Texto publicado por Ana

Comparto una bonita reflección.

 
EL DOLOR ES UN MAESTRO
El dolor en sí mismo no es un mal que tengamos que evitar a toda costa. El dolor es un maestro que nos puede enseñar muchas cosas. El dolor nos instruye, nos dice que cambiemos, que dejemos de hacer una cosa y emprendamos otra, que dejemos de pensar en cierta forma y empecemos a pensar en forma diferente. Y cuando nos negamos a escuchar al dolor y a sus enseñanzas, lo único que nos queda es convertirnos en escapistas. Efectivamente, lo que decimos es: no voy a escuchar, no voy a aprender, no voy a cambiar.

Las personas abiertas y que van creciendo no toman a regañadientes la pedagogía del dolor y buscan el cambio. Intentan respuestas y correcciones adecuadas. Los otros no escuchan las enseñanzas del dolor. Se contentan con establecerse y vivir con el 10% de su potencial humano. Se contentan con morir, sin haber realmente vivido.

Mediante las verdaderas y permanentes relaciones del amor, podemos recobrar la aceptación de nosotros mismos, la realización de lo que valemos. Si poseemos estas dos cualidades, todo lo demás se irá desplazando en dirección del crecimiento, por el sendero de la paz.

Cuando faltan el amor y el sentido del valor personal, lo único que queda es una existencia parcial. Y así solo podremos lograr una fracción de lo que pudimos haber logrado y sido. La Gloria de Dios que consiste en que la persona viva plenamente, habrá quedado recortada.

Aprendamos del dolor.
J. Powell
LA ESPERANZA EN EL CORAZÓN
Todo saldrá bien. Ya lo verás. Vas camino hacia mejor y hasta llegar ahí solo es cuestión de tiempo. Recuerda otros momentos de tu vida, momentos en los que te preguntaste si acaso podrías superar la adversidad. Al final, siempre pudiste.
Trata de pensar en eso ahora, mientras miras en tu interior. Date tiempo necesario para vivir en carne propia todo lo que estás sintiendo. Tiempo para manejar y disfrutar las emociones, y tiempo para escabullirte hasta ese lugar que está en lo más profundo de ti, donde te sientes más afianzado, seguro y a salvo. Ese lugar es fuerte y auténtico, y vive en ti con más belleza de la que supones.
La ayuda está aquí, por si la necesitas, pero lo que más te ayudará es recordar esto: "Si eres capaz de darle un oportunidad a todas las cosas, todo saldrá bien. Te lo prometo. Si tu corazón está en el lugar correcto, ¿qué más queda?" Después de pasar por diferentes situaciones en que la adversidad parecía acompañarte, en que pensaste quizás que todo iba mal y seguiría así por siempre; que veías muros y sentías estar atrapado entre cuatro paredes que parecían no poder derrumbarse.
Tal vez, ahora que estás fuera y ves la vida con otros ojos te des cuenta que no siempre lo malo estará rondándonos, que es parte del vivir de cada una de las personas, que salir de esas situaciones solo depende de nosotros mismos, de cómo tomemos las cosas. Todo por más malo que parezca tiene algo de positivo que quizás en ese momento no te das cuenta, pero con el tiempo aprendes a ver aquello.
No te niegues la oportunidad de volver a empezar, no te niegues la oportunidad de volver a confiar, no te niegues la oportunidad de volver a vivir, no te niegues el poder ser feliz. Vive.