Texto publicado por Brenda Stéfani

Deseo versus realidad. Ser turista de familia en Cuba.

Había llegado a Cuba, como si fuera yo una flor de la mañana. Quería hacer todo,conocer todo, ir a todas partes, en fin, quería "turistear".
Pero el encontronazo con la realidad no tardó en llegar. Los carros son escasos, las pocas personas que los tienen los alquilan y muchos de esos autos de alquiler son también del estado.
No hablaré del costo de los viajes pero si les diré que son elevados, , la gasolina también es escasa, las personas se manejan utilizando motocicletas (ellos les llaman motor), abundan las bicicletas y los coches de caballos tienen campanitas, pareciera que siempre estamos como en navidad. Otra cosa que me llamó la atención, fueron las motos eléctricas, algo que aún no existe en Paraguay. Así que como verán, mi sueño de turista milloneta se deshizo pero eso no impidió que yo pueda disfrutar de otras bellezas, quizá no turísticas del país caribeño.
Probé varios tipos de transportes, yo que no había subido a una motocicleta por más de 10 minutos y siempre con algún familiar, tuve que viajar 50 km hasta el pueblo de Bahía onda y volver hasta La Palma, con el tío de Adrian, y me dirán. Y qué, andar en moto, gran cosa. Pero para mí la gran cosa no fue eso, sino sentir los diferentes aromas, la ruta vacía, el viento en el rostro y el sol de Cuba pegándome hasta en los huesos.
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