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Redes sociales móviles: una nueva forma de comunicación
Noticia publicada en El correo gallego.es
25.09.2011 Se hace cada vez más necesaria una crítica sobre cómo afectan las redes sociales y la mensajería instantánea de los dispositivos móviles a la interacción social que ponemos en práctica en nuestra vida cotidiana.
Estamos ante un tema que afecta, no sólo a los medios de comunicación, que cada vez más recurren a aplicaciones móviles para reforzar el interés en sus contenidos, también ocurre lo mismo en nuestras relaciones personales, sean formales o informales, lejanas o cercanas.
Las empresas que hay detrás de estos inventos no paran de fortalecer sus destrezas a la hora de conocer la psique humana con el fin de aplicarla a la dinámica de grupos y para crear espacios adaptados a los sectores sociales y profesionales donde cada uno pueda verse reflejado.
La transformación comienza cuando los estudios sociológicos revelan que el 71 por ciento de los jóvenes prefiere enviar mensajes de texto que realizar llamadas telefónicas. Las redes sociales y los SMS emergen como formas alternativas de comunicación con los amigos.
A partir de edades que oscilan entre los 18 y los 26 años, la forma más efectiva para llegar a los jóvenes se encuentra, no en una comunicación personal, sino en una virtual y por escrito, es decir, de manera indirecta y mediante un canal específico.
El verdadero dilema está, según la Escuela de medicina de Case Western en USA, en saber dónde está el límite para llegar a un "desarrollo social normal" que haga de estas herramientas un medio y no un fin en sí mismo, que les haga perder la noción del tiempo y evite un verdadero encuentro con su entorno.
Lo mismo ocurre con los adultos. Un rasgo habitual al encontrarnos sólos o mientras esperamos a alguien es sacar el móvil para realizar una llamada, escribir un SMS, utilizar una red social o mirar el reloj en él. Incluso empieza a ser un comportamiento habitual en una reunión con amigos, que alguno de ellos emplee su dispositivo móvil para colgar alguna fotografía o vídeo en su red social. Incluso se encuentran actitudes más extremas y frustrantes, como cuando te encuentras hablando con otra persona y ésta a su vez está prestando más atención a su móvil, que a su interlocutor.
Actitudes controvertidas. Lo paradójico es que una herramienta que sirve para comunicar a las personas en cualquier momento del día y en cualquier lugar, pueda dar lugar a actitudes tan controvertidas. Hace una década, lo usual era enviar un e-mail o comunicarte vía messenger. Incluso una simple llamada era suficiente para mantener el contacto. Ahora, las redes móviles proliferan con el fin de hacerse un hueco en nuestros dispositivos.
La tendencia general se ha encaminado a la relación con nuestros contactos. Pero su futuro no se estanca ahí, ya que el lifestream o la vida social de nuestros contactos junto con los medios geolocalizados, comienzan a tomar posiciones. Ya no importa qué estás haciendo sino dónde, con quién y el qué.
Pero ¿cómo sería la red social móvil perfecta? Sería aquella que fuese capaz de llegar a una casi total integración de servicios en una sóla plataforma y que a ello se sumase una red social de mensajes de voz así como diversas opciones de comunicación y gestionar grupos de contactos que permita compartir documentos y gestionar eventos en común. Una aplicación para una total sincronización entre el móvil y el servidor web remoto.
Mientras tanto, seguirán ayudándonos a reencontrarnos con aquellas personas que conocemos y de las que perdimos su rastro con el tiempo o compartir conocimientos con compañeros de trabajo y profesionales de nuestro sector. El problema no está en el uso, sino en el abuso. Ni que decir tiene, que el futuro de las redes sociales no está estancado, más bien, acaba de empezar. Sin embargo, las relaciones humanas son cada vez más complejas y difíciles. Es maravilloso recibir un tweet, un e-mail o un mensaje privado en Facebook, pero todavía es mucho mejor entablar una conversación personal donde poder encontrarse cara a cara y percibir que hay alguien ahí sin tener que mirar a una pantalla.
Paradoja de la movilidad. Nuestro Smartphone o móvil inteligente siempre está en nuestro bolsillo y cada vez con más frecuencia en nuestras manos, dejando menos tiempo para la función a la que fueron destinados en sus orígenes: hablar.
Explicitemos la paradoja de la movilidad. Disponemos de unos dispositivos que nos acercan a través de las redes sociales a la vez que nos ayudan a alejarnos de las personas, tanto en los físico como en lo psicológico; el propio nombre del dispositivo lleva implícita la distancia y sin embargo buscamos a través de él la proximidad y la conversación que en persona no somos capaces de ejecutar.
Como tercer elemento junto a los propios dispositivos y la movilidad debemos mencionar la conexión permanente de datos que ha venido a convertirse ya casi en obligación por parte de las operadoras hacia los usuarios. Si hace un par de años para conseguir un buen terminal móvil teníamos que unirnos fraternalmente durante una ingente cantidad de meses a la operadora de turno, ahora además, si te ciegas con las últimas novedades tecnológicas, tu plan de datos ha de ir incluido en el contrato y con él la capacidad de acceso a las herramientas de comunicación instantánea.
Con estos elementos nos vemos en una situación en la que no se ve facilitada la separación entre lo laboral y lo personal; en gran medida porque nuestro dispositivo realiza todas las funciones necesarias en ambos terrenos y si bien muchos de los profesionales españoles durante los últimos 15 años han circulado con dos teléfonos que garantizaban que las barreras estuviesen perfectamente delimitadas, en los 4 últimos años la decisión de utilizar un único dispositivo móvil es la que marca la tendencia.
Así, las redes sociales han logrado entrar en las empresas y nuestros "amigos" acuden y permanecen en las mismas reuniones que nosotros, están en el despacho con nuestros compañeros o cuando visitamos la empresa de un nuevo cliente casi los podríamos presentar desde el Facebook, Twitter o Linked In de turno.
La evolución ha sido silenciosa, sin embargo las costumbres entre los usuarios de tecnologías móviles portátiles se han girado 180º desde que a través de los blogs, alrededor del año 2004, se repasaba todo lo que se había hecho, nótese el pretérito imperfecto, en un período de tiempo a través de un blog personal o diario de bitácora.
De la escritura al habla. Ahora, herramientas de cómo la red social Twitter o como el juego de geolocalización de Foursquare se afanan en que el usuario especifique qué está haciendo en este preciso momento, con quién se encuentra y por supuesto dónde está haciendo qué cosa.
El futuro a corto plazo ya se ha comenzado a gestar de la mano de Blaving, la nueva red social que guarda tremendas similitudes con Twitter, pero que en lugar de exigir la escritura para la publicación se conforma con el habla, recogida a través de un micrófono que graba tu voz para lanzar el mensaje a las ondas de Internet. Todo se hace más fácil para que se comparta información personal y para que, al menos en teoría, se aumente la interacción con otras personas.
Lo último de lo último es trazar los planes también en forma de red social y lo permite la advenediza Foreca.st que de una forma similar a la que lo hace Foursquare te pone en contacto con tus amigos y te permite observar sus planificaciones. De este modo puedes incluso variar tus planes para poder coincidir con ellos y por supuesto hacérselo saber. Toda una actividad de "riesgo" para los que son más celosos de su intimidad y simplemente un paso adelante para los considerados "early adopters".