Texto publicado por José Jahir

Damas y caballeros ¡revolución en la literatura! esta vez les traigo algo que seguramente les va a encantar: se titula "amor a distancia" Capítulo 1! ¡Novela hecha por mí!

Bueno, espero que les guste, cualquier comentario o sugerencia ¡no duden en decírmelo! que la disfruten!

Amor a distancia
Autor: José Jahir Rodríguez

Año 2012-09-17

Capítulo I:
Una nueva vida

La graduación de la secundaria General 2 se acercaba. Rodrigo estaba muy emocionado, tenía sentimientos encontrados: por un lado, estaba feliz porque culminaba una etapa más de su vida que había logrado con gran éxito, y por otro, triste pues dejaría de ver a sus queridos amigos y profesores con quien siempre contó.
Su amiga Mayra estaba envuelta en lágrimas que derramaban por sus ojos azules claros. Sentía un nudo en la garganta, y comenta que siempre se llevará un lindo recuerdo de esta escuela, más que nada por los increíbles momentos que compartió con su mejor amigo Rodrigo y el club que se formó durante este lapso de tres años.
-Te voy a extrañar mucho –dijo Mayra abrazando fuertemente a Rodrigo.
-Yo también –los dos comenzaron a llorar- pero no llores, Mayra; tú y yo siempre seremos amigos, nunca lo olvides.
-Sí, lo sé –comenzó a tranquilizarse- al fin de cuentas tenemos al milagroso Facebook, ¿qué no? –rieron.
-sí, y gracias a eso podremos siempre estar en contacto, y no olvides que puedo aprovechar para ir a verte, el día que vaya a casa de mi abuela Soledad; además, ya tenemos nuestros celulares, y podemos llamarnos cuando queramos.
-Sí, sí –el rostro de la joven se transformó en felicidad- ¡Eso es lo que me da una gran alegría! Te quiero mucho, Rodrigo.
-Y yo a ti, mi querida amiga –se dan un tierno abrazo amistoso.

La ceremonia había iniciado. Todos los terceros estaban acomodados en sus lugares respectivos con sus grupos correspondientes. Rodrigo estaba encantado, una sonrisa iluminaba su rostro. En voz baja dijo:
-Gracias, dios mío, por haberme permitido llegar hasta donde estoy ahora a pesar de mi ceguera. Estoy muy feliz porque hoy termino una etapa de mi vida y comienzo otra. Gracias por que nunca me desamparaste, porque me mandaste a los mejores padres del mundo, quienes siempre me sacaron adelante, gracias por mandarles la fuerza que ellos necesitaban para ayudarme.

-Buenos días, maestros, compañeros y padres de familia que hoy nos acompañan –dijo por el alto parlante el maestro de la ceremonia, Martín, quien impartía la materia de Historia- Hoy es un día muy especial. Hoy finalizan una etapa más de su vida en la que se formarán para prepararse a lo que más adelante será su futuro…
-Ash, ya empezaron con cursilerías –decía Víctor en voz baja.
-Lo bueno es que ya nos graduamos –comentó su amigo Gregorio.
-Sí, y lo mejor de todo es que ya no veremos a ese estúpido ciego nunca más –los dos reían de alegría.
-Guarden silencio –les llamaba la atención una de las maestras.
-Lo siento, profesora –decía cínicamente Víctor.

Víctor era un niño caprichoso, capaz de pisotear a quienes se le interpusieran en su camino; vestía siempre ropa elegante, pues pertenecía a la familia de uno de los más adinerados del estado, don Agustín Reyes Cordero. Era un joven atractivo, de aproximadamente 1.75 metros, complexión media, su cabello era de color castaño oscuro, de ojos verdes –por si fuera poco tenía uno de los ojos más envidiosos que alguien pudiera desear, que desprendían una mirada muy penetrante al observarlo de frente-, y practicaba fútbol y atletismo.
Siempre se la pasaba molestando a Rodrigo, y junto con sus amigos le hacían la vida imposible. Se burlaban de su ceguera y aprovechaban cualquier ocasión para perjudicarlo. Por el contrario, Rodrigo era un muchacho humilde y noble y, aunque no pertenecía a una familia de clase alta, vivía cómodamente y estaba orgulloso de ser quien era y de haber podido llegar hasta este punto. Su familia, formada por su madre Marifer, su padre don Rodrigo y su hermana mayor Karina estaba en los asientos observando el gran y feliz momento de su hijo y hermano. Todos estaban tan orgullosos de él, pues a pesar de su discapacidad estaba entre los alumnos que hoy egresaban. Y cómo no, ¡con excelentes calificaciones!
Nunca le faltó nada. Aunque su vida no tenía lujos él era feliz con lo que tenía, especialmente siempre estuvo lleno de amor y cariño, eso era más que suficiente.
Vestía un pantalón color caqui con una camiseta blanca. Era un joven alto, complexión delgada, de tez blanca; sus ojos color cafés claros, que seguramente si pudiera ver reflejarían su enorme bondad en ellos; su pelo castaño oscuro y unos hermosos labios rojos que mostraban siempre una tierna sonrisa.
Su forma de ser cautivaba a todos los que lo conocían, admirados por todos debido a su extraordinaria forma de ver la vida y su manera de pensar, esto era lo que lo caracterizaba notablemente de los demás. Además poseía dones muy impresionantes, como son el tocar el piano, la flauta y cantar; también formó parte de un coro de jóvenes de ópera. Le gustaba leer (ahora acercado un poco más a la literatura), especialmente libros que le proporcionaran aprendizajes valiosos enfocados en las ciencias Naturales: Biología, Física y Química.
¿Cómo leía? Mediante el sistema para ciegos llamado Braille, y recientemente en su computadora laptop, -muy famosa por todos pues con ella trabajaba en las materias- ayudado con un lector de pantalla llamado JAWS, quien le describe todo lo que sucedía en ésta. A los chicos les encantaba escuchar esa vocecita, y siempre se acercaban a él para observarlo

En la Ceremonia se habían ya presentado a las autoridades que acompañaban este evento de la generación escolar 2008-2011 y se realizaron los tradicionales “Honores a la Bandera”. Comenzaron las participaciones: en primer lugar, unas palabras del director José Luis Chávez, para dar un mensaje a los graduados. Víctor escuchaba con una cara de asco, lo único que quería era que esto se terminara y celebrar el no volver a ver a Rodrigo.
Si bien era un chico perverso, como todo villano sabía interpretar muy bien su papel, fingiendo una alegría delante de todos, mostrando una sonrisa forzada.
Mientras tanto el evento transcurría. Acto seguido del mensaje del director llegaron las hermosas palabras de despedida, dichas por el mismo Rodrigo. Víctor se quería morir de coraje.
-Hey Víctor, ¿qué vas a hacer?
-Le quiero dar una lección a ese tontuelo –dijo.
-¡Tonto! ¡No hagas nada, te pueden descubrir!
-Es que no lo soporto, Gregorio, ¡si tú supieras cuánto lo odio!
-Lo sé, lo sé, pero nunca entendí por qué.
-Porque sí, ¡y deja de hacer preguntas!
-Está bien, tranquilo. Éste no es el lugar adecuado para divertirnos con él, y ya no lo haremos más.
-O quizás sí.
-¿Qué quieres decir, Víctor?
-¿Es que acaso eres un estúpido o qué no piensas?
-Oye, ¡a mí no me hables así! Yo sólo te estoy preguntando, no tienes por qué ponerte tan efusivo.
-Ay, cómo eres delicadito. Está bien, te explicaré: en lugar de dejar a Rodrigo, ¿por qué no lo seguimos? Imagínate si nos ponemos en la prepa a la que irá, ¡podríamos divertirnos mucho fregándolo!
-Pero ¿cómo podremos ir a esa prepa si ni siquiera sabemos en dónde estudiará?
-Pues ¿para qué crees que te tengo a ti? ¡Tú serás quien se encargue de eso!
-Pero ya estás en otra prepa.
No importa. Puedo pedirle a mi papá que me cambie, recuerda que él me da todo, soy el hijo de uno de los hombres más ricos del estado. ¿Te gusta la idea?
-Me parece genial –celebraba Gregorio.
-Pobre iluso, ni te imaginas la que te espera acá, ¡te irá peor! –declaraba Víctor, al mismo tiempo que reía.
-¡Silencio! –advertía Gregorio al ver que varios maestros se acercaban a callarlos.

En la ceremonia:
-Buenos días, compañeros, maestros y padres de familia: hoy quiero dirigirles a todos estas palabras como miembro de la generación de alumnos 2008-2011 que hoy egresamos. Ha sido un camino muy difícil, donde cada uno pasó del cambio que es estar en primaria a secundaria. En muchos de nosotros vinieron cambios muy notorios: el hecho de tener varios maestros para cada materia, los nuevos amigos y quizás algunos compartiendo sus primeras relaciones de pareja… todo un cambio. Hemos pasado momentos buenos y malos, quizás es aquí donde hemos tenido las mejores y peores experiencias de nuestras vidas.
Hoy que ingresamos a educación Media superior, yo quiero decirle a mis compañeros que le echen ganas y que nunca se dejen vencer, que disfruten esta etapa pues además de las responsabilidades, también hay momentos para pasarla bien, Sobre todo es una fase antes de llegar a lo que será tu futuro. Antes de irnos es justo agradecer, primero que nada, a dios por habernos permitido estar aquí; gracias a mis padres por darme esta oportunidad y la educación, el amor, cariño y apoyo que requerí cuando los necesitaba; a mis maestros, que siempre nos soportaron a pesar de nuestras travesuras y conductas inapropiadas –Rodrigo comenzó a derramar lágrimas de felicidad, y todos le brindaron un fuerte aplauso.
-Sí, ¡cómo no! –Se burlaba Víctor- disfruten de su etapa, no se dejen vencer… ¡Ni te imaginas la que te espera!

Después de unos números artísticos, pasaron un video de los mejores momentos que pasó esta generación durante estos tres años. En una cápsula aparecía Rodrigo escribiendo en su máquina braille, que era antes de que llevara su laptop. En otra, estaba con su mejor amiga Mayra caminando por toda la escuela. Para concluir se dio el último pase de lista, y se dio la entrega de reconocimientos a los mejores alumnos de la generación. Rodrigo obtuvo, junto con su amiga Mayra, el primer lugar con un promedio de 9.9.
Mayra no fue en el mismo salón que Rodrigo, pero eran los mejores amigos. En los recesos siempre se juntaban para pasarlo juntos con los chavos del club, quien estaba conformado por Ángel, Liliana, Elizabeth, Roberto, Pedro y Estefanía. Los 8 pasaban momentos increíbles y todos iban en distintos salones.
Volviendo a estos dos, tenían una amistad verdadera, que superó todos los obstáculos que se le venían para quebrantar este sentimiento. Era una chica de estatura mediana, aproximadamente 1.50 metros; tez morena, ojos azules claros y su cabello de color negro. Chica tierna, sencilla y bondadosa al igual que Rodrigo. Siempre que uno de los dos tenía algún problema en cuestión de estudios o lo que fuera, entre los dos se ayudaban, y lo mejor es que iban juntos en la clase de Computación.
Cuando recogía su reconocimiento, ella pensaba:
“Lo logré, ¡lo logré! Me he graduado con una excelente calificación, gracias Dios mío, y lo mejor de todo, ¡junto a mi mejor amigo!”
-¡Lo logramos, Rodrigo! –celebraba.
-Lo sé, Mayra ¡lo hemos logrado los dos!

Ya para finalizar dieron la canción de las Golondrinas. Se reunieron todos los padres de Rodrigo, Mayra y Sebastián, el mejor amigo de toda la vida de Rodrigo. Éste le dijo:
-Llegó la hora, amigo: nos hemos graduado.
-Sí, pero no te pongas triste. Estaremos en contacto por Internet –tranquilizó a Sebastián, quien estaba a punto de llorar.
-OK, no lloraré, pero prométeme que cuando puedas me irás a ver.
-¡Pero claro que sí! –se dieron un fuerte abrazo.
Doña Martha, madre de Sebastián, tomó la fotografía del recuerdo.
Finalmente todos se fueron. Marifer llevó a su hijo a festejarle el haberse graduado con ese excelente promedio, llevándolo a comer.
-Rodrigo, muchas felicidades. Hoy te has graduado, estoy tan orgullosa de ti.
-Es mi deber, madre. Quería que todos ustedes se sientan siempre muy contentos y orgullosos de mí.
-¿Adónde quieres ir?
-Llévame a comer comida china.
-¡Concedido, mi rey!
En poco tiempo partieron hacia el restaurante. Iban solos, su padre se había ido a trabajar y su hermana se fue con un amigo.

Por la tarde se arreglaron para el gran baile de la noche. Fue una fiesta excepcional: mucha música, comida exquisita, las fotografías de la generación…

Esta histori continuará.