Texto publicado por Leandro Benítez
Chistes psicológicos! jeje
Dos amigos
¡Hola, que tal estás! Muy bien, estupendamente. ¿Y de aquel problema que tenías?, ¿no te hacías pis en la cama? Sí, y me lo sigo haciendo, pero desde que voy al psicólogo ya no me importa.
La diferencia entre un psicótico y un neurótico consiste en que un psicótico cree que 2+2 son 5, mientras que un neurótico sabe que 2+2 son 4, pero LE DA UNA RABIA...!
La consulta:
Una señora va al psicólogo
Señora: Doctor dígame qué hacer porque fíjese, me di cuenta que mi hijo consume droga.
Doctor: No se preocupe, mire es la edad, sólo procure que no lo haga muy seguido y sobre todo hable mucho con él.
Señora: Pero Doctor, mi hijo sólo tiene cinco años.
Doctor: Pero cómo!! Entonces tráigalo, necesito hablar con él.
El Doctor le dice al niño: ¿Es verdad que tomas drogas?
El niño: Sí, doctor.
Doctor: ¿Y desde cuándo?
Niño: Desde que tuve mi primera relación sexual.
Doctor: ¿y eso cuando fue?
Niño: No sé, estaba borracho.
Una chica le cuenta al psicólogo sobre sus problemas relacionados con la bebida:
Chica: - Tal como le cuento, doctor, mi problema es con el alcohol. Siempre que tomo un par de tragos me entran unas ganas irresistibles de hacer el amor con el primer hombre que se me cruza...
Y el psicólogo le responde: - Bueno, el asunto parece delicado... ¿qué tal si nos tomamos un par de tragos, se relaja y lo discutimos?
Llega un señor al psicólogo y el doctor le pregunta
Doctor: ¿Veamos cuál es el problema?
El señor responde: Mire doctor lo que pasa es que yo padezco "megalomanía".
Entonces el doctor responde: Vamos, no creo que su problema sea tan grave, a ver cuénteme todo desde el principio,
Señor: Ah, pues mire doctor en el principio yo comencé creando la tierra, los cielos y los mares...
Va un tipo al psiquiatra y le dice:
Tipo: - Doctor, doctor, soy incapaz de decir federico
Doctor: - ¿Cómo?
Tipo:- Que soy incapaz de decir federico.
Doctor:- Pero si lo dice perfectamente.
Tipo:- ¿De verdad, doctor?
Doctor:- Sí.
Se va de la consulta, llega a casa y le dice a la mujer:
Tipo:- María, vete al federico y saca dos cervezas frías, vamos a celebrar que ya estoy bien.
Un señor de mediana edad, literalmente descompuesto, entra en el despacho de un psiquiatra. Hace tan mala cara y se le ve tan desesperado, que el psiquiatra le invita a exponerle, sin mas preámbulos, su problema.
Señor: - Pues verá usted, doctor; estoy desesperado, no puedo más. No le veo solución alguna a mi problema.
Doctor: - No hay problema que la psiquiatría actual no pueda resolver. Usted confíe en mí y ya verá como se lo arreglo. Cuénteme, cuénteme...
Señor: - Pues verá usted, doctor; yo, cada día, al regresar de mi trabajo, me pongo las zapatillas, ceno, miro un poco la tele y me acuesto.
Doctor: - ¿Y tiene Ud. problemas de insomnio?
Señor: - No, no; me duermo enseguida.
Doctor: - Entonces...
Señor: - Pues verá usted, doctor; cada noche sueño lo mismo.
Doctor: - Muy interesante. ¿Y qué sueña Ud?
Señor: - Pues verá usted, doctor; sueño que me paseo por un bosquecito y, de repente, me encuentro con un enanito que me saluda y me dice: "Buenas noches, Fernando; ¿cómo estas?" Yo le contesto: "Bien, gracias; ¿y Ud.?" Pero el enanito, sin contestarme, prosigue con sus preguntas: "¿Has trabajado bien, hoy?" Yo le contesto: "Regular, regular". Y el enanito, como si me conociese de toda la vida añade: "¿Y ya has hecho pipí, Fernandito?" Yo le contesto la verdad: "No señor, todavía no." Y entonces, el enanito, con una voz suave y maliciosa a la vez me dice: "Pues anda, haz pipí, Fernandito..." Y me lo dice con tanta persuasión, que no puedo más que obedecerle y... me orino en la cama. Ya puede Ud. imaginar que calvario es mi vida: mearme en la cama a los 40 años cumplidos. No puedo ni casarme, ni hacer vida normal ni nada. Estoy para el arrastre.
Doctor: - Hombre, pues su problema tiene fácil solución.
Señor: - ¿Lo dice de verdad, doctor?
Doctor: - Claro que sí. Es muy sencillo. Cada noche, antes de acostarse, Ud. se va al W.C. y orina tranquilamente. Cuando se le aparezca en sueños el enanito y le pregunte a Ud. si ya ha hecho pipí, Ud. le contesta que sí, que lo ha hecho justo antes de acostarse, y en paz. Es así de sencillo.
Señor: - Pues muchas gracias, doctor. No sabe Ud. el peso que me saca de encima. Se lo agradeceré toda la vida.
Pasan los meses y el cliente no vuelve más a la consulta. Lógicamente, el psiquiatra está convencido de que le resolvió el problema, y contempla incluso la posibilidad de hacer una comunicación sobre el caso en el próximo congreso (la típica vanidad del psiquiatra ordinario). Hasta que un día, por casualidad, lo cruza por la calle. Si antes daba pena, ahora apenas parece un ser humano. El psiquiatra no había visto nunca, a pesar de su larga carrera, alguien tan destrozado como él. Se le acerca y le saluda.
Doctor: - Buenos días, don Fernando. ¿No se acuerda Ud. de mí?
Señor: - ¿Que si no me acuerdo de Ud.? No paro de maldecirlo desde el día en que le conocí.
Doctor: - Pero hombre, ¿aplicó Ud. escrupulosamente el tratamiento que yo le di?
Señor: - ¡Claro que sí, doctor!.
Doctor: - Entonces...
Señor: - Pues verá usted, doctor. Yo seguí sus consejos al pié de la letra. Antes de acostarme, le cambié el agua a las olivas, como decimos en mi pueblo, y me fui a dormir. Como siempre, me dormí enseguida y, como siempre, se me apareció el enanito y me dijo: "Buenas noches, Fernando; ¿cómo estas?" Yo le contesto: "Bien, gracias; ¿y Ud?" "¿Has trabajado bien, hoy?" "Regular, regular". "¿Y ya has hecho pipí, Fernandito?" Entonces, yo, ni corto ni perezoso, le digo con toda mi alma: "Sí señor, justo antes de acostarme." El enanito se queda un tanto sorprendido y parece desconcertado. Pero, al cabo de unos segundos, me mira maliciosamente y, con una sonrisa sardónica, añade: "¿Y caca?"
Un paciente se quejaba con el psiquiatra de un problema que tenía desde hace mucho tiempo:
Paciente: - Doctor, ya no aguanto cúreme por favor.
Doctor: - Explíqueme, cual es el problema dijo el doctor.
Paciente: - Vea aquí abajo de mis brazos, estoy lleno de plumas. Todos los días me salen por todas partes, por todo el cuerpo. Me las quito y me vuelven a salir. Ya no sé que hacer, estoy cansado de esta situación.
Doctor: - Mmm, dijo el doctor, acuéstese allí, cierre los ojos, relájese, respire profundo y repita conmigo: "Yo no soy ave, no tengo plumas, y nunca he tenido plumas". Repítalo tres veces.
El paciente así lo hizo y el doctor le ordenó: "Abra los ojos, respire profundo y póngase de pie". Ahora, ¿cómo se siente?
A lo que contestó el paciente: Muy bien doctor, gracias. Ya no tengo plumas! Se lo agradezco.
Una vez que se fue el paciente, el doctor aplastó el botón del intercom y llamó a su enfermera:
Doctor: "Señorita hágame el favor de venir inmediatamente y limpiar mi consultorio que esta lleno de plumas".
Remedio barato. Está el paciente contándole al psiquiatra lo que le ocurre:
- Paciente: Doctor, tengo un problema: cada vez que voy a acostarme creo que hay alguien debajo de la cama. Para combatir esto me acuesto debajo de la cama y entonces creo que hay alguien arriba. ¡Tiene que ayudarme!
- Psiquiatra: Muy bien, venga tres veces por semana a verme a la consulta, y en un año yo le curaré.
- Paciente: ¿Cuánto cobra por sesión?
- Psiquiatra: 5.000 pesetas por visita
- Paciente: Está bien, doctor, lo voy a pensar…
Seis meses más tarde el psiquiatra se encuentra al individuo y le pregunta:
- Psiquiatra: ¿Por qué no regresó más?
- Paciente: ¿Por 5.000 pesetas la visita? Un camarero me curó por tan solo 500 pesetas…
- Psiquiatra: ¡Ya! ¿Y cómo lo hizo?
- Paciente: ¡Me dijo que le cortara las cuatro patas a la cama!
Breves
Señora: Verá doctor es que yo tengo complejo de gorda. Doctor:- Quédese tranquila señora que lo suyo no es complejo.