Texto publicado por Rody Armando Mora

TAL VEZ. REFLEXIÓN.

Tal vez yo envejezca demasiado rápido.

Pero lucharé para que cada día haya valido la pena.

Tal vez yo sufra inumerables desilusiones en el correr de mi vida, pero haré que pierdan importancia ante los gestos de amor que encuentre.

Tal vez yo no tenga fuerzas para realizar todos mis ideales,

pero jamás me consideraré derrotado.

Tal vez un día el sol deje de brillar,

pero entonces me iré a bañar bajo la lluvia.

Tal vez un día yo sufra alguna injusticia, pero jamás asumiré el papel de víctima. Tal vez una de esas noches frías,

yo derrame muchas lágrimas,

pero no me avergonzaré por ese gesto.
Tal vez con el tiempo yo perciba que cometí grandes errores, pero no desistiré en continuar
mi camino, tras corregirlos. Tal vez con el correr de los años yo pierda grandes amistades,

pero aprenderé que nunca perderé a quien es realmente mi verdadero amigo. Tal vez algunas personas me deseen un mal,

pero continuaré plantando la semilla de la fraternidad por donde yo pase. Tal vez yo nunca consiga entender el universo,

pero aprenderé a diseñar uno,
aunque sólo sea dentro de mi corazón. Tal vez hoy yo me sienta débil,

pero mañana recomenzaré de nuevo, aunque sea de manera diferente. Tal vez yo no aprenda todas
las lecciones necesarias,

pero tendré la conciencia que las verdaderas enseñanzas
ya están grabadas en mi alma.

Tal vez yo me deprima

por no ser capaz de saber

la letra de aquella música,

pero quedaré felíz con las otras
capacidades que poseo. Tal vez yo no tenga motivos

para grandes celebraciones,

pero no me dejaré de alegrar
con las pequeñas conquistas. Tal vez yo no sea exactamente
quien me gustaría ser...

Pero pasaré a admirar a quien soy.

Porque al final sabré que, a pesar de mis defectos, soy capaz de construir una vida mejor. Y si aún no me convencí de eso, es porque como dice aquel dicho:

“Todavía no llega el fin”... Porque al final no habrá ningún “tal vez”,y sí la certeza De que mi vida valió la pena

y que yo hice lo mejor que pude.

"La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un sirviente fiel. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo"