Texto publicado por José Jahir
El triple filtro de Sócrates: reflexión
Hola queridos amigos! Les traigo una muy peromuy hermosa reflexión, que si la pusiéramos en práctica todos tuviéramos paz. A mí en lo personal me ha encantado, y la he sacado de Internet:
Lo que contamina nuestro cuerpo no es lo que entra por nuestra boca, sino lo que sale de ella"
Me impresiona escuchar la cantidad de conversaciones que giran en torno a criticar a alguien o a quejarse de alguien.
Uno podría excusarse diciendo que todo el mundo lo hace; o que en realidad la gente de la que uno habla mal, merece eso y más.
No estoy de acuerdo.
Es posible que uno se abstenga de hablar mal de los demás.
En todas las tradiciones, hablar mal de los demás es visto como un vicio del cual hay que cuidarse: no sólo hace un daño terrible a los demás, sino a nosotros
mismos, y hace que el mundo sea un peor lugar para vivir.
A los discípulos de Pitágoras se les colocaba la prueba de guardar silencio durante cinco años, a fin de que aprendiesen a escuchar y reflexionar antes
de hablar.
Quizás, si todos nos esforzamos en practicar el silencio prudente cuando se trate de criticar a los demás, el mundo empiece a ser un mejor lugar para vivir.
les invito en esta ocasion a practicar el buen habito de evitar hablar mal de los demás.
Lo miren como lo miren, hablar mal de los demas, no nos puede traer nada bueno.
Por ello les animo a poner en práctica en sus vidas el conocido "Filtro Triple" de Sócrates, que encontrarán a continuación:
Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir.
Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
El primer filtro es la verdad.
¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...
- Bien -dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.
- Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad.
¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, por el contrario...
- Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.
Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad.
¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, la verdad que no.
- Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?
Usa este triple filtro, cada vez que oigas comentarios sobre alguno de tus amigos cercanos y queridos...