y en lo cultural cabe destacar la labor de su Imprenta Braille. Se requiere un presupuesto con financiamiento estable acorde con las necesidades y aspiraciones de la Federación.
Hay 16 organizaciones de ciegos distribuidas en 13 provincias que agrupan aproximadamente 1.000 personas ciegas. Se ha progresado en cuanto a formación de líderes, proceso de unificación a través de la Federación, coordinación interinstitucional y administración ajustada a sus realidades.
En los últimos años, el 30% ha tenido avances por adquisición de sedes sociales. Se experimentan dificultades por carencia de programas oficiales y falta de financiación de sus planes de acción por la grave crisis económica imperante en el país.
El Salvador
No existe una federación, unión u otro organismo similar, aunque las tres asociaciones de ciegos localizadas todas en la capital (fundadas entre 1972 la más antigua y 1995 la más reciente), están trabajando por objetivos comunes a modo de camino que les permita llegar a la unificación. Se están dando pasos para la constitución de una asociación de deportes.
Agrupan un promedio de 195 personas con un mínimo de 60 y un máximo de 87 personas. La situación económica es limitada y tan sólo permite la supervivencia institucional.
Ha habido progresos últimamente y se advierte un aumento leve de la cantidad de miembros. Entre las dificultades están la discriminación social, robos de material y equipos en las asociaciones por la delincuencia común en la sociedad. Los obstáculos más preocupantes están basados en la desconfianza mutua y el deseo de cada una de tener el liderazgo y cuotas de poder en el sector de ciegos lo que retrasa el desarrollo integral de la persona discapacitada visual.
Guatemala
Existen intentos para la conformación de una federación en la cual han participado las dos organizaciones de ciegos del país, pero es un proyecto que aún no se ha podido concretar. Sin embargo, en los últimos años se ha logrado un mayor acercamiento entre ambas. Una de ellas (1967), que agrupa 400 personas, tiene su sede central en Guatemala y dos ramas departamentales. La otra (1945, reactivada en 1989) también se ubica en la capital y tiene una sede departamental. Cuenta con 100 miembros.
En Guatemala, la economía ha sufrido un retraimiento que ha generado un reajuste en los presupuestos individuales y colectivos de la población. En tal virtud no cuentan con suficientes recursos para cubrir sus necesidades.
Una dificultad de los últimos años ha sido un atraso en la información.
Honduras
No cuentan con una federación pero existen esfuerzos para formar un organismo de coordinación interinstitucional. Hay una organización de ciegos: la Unión Nacional de Ciegos Hondureños - UNCIH (1989) con sede en Tegucigalpa y miembros en distintas regiones de país.
Agrupa entre 250 y 300 personas ciegas. La situación económica en general es bastante precaria pues no se cuenta con los suficientes fondos para atender con eficiencia las necesidades, especialmente las de las filiales. Se benefician en mayor parte las personas ciegas de la capital por contar con más servicios y tener más a su alcance los organismos de gobierno e internacionales.
México
En el mes de julio de 1999, se estableció el Consejo Mexicano de Organizaciones de y para Personas con Discapacidad Visual, promovido y constituido por la Unión Mexicana de Asociaciones e Instituciones de y para Ciegos - UMAC (1997), por la Unión Mexicana de Ciegos y Débiles Visuales - UMECIDEV (1995) y la Asociación de Directores de Escuelas para Disminuidos Visuales en Provincia (1987). Ha habido un cambio de conciencia y parece aproximarse su concreción.
Los mayores problemas que enfrentan se refieren al aspecto económico, desacuerdos entre los dirigentes de los diversos grupos interesados y las grandes distancias que hay de un estado a otro del país, por lo cual la participación en los diversos foros y reuniones se ha limitado muchas veces a un número mínimo de personas, a pesar del mejor esfuerzo realizado por todos.
Hasta el momento UMAC, tiene afiliadas a 24 organizaciones de ciegos en doce estados del país y hay otras que aún no se han aproximado y 14 instituciones de servicios en 11 estados del país, con un total de aproximadamente 2.500 personas.
Nicaragua
Hasta el año 1993, la Organización de Ciegos de Nicaragua "Maricela Toledo Asensio" - OCNMTA (1983) era la única organización de ciegos del país y tenía cobertura nacional; en ese momento se dieron divisiones entre los ciegos. Se retrocedió en el proceso de desarrollo que se llevaba y se produjeron algunos cambios muy graves y muy grandes. Nacieron entonces algunos grupos de ciegos debido a la difícil situación económica y la política existente.
En junio de 1998, se inició un proceso de recuperación del terreno perdido. Se cuenta con 1.800 ciegos afiliados a nivel nacional.
El desempleo es uno de los males por los cuales Nicaragua está siendo golpeada en general y todavía más directamente lo sufren los ciegos. Las calamidades naturales, como el huracán Mitch, han contribuido a aumentar las dificultades.
Panamá
No cuentan con federación de ciegos; sin embargo, está en proceso de formación la Federación de Personas con Discapacidad. Existe la Unión Nacional de Ciegos (1962), con sede en la capital y un capítulo provincial, que en los últimos años ha ampliado la cobertura de sus actividades.
Enfrenta dificultades en materia de recursos económicos para brindar apoyo a sus miembros, se registran bajos niveles de participación y reconocen la falta de estrategias eficaces y una coordinación efectiva que permita entre las instituciones la detección temprana y oportuna de la población con deficiencia visual.
Agrupa un total de 180 miembros inscritos, de los cuales se mantienen activos entre 70 y 80.
Paraguay
Existe una única organización de ciegos: la Asociación de Ciegos del Paraguay - ACIP (1985), autogestionada, con sede en la capital, Asunción. En los últimos cuatro años ha experimentado un notorio progreso en cuanto a consolidación de la estructura organizativa y de esa manera se logra una óptima vinculación con otras entidades que se involucran en el área a nivel nacional y su situación económica ha mejorado.
En ACIP están nucleados 180 socios de diferentes puntos del territorio nacional. Una de las mayores dificultades que enfrentan, es precisamente, el acercamiento a los miembros de zonas alejadas del país, quienes generalmente por la distancia y la limitación económica no acceden directamente a los beneficios que ofrece la organización. Para paliar este problema se hallan en proceso de formación de filiales.
Perú
En el año 1994, se creó la Federación Nacional de Ciegos del Perú - FENACIP, organización que tuvo una vida efímera y tendió a desaparecer en 1996. En la actualidad existen entre 11 y 19 organizaciones de ciegos, distribuidas en 8 ciudades. Las principales son la Unión Nacional de Ciegos del Perú (1931) y la Organización Nacional de Ciegos del Perú (1990) ubicadas en Lima y Arequipa respectivamente.
Las asociaciones benefician exclusivamente a sus miembros que van de un máximo de 350 a 400 y llegan a un mínimo de 5 a 10.
Cada institución viene pasando una difícil situación económica, sobre todo por la política económica que ha impuesto el gobierno central, más grave para las que están en provincia. A esto se agregan los siguientes factores: las asociaciones de ciegos no cuentan con fuentes de ingresos apropiadas, se carece de adecuada formación de líderes, la comunicación es escasa y se vive la necesidad de que se forme un organismo que las agrupe de modo que los esfuerzos sean canalizados en bien de los ciegos del Perú.
República Dominicana
No existe federación o unión. Sin embargo, en los últimos años se ha notado una tendencia a la integración y unificación de las organizaciones de y para ciegos, a fin de evitar, en lo posible, la duplicación de esfuerzos. Existe un proyecto interinstitucional de tipo asistencial: un fondo común creado con un aporte del presupuesto de cada una, para combatir la pobreza extrema, que abre las puertas al tan necesario proceso de unificación de las instituciones.
La Organización Dominicana de Ciegos - ODOCIN (1975) desarrolla programas de educación y de capacitación a través de diversos cursos permanentes. Cuenta con filiales en cuatro ciudades donde realiza actividades a nivel regional. Hay una asociación que funciona en el campo laboral a través de la capacitación correspondiente y de la elaboración de proyectos empresariales de la micro, pequeña y mediana empresa.
No se dispone de datos estadísticos precisos en relación a cantidades de miembros pero paulatinamente son muchos ciegos los que se han acercado a las instituciones en procura de mejorar su situación.
El Gobierno subvenciona y ofrece un apoyo casi total a las instituciones, así como a otras que agrupan diferentes tipos de discapacitados.
Uruguay
Desde 1991, existe la Coordinadora Uruguaya de Instituciones de y para Ciegos que se encuentra actualmente en proceso de reestructuración y fortalecimiento. Hay seis organizaciones de Ciegos y la más antigua es la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay - UNCU (1950). De ellas, 3 están en Montevideo, 3 en otros departamentos. Los afiliados con que cuentan oscilan entre 50 y 300 personas.
Su caudal económico está fundamentalmente basado en la recaudación de las cuotas sociales. Al ser éstas muy bajas, su patrimonio económico se ve muy reducido. Dado que se detectan dificultades de participación, el colectivo de las instituciones de ciegos promovió la realización de cursos de dirigentes y un encuentro nacional. También llevan a cabo actividades de carácter social, cultural y de gestión reivindicativa.
Venezuela
La Federación Venezolana de Instituciones de Ciegos - FEVIC (1977), con sede permanente en la ciudad de Caracas; es una organización federativa de segundo grado y de jurisdicción nacional que agrupa 9 de las 10 organizaciones de ciegos legalmente constituidas y 9 organizaciones para ciegos en su mayoría de carácter privado.
FEVIC ha logrado mantenerse y robustecer la unidad del movimiento tiflológico nacional, sin que jamás haya sufrido división alguna. Siempre se ha involucrado en la lucha por la integración social de los ciegos venezolanos. Participa activamente en actividades reivindicativas. Se ha identificado como necesidad concreta y urgente, la implementación de mecanismos de autofinanciamiento que garanticen el fomento de los servicios y programas. En Caracas reside la mayor parte de la población de personas ciegas conocidas pero buena parte permanece al margen del movimiento tiflológico.
De las 10 organizaciones legalmente constituidas, sólo Caracas ha logrado afiliar aproximadamente 300 miembros; en total este tipo de organizaciones agrupa a unas 1300 personas ciegas. No más de 4 tienen sede propia y tal vez dos o tres tienen solidez económica, las restantes son muy pequeñas. Debido a la situación inflacionaria que en los últimos años ha vivido el país y la no implementación de programas de autogestión en las organizaciones de ciegos, se ha observado en los últimos años un franco retroceso, por lo que éstas presentan una difícil situación ya que su mayor eje de funcionamiento se basa en los subsidios gubernamentales que son insuficientes para garantizar una buena marcha institucional.
LOS DESAFÍOS DE ULAC
En este campo, aunque con una visión integral, las dificultades y los retos con los que lucha cada uno de los países constituyen la esencia de los desafíos que ULAC enfrenta.
Hay factores externos, muy difíciles de manejar, que influyen en la vida de todos los latinoamericanos y aquellos que tienen una discapacidad visual y sus asociaciones no son ni pueden ser una excepción. La globalización de la economía, la tendencia a la privatización, el empobrecimiento de los gobiernos y su falta de interés que en algunos casos llega a ser carencia de solidaridad, por los problemas de una minoría con escasa o nula influencia a la hora de votar, son barreras muy difíciles de combatir y que requieren mucha imaginación y creatividad por parte de los dirigentes para lograr que la amenaza al menos no sea tan fuerte.
En su Plan de Acción 2000-2004, consciente de los efectos positivos del intercambio, la comunicación y el esfuerzo coordinado entre organizaciones nacionales, regionales e internacionales con los mismos intereses, ULAC encara maneras de abrir caminos y conjuntar esfuerzos por esta vía.
Se considera que la amplia difusión de las informaciones, junto con la capacitación de dirigentes desde los ámbitos locales darán lugar al logro de "los perfiles indispensables para encauzar proyectos y acciones en beneficio de la comunidad ciega, atentos a la necesidad de promover el fortalecimiento y unión de las organizaciones nacionales y la consolidación de sus finanzas." (11)
El proceso educativo que lleva a la tan nombrada y aspirada unión es lento y muchas veces parece que empieza una vez más desde cero, sin embargo se encara la tarea con energía y esperanzas de mejorar la calidad de vida de las personas ciegas o con baja visión de la región.