Texto publicado por Leandro Benítez

Finlandia, el modelo educativo de hoy

"Comenzar al aprendizaje escolar antes de los 7 años es un desperdicio de tiempo", dijo Irmeli Halinen.

La lección es comparar con inteligencia y recaudos
La mejor educación en el mundo no es la que empieza a los cuatro años de edad ni la que tiene todo el secundario obligatorio.
En Finlandia, cuya educación encabeza los rankings internacionales de calidad, los chicos empiezan a ir al colegio a los 7 años y los docentes gozan no sólo de prestigio y valoración social, sino de amplia confianza del Estado para desempeñar sus tareas.
“Los maestros están muy bien formados y motivados. Además, nuestras escuelas tienen un sistema de apoyo a los estudiantes, que contribuye a que tengan éxito”, explicó a La Nacion la directora de Educación Preescolar y Básica de Finlandia, Irmeli Halinen, al sintetizar las razones principales que hoy ubican a Finlandia en lo más alto de las evaluaciones en matemática, ciencia y comprensión de lectura.
Más allá de las diferencias culturales y sociales que separan a ese país de la Argentina, las estadísticas desnudan diferencias abismales. En Finlandia, donde la enseñanza básica y obligatoria se extiende nueve años, el abandono escolar es del 0,5% y repite apenas el 2% de los alumnos. En la Argentina, en cambio, se estima que la deserción alcanza al 8,5 % en el período más crítico –séptimo grado a segundo año del secundario– y el índice de repitencia trepa al 10,3 % en la primaria, con picos más altos en algunas jurisdicciones y etapas.
En la Capital Federal, el distrito con mejor rendimiento escolar en todo el país, repiten el 15,5% en primer año del secundario y el 18,1 % en segundo año.
"No tenemos inspecciones ni supervisores. Confiamos en nuestros docentes", aseguró Halinen, que llegó a Buenos Aires para participar de un taller internacional sobre inclusión educativa organizado por el Ministerio de Educación, la Oficina Internacional de Educación de la Unesco, la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (Orealc) y la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés.
Los jardines maternales y el año de preescolar es voluntario, aunque la mayoría de los chicos concurre a estas instancias de educación temprana, en las que juegan, cantan y realizan actividades lúdicas. Pero no más. "La educación obligatoria comienza a los 7 años porque antes los cerebros no están listos. Nuestras investigaciones neurológicas muestran que antes de esa edad el desarrollo cerebral y físico no es el apropiado para el aprendizaje académico", explicó Halinen.
La estructura educativa en Finlandia, un país de 5,2 millones de habitantes, es esencialmente estatal. Hay unas 3500 escuelas de enseñanza básica, con 586.000 alumnos y 44.000 docentes. Más del 90% de los colegios son municipales y la enseñanza privada es casi nula.
A la enseñanza básica le sigue la secundaria superior, de tres años, con dos opciones: vocacional y general, con 120.000 alumnos cada una. Tradicionalmente, la secundaria vocacional era más popular, pero hoy la demanda está equilibrada. Ambas vías sirven para llegar a la universidad.
AUTONOMÍA Y CALIDAD
Los directores de cada escuela básica pueden elegir libremente al plantel docente. Las autoridades municipales, sin embargo, son responsables de la capacitación, formación y bienestar de los maestros.
"En las aulas se utilizan métodos que activan el aprendizaje, como trabajos en grupo y búsqueda de información", contó la viceministra. Y explicó que tratan de trabajar siempre con grupos reducidos.
Por ley, entre primer y segundo grado no puede haber más de 25 alumnos. Y de tercero a sexto, hay entre 25 y 30 chicos en cada aula. A partir de séptimo, en los grados superiores, el número baja y los maestros trabajan con 15 a 20 chicos. "Son clases más pequeñas. A esa edad, es mejor que sean menos", dijo Halinen, con naturalidad. Y contó que la premisa es que los docentes "reconozcan en el curso las necesidades de los estudiantes para desarrollar las capacidades de cada uno de la mejor manera posible".
La lectura, la escritura y el manejo de las habilidades matemáticas son la prioridad en el aula. También se busca el aprendizaje en competencias, más que en contenidos, y cada escuela puede organizar las asignaturas en áreas.
El uso de las tecnologías se aplica en la escuela en forma integrada. "Las nuevas tecnologías forman parte de todas las áreas de la vida. Están incluidas en todas las materias", explicó Halinen, al señalar que un colegio puede incluir una materia específica para enseñar las nociones de informática. Pero, en ese caso, no será una asignatura obligatoria, sino optativa.
Para la viceministra es importante conservar la estructura de nueve años de educación básica, que en la Argentina fue dejada de lado el año último, con la nueva ley de educación.
"Conviven en las mismas instalaciones los chicos de 7 años y los adolescentes de 16. Los más pequeños respetan a los mayores y éstos tienden a asumir más responsabilidades. El comportamiento, incluso, es mejor", dijo la funcionaria. Por ejemplo, señaló que en excursiones y viajes de estudios de los cursos inferiores, los maestros suelen llevar a los chicos más grandes como asistentes de enseñanza.
JERARQUIZACIÓN DOCENTE
Tal vez, la principal diferencia con la realidad argentina es la valoración social que hoy tienen los docentes.
Y no sólo es un tema salarial. "Los maestros en Finlandia deberían ganar mejor porque todos tienen un grado universitario y una muy buena formación académica", precisó Halinen. Y añadió que desde hace varios años las clases no se interrumpen por paros.
La profesión docente, explicó, es muy popular y es la primera actividad que eligen los jóvenes al salir del secundario. Hay tantos candidatos a la docencia, que se dan el lujo de seleccionar a los mejores. La Universidad de Helsinki sólo admite al 12% de los aspirantes a la docencia.
"Los propios maestros piensan que su profesión es creativa, innovadora, y tienen libertad para trabajar. Además, las escuelas no son las únicas en Finlandia que trabajan para los niños", concluyó la visitante europea.
CLAVES DEL ÉXITO
Inicio: la escuela obligatoria comienza a los 7 años. El preescolar es voluntario.
Motivación: los chicos aprenden a leer y escribir en primer grado, en medio año.
Extensión: la escuela básica y obligatoria dura nueve años, hasta los 16.
Efectividad: el 0,5 % de los chicos abandona la escuela. Y repite apenas el 2 por ciento.
Por año: los alumnos tienen 190 días de clases.
Atribuciones: cada director de escuela puede elegir su plantel docente.
Ayuda: las escuelas están obligadas a dar apoyo escolar a los chicos que lo necesitan.
Dimensiones: en primer grado no hay más de 25 alumnos por aula. Y de séptimo a noveno, el máximo es de 20.
Por mérito: hay una selección rigurosa en el ingreso a la docencia.