Enlace publicado por Leandro Benítez
Una comunidad global unida en la diversidad, comprometida con la justicia, la educación y el servicio para construir un mundo mejor.
La fe bahá'í es una religión relativamente joven que se originó en el siglo XIX en Persia (actual Irán) y promueve un mensaje de unidad y progreso. Su fundador, Bahá’u’lláh, proclamó que la humanidad está en una etapa de maduración, y que debemos trabajar unidos para construir una sociedad pacífica, justa e igualitaria.
Uno de los puntos clave de la fe bahá'í es la idea de unidad en diversidad. Bahá’u’lláh enseñó que todas las religiones provienen de la misma fuente divina, cada una adaptada a las necesidades de su época. Así, los bahá'ís reconocen la validez de religiones como el judaísmo, el cristianismo, el islam y el hinduismo, entre otras. Esta visión inclusiva es progresista porque evita la exclusión y fomenta el diálogo interreligioso.
La igualdad de género es otro pilar fundamental de la fe bahá'í. Bahá’u’lláh declaró que hombres y mujeres son iguales y deben tener las mismas oportunidades en todos los aspectos de la vida. Este mensaje, adelantado a su época, sigue siendo relevante hoy en día y es un llamado a empoderar a las mujeres como clave para el desarrollo de la sociedad.
Otro aspecto progresista es el énfasis en la educación universal y la búsqueda del conocimiento. Los bahá'ís creen que la educación es fundamental para alcanzar el potencial humano y contribuir al bienestar colectivo. Además, se promueve el estudio de la ciencia y la religión como dos herramientas complementarias, no contradictorias, para entender la realidad.
La fe bahá'í también aboga por la eliminación de los prejuicios raciales y económicos. Bahá’u’lláh enseñó que los problemas del mundo son causados por la desunión y la falta de equidad. Para los bahá'ís, el racismo y la pobreza no son cuestiones aisladas, sino síntomas de una estructura global que debe ser transformada.
La comunidad bahá'í es conocida por su diversidad y su fuerte sentido de unidad. Al estar presente en casi todos los países del mundo, incluye personas de diferentes culturas, etnias, y trasfondos, lo que refleja uno de sus principios clave: la unidad en la diversidad. Esta diversidad se ve como una fortaleza que enriquece a la comunidad y ayuda a poner en práctica su misión de construir un mundo más inclusivo y justo.
A nivel local, los bahá'ís suelen organizar actividades abiertas al público, como reuniones de oración, clases para niños, grupos de estudio y programas de servicio comunitario. Su enfoque está en la acción y la colaboración, buscando construir relaciones de solidaridad y apoyo. También se enfocan mucho en la educación moral y espiritual de las generaciones más jóvenes, promoviendo valores como la honestidad, la generosidad y el respeto.
Algo notable es que la comunidad bahá'í no tiene clero ni líderes religiosos en el sentido tradicional. Las decisiones se toman de forma colectiva a través de consejos administrativos electos, lo que fomenta la participación igualitaria y la transparencia. Este sistema de autogobierno ayuda a evitar jerarquías y promueve una cultura de consulta y colaboración.
La comunidad bahá'í también está comprometida con el servicio a la sociedad, trabajando en áreas como la educación, el desarrollo social y la promoción de los derechos humanos. Por ejemplo, han estado involucrados en proyectos de educación para mujeres y niñas, especialmente en áreas rurales y comunidades desfavorecidas.
Yo hace un par de años estoy conociendo esta religión y su comunidad, y realmente son como se describe en el texto. En el enlace dejo un documental que se hizo en homenaje al bicentenario de su profeta, Bahá'u'lláh.