Texto publicado por Sarita Guerra

Siempre inconforme con las experiencias de mi vida, siempre quejándome por todo, por mis lágrimas, mi sufrimiento, mi desdicha por personas ingratas que solo buscaban herirme o simplemente pasar un rato.
Uno jamás está disponible para las cosas buenas, menos cuando estas no son muy presentes en el camino, gracias a las circunstancias llegamos a tener una mentalidad negativa, un concepto de que solo hemos venido con el firme propósito de ser blanco de las flechas del dolor.
Cuando nos llega a suceder algo agradable decimos, esto no es normal, me van a lastimar, claro, de eso se trata. Sin querer nosotros mismos atraemos una energía negativa, de alguna manera nuestro subconsciente recibe la señal de que vuelve el ciclo de sufrimiento............ Todo es mental.
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............Pero no siempre es así!
Hay quienes a pesar de las caídas vuelven a levantarse con toda la intención de volver a darle recio a la vida, de volver a abentarse al ruedo, claro, teniendo bien claro que se puede volver a perder, pero también se puede ganar!
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No cabe duda que todos los días se aprende algo, y yo así lo hago, yo aprendo siempre de esa persona a la que tanto adoro, aprendo a siempre mirar a delante, a jamás rajarme, a tener el suficiente carácter como para no dejarme manipular por nadie, persona a la que dios mandó para ser mi luz, mi sombra, mi aire, mi agua, mi sol y mi noche de estrellas y una luna re grande que me diga.
Hay alguien que se desvive por ti, que te piensa todo el tiempo, persona que a cada instante te extraña, te ama, te adora y de ser preciso daría su vida con tal de salvar o protejer la tuya.