Texto publicado por Azucena
Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 4 años.
Fragmentos de una realidad
¿Dónde está?, No lo sé tal vez se fue, ¿adonde?, lo desconozco, sólo la vi pasar, como a la vida... Como la moralidad donde los valores son cada día más leyenda que realidad... realidad.... por qué somos más virtuales, qué reales, por no decir personas egoístas que actúan a conveniencia... sinceridad, honestidad, o humildad se omiten o desacreditan cuando los intereses de los objetivos son muy altos... vivimos en una sociedad compartida, pero encerrados en nuestro propio mundo, nuestros propios procesos, que a veces no permiten ver más allá... A la dimensión donde se puede comprender la importancia del Otro, donde todos somos diferentes, pero iguales en valor... vivimos alimentando las creencias a Basse de prejuicios, Y etiquetando todo lo que no va acorde con lo que estamos viviendo en el momento… de ahí que si un poema de amor es bastante expresivo, cae en lo ridículo, qué laz historias tristes Son contadas por personas dramáticas, qué quien intenta contar un relato histórico está fuera de onda... Y en su mayoría somos más los manipulables, que los Manipuladores, Es así que para muchos es fácil creer todo, Sin cuestionar... hay quienes Son persuadidos por una apariencia, una palabra, dónde el significado sólo está en la interpretación de quien da la opinión o expresa su percepción, pero no es lo real, por qué quien se muestra enfrente, sólo actúa con base a sus intereses.... es así que a muchos no les importa estar cambiando de careta... así todos en nuestra existencia vivimos la vida como sólo un momento, pero la pensamos, eterna, porqué confundimos la satisfacción momentánea con una vida de calidad, porqué actuamos y hablamos sin pensar en la trascendencia que pudiera tener todo lo manifestado, pensamos que para todo hay tiempo de sobra y compartimos momentos y situaciones con los demás, pero sólo por circunstancia, no por un interés auténtico de evolucionar como ser humano... queremos todo fácil, ya no nos interesa construir relaciones sólidas, vamos eligiendo a las personas como si se tratara de cambiar la etiqueta de un producto, Y toda la experiencia compartida no cuenta... pareciera ser que todas esas interrogantes sobre: quién soy, adonde voy, O el sentido mismo de la existencia, sólo les correspondía A los filósofos de la antigüedad, cómo si esas preguntas estuvieran desfasadas a la actualidad... quien dice hoy en día, ¿Cuales son los errores de los que más he aprendido?, o ¿Cual es la importancia de equivocarme?.