Texto publicado por Leandro Benítez
Indígenas colombianos desmantelan trincheras de las FARC y el ejército
Los indígenas no aceptan militarización en territorios del norte del Cauca.
Los dirigentes indígenas afirmaron estar cansados de la presencia de grupos armados, legales o ilegales, y apuntaron que no van a aceptar que los "sigan exterminando como lo vienen haciendo". Pidieron a organismos internacionales que apoyen la iniciativa.
Indígenas colombianos del norte del Cauca (oeste) desmantelan trincheras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y de tropas del Ejército para poner fin a enfrentamientos que han afectado a varios poblados de la región.
El portavoz de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), Feliciano Valencia, precisó que “vamos a desmilitarizar el territorio por la vía, porque ni la policía ni las FARC son capaces de garantizar la paz. Por eso vamos a levantar las trincheras de la fuerza pública y vamos a demoler los campamentos de la guerrilla”.
Valencia destacó que el propósito es continuar esta campaña por otros municipios que ha sufrido recientemente las ofensivas de la guerrilla y los actos de represión de las autoridades colombianas, como Miranda, Jambaló y El Mango en la localidad de Argelia (oeste).
Al menos mil indígenas del norte del departamento del Cauca se movilizan hacia una zona montañosa de Colombia, para desmantelar trincheras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del país suramericano (FARC) como medida para poner fin a acciones violentas que han afectado a poblados de la región.
“Expulsaremos a los grupos armados del territorio. Nos cansamos y no vamos a aceptar más que los actores armados nos sigan exterminando, como lo vienen haciendo. Mil personas salieron a buscar a la guerrilla, a decirles que se fueran, que no los necesitamos, que levanten sus campamentos o, si no, nosotros los levantamos”, apuntó.
El dirigente pidió a organismos internacionales que apoyen la iniciativa de los delegados indígenas para conseguir el cese al fuego.
Otro dirigente de la región identificado como Edilfredo Peña, resaltó que darán dos semanas a las FARC para que abandonen sus sitios ancestrales y agregó que es una manera de plantear un debate público a los actores armados.
Asimismo, los indígenas exigen que la Fuerza Pública se retire de varios sectores del departamento del Cauca, porque aseguran que su presencia cerca de las casas los convierte en blanco de las balas. En las últimas horas 300 indígenas desmontaron las trincheras que rodeaban la estación de policía del pueblo de Toribio y botaron al río los sacos de arena que servían para protegerla en combates con insurgentes. Acotaron que con la medida exigen a los agentes que se retiren a otros lugares lejos de sus viviendas.
Al respecto, Feliciano Valencia aseguró que respetan la Constitución y el Gobierno pero no aceptan una militarización, ni su infraestructura en los territorios indígenas. “Estamos dispuestos a conversar sobre eso”. Por su parte, el general Jorge Hernando Nieto, manifestó su rechazo al desmantelamiento de las trincheras que protegían a la estación de Toribio. Indicó que los policías actuaron en la región con prudencia para evitar hechos violentos.
El desarme de trincheras de las FARC y de la Fuerza Pública en el norte del Cauca tienen lugar a un año del atentado con una chiva bomba que dejó tres muertos, 103 heridos y 460 casas destruidas.
Tele Sur
Indígenas del Cauca quieren sacar a Farc y a ejército de su territorio
REDACCIÓN POPAYÁN
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Momentos en los que unos 300 indígenas y pobladores de Toribío retiran los sacos de arena que protegían la estación de Policía. / Ferney
Comenzaron a retirar trincheras de la Policía en Toribío, y fueron a desmantelar las de las Farc.
Al tiempo que este lunes unos 1.000 indígenas de Toribío cogieron camino hacia la montaña, decididos a desbaratar las trincheras de las Farc, otros 300 pobladores empezaron a quitar las trincheras que rodean la estación de Policía. Botaron al río los sacos de arena que servían para protegerla en combates con la guerrilla.
Todo, como parte de su decisión de no permitir más grupos armados, ilegales o legales, en sus territorios. Varios municipios del norte del Cauca, entre estos Toribío y Miranda, tuvieron un difícil fin de semana. En la primera población, unas 400 personas tuvieron que dejar sus casas y buscar refugio lejos, debido a los hostigamiento de las Farc y la respuesta del Ejército. La explosión de un artefacto, lanzando por los guerrilleros según la información oficial, se convirtió en una especie de ’florero de Llorente’ para rechazar la presencia de cualquier grupo armado.
Este lunes, como era de esperarse, el general Jorge Hernando Nieto, comandante de la Región de Policía 4, manifestó su rechazo al desmantelamiento de las trincheras que protegían la estación de Torraba. Dijo que los policías actuaron con prudencia para evitar hechos violentos, pero que la idea es convencer a los indígenas de que la Policía debe permanecer. La tensión era evidente, pues precisamente este lunes se cumplió un año del atentado con una chiva bomba a la estación, que dejó 3 muertos, 103 heridos y 460 casas destruidas. Feliciano Valencia, líder indígena nasa del norte del Cauca, dijo que "no obstante los temores" que tenían, levantaron todas las trincheras del área urbana de Toribío. "Se habló con la Policía y se le dijo que no podía estar ahí", anotó.
El mensaje al presidente Juan Manuel Santos, según Valencia, es que "con lo militar no se pudo controlar el territorio". Y agregó: "Lo vamos a hacer de manera civil, y eso tiene que respetarse".
Santos anunció que presidirá un consejo de ministros en Toribío esta semana, pero no precisó el día.
Líderes de los cabildos del norte del Cauca afirmaron que su objetivo también es lograr la salida de la delincuencia común y de los narcotraficantes. En Miranda también estuvieron hablando con el Ejército. "Le dijimos que se tenían que retirar; vamos a hacer lo mismo en Jambaló y Suárez, en el cabildo de Cerro Tijeras y en todos los territorios donde haya presencia militar legal o ilegal", sostuvo Valencia. Los indígenas dicen que hay pocas bajas entre los combatientes y que los que están sufriendo son los civiles.
Edilfredo Peña, otro dirigente indígena, dijo que darán dos semanas a las Farc para que abandonen sus sitios ancestrales. Eso, agregó, es una manera de plantear un debate público a los actores armados de sus territorios.
Mientras continuaban las acciones de resistencia civil, al menos 1.000 personas continúan en albergues. Los alimentos empezaban a escasear, no obstante la coordinación entre agencias humanitarias e instituciones estatales para atender a los desplazados por los enfrentamientos de los últimos días. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) tenía previsto viajar hoy desde Cali con mercados.
Malestar por la situación
Algunos políticos del Cauca se quejaron de la situación del departamento. El senador conservador José Darío Salazar dijo que al presidente Santos "no lo están informando", porque "de lo contrario no habría dicho que el orden público está controlado". Y el senador liberal Luis Fernando Velasco sostuvo que si bien el Gobierno ha hecho "un esfuerzo militar innegable", no ve el esfuerzo social.
También para el gobernador del Cauca, Temístocles Ortega, la acción del Gobierno nacional contra la violencia ha sido insuficiente.
Mientras tanto, el coronel (r) y docente universitario Alfonso Velásquez cree que las dificultades militares en el departamento tienen algo que ver con que las Fuerzas Armadas no han logrado acercarse a la gente de la zona.
Proponen ser ellos los agentes de seguridad
Feliciano Valencia, vocero del Comité Regional Indígena del Cauca (Cric), dice que la idea de nasas, guambianos y paeces es ser ellos quienes asuman el control territorial y la erradicación de cultivos ilícitos. Por eso, además de exigir que las Farc se retiren, pretenden que el Ejército salga de sus zonas.
¿Qué van a hacer?
Nos cansamos y no vamos a aceptar más que los actores armados nos sigan exterminando, como lo vienen haciendo. Mil personas salieron a buscar a la guerrilla, a decirles que se fueran, que no los necesitamos, que a la gente nuestra la dejen quieta. Que levanten sus campamentos o, si no, nosotros los levantamos. También vamos a levantar las trincheras de la Policía y del Ejército en Toribío y Miranda.
Pero el Ejército tiene la obligación de patrullar...
Respetamos la Constitución y el Gobierno, pero no queremos la militarización, ni su infraestructura en los territorios indígenas. Estamos dispuestos a conversar sobre eso. Tenemos una propuesta para el Gobierno.
¿Cuál es?
Que nuestras comunidades, sus cabildos, sus alguaciles, que son nuestro gobierno en la región, ejerzan el control en el territorio apoyados en la guardia indígena. Tenemos 4.000 guardias indígenas. Eso sí, necesitamos garantías y reconocimiento para ellos.
¿Eso suena a república independiente?
No queremos repúblicas independientes ni separarnos del Estado. Podríamos cruzarnos información con el Gobierno, pero que el Ejército no se meta en nuestro territorio.
¿Eso no ha sido aprovechado por la guerrilla para posicionarse en el Cauca?
No compartimos el proyecto de las Farc y no vamos a permitir que eso nos siga exterminando como pueblo.
¿Y qué harán con los guerrilleros camuflados en las comunidades?
Una es la situación de los que se llevan como guerrilleros, y otra la de los milicianos que dejan dentro del territorio. Con los milicianos también vamos a hablar y les vamos a decir: si quieren su guerra, se van porque aquí ni de civil ni desarmados se pueden quedar. Eso nos trae problemas, como nos los traen los indígenas que trabajan de informantes para el Ejército. Y vamos a traer a los 32 indígenas que reclutaron las Farc. Ya hablamos con ocho y nos aseguran que están cansados de la guerra y que quieren volver a la comunidad, pero primero haciendo la limpieza espiritual necesaria.
¿Cómo van a hacer con indígenas de alto rango como ’Pacho Chino’?
Él ya no pertenece a ningún censo poblacional de ningún cabildo. Toda su vida ha ejercido la guerra; por lo tanto, ya no hace parte de nuestro territorio ni de nuestro proceso organizativo.
Y esto lo harán en Toribío y Miranda...
Vamos a arrancar por Toribío y Miranda, pero lo vamos a realizar en los territorios colectivos indígenas donde hay presencia de grupos armados. En el Cauca hay 570.000 hectáreas de territorios colectivos. En esa zona no vamos a permitir más la presencia de grupos armados. En Jambaló la gente también se está organizando. En Suárez, en el cabildo de cerro Tijeras, donde fue dado de baja ’Alfonso Cano’, la gente también se está organizando. Corinto y Caloto también se está organizando. Lo más seguro es que los ocho municipios del norte del Cauca hagamos esto.
¿Y los cultivos ilegales?
Vamos concientizar a la gente de que eso es más un problema que un beneficio. La gente debe caer en cuenta de que así la coca sea una planta milenaria y medicinal para nosotros, la cogió otra gente y le está dando otro uso.
¿Van a renunciar a la hoja de coca?
La vamos a arrancar de donde esté sembrada de manera extensiva, y vamos a sacar una resolución que diga que cada comunidad puede tener 50 matas para uso tradicional. El resto lo tienen que acabar, porque nosotros mismos estamos dinamizando la guerra, porque el narcotráfico incide en la guerra.
¿Qué van a hacer con los laboratorios y los narcotraficantes?
Si tenemos que levantar laboratorios lo haremos, y si tenemos que sacar gente externa a nuestras comunidades que ha llegado a procesar este producto, también lo vamos a hacer. Nos vamos a sacudir.
¿Por qué cree que los diferentes grupos les van a hacer caso?
Deben hacerlo, porque es la voluntad de la comunidad. Hay que reconocer que nos habíamos quedado cortos en estas decisiones, no porque quisiéramos, sino porque no habían condiciones.
¿Cuáles son esas condiciones?
Fuerza organizativa, solidaridad y apoyo. Antes, casi que éramos sometidos a la voluntad de ellos, ahora la gente ha entendido que ni la guerra ni la coca son el camino y están dispuestos a defender el territorio.
REDACCIÓN POPAYÁN
El Tiempo