Texto publicado por Leandro Benítez
Situaciones históricas de resistencia no violenta. I: "No violencia frente a la opresión económica"
Conocemos más o menos bien la historia de la violencia y las guerras, porque es la que nos enseñaron en la escuela. Nos han explicado que los romanos edificaron un vasto imperio gracias a la fuerza de sus legiones; que por donde pasaba el caballo de Atila nunca más volvía a crecer la hierba. Nos han relatado la derrota de la Armada Invencible, y nos han enseñado a admirar el genio estratégico de Napoleón o Rommel. Por eso la idea de que los pueblos necesitan un ejército nos suena perfectamente natural, y es de la “defensa noviolenta” parece un tanto fuera de lugar, como importado de otra galaxia...
Y sin embargo la noviolencia también tiene su historia. Una historia modesta, quizás balbuceante, y desde luego bastante ignorada, pero sin duda existe. Es la historia de los miles de hombres y mujeres que han luchado a lo largo de la historia por un ideal de justicia frente a la barbarie y dominación del poder. La historia que día a día escriben calladamente los pueblos que no se resignan a ser absorbidos por un sistema depredador y defienden la cultura de sus gentes. Una historia seguramente menos espectacular que la que viene reseñada en los libros de texto, pero en cualquier caso no menos importante.
También hay héroes de la noviolencia, y posiblemente de una talla moral mayor que la de los héroes de la guerra. Se desconoce el número exacto de moros que tuvo que descuartizar Fernando III, el Santo, para figurar en el santoral, pero es seguro que ningún héroe de la noviolencia alcanza esta cifra. Nombres como Gandhi, Luther King etc. disfrutan ya del reconocimiento universal, y nadie pone en duda el valor de sus ejemplos. Pero si quisiéramos escribir la “contrahistoria” de la noviolencia, estos nombres apenas deberían ocupar espacio. Esta historia estaría llena de héroes anónimos, soldados desconocidos del gran monumento nunca erigido en honor de los luchadores por la paz y la justicia con armas pacíficas y justas.
Este dossier se dedica a la constatación de ejemplos actuales de luchas noviolentas en distintos terrenos: la lucha contra la opresión económica, contra el colonialismo, contra las dictaduras, contra invasiones, contra golpes de estado etc. Hemos recogido un muestrario de situaciones en las que la noviolencia ha ocupado un papel principal, dentro siempre de las limitaciones que la han rodeado. La mayor parte de las veces en que los pueblos han optado por la noviolencia como método de lucha se han visto impelidas a ello de forma improvisada en gran medida, con grandes carencias de organización y preparación; aunque ello no significa que su elección fue casual; algo tenían esos pueblos que les condujo a la ación noviolenta frente a los poderes que quisieron imponerles otras formas de pensar o de vivir.
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NOVIOLENCIA FRENTE A LA OPRESIÓN ECONÓMICA
La Marcha de la Sal
Dentro de las campañas “Satygraha” promovidas por Gandhi en contra del Imperio Británico se encuentra el capítulo de la “Marcha de la Sal”. Debido al boicot contra las mercancías inglesas surgió un grave problema de deterioro económico para el Imperio Inglés en India. Una de las soluciones llevadas a cabo por los ingleses fue la de transportar sal en los barcos que empezaban a llegar a la India de vacío, para crear, de este modo, un monopolio sobre este mineral básico para la alimentación, gravando así patéticamente un producto indispensable para los campesinos (tanto para ellos mismos, como para su ganadería).
Este acto de opresión y humillación conduciría a Gandhi a una nueva lucha noviolenta: la “Marcha de la Sal”; lucha que acabaría covirtiéndose en símbolo de liberación nacional para la India.
Partió a pié de Sabarmati, el 12 de marzo de 1930, para llegar doce días después al océano, tras recorrer 300 km. a lo largo de los cuales un pequeño grupo marginal un principio, se fue convirtiendo progresivamente en una interminable procesión de peregrinos en pos de la independencia. A la orilla del mar, Gandhi recogió un puñado de sal marina, no contaminada por los impuestos, y exhortó al pueblo indio a la desobediencia civil frente al delito de fabricar, vender, guardar o transportar sal. Este hecho tuvo amplísima repercusión.
Esta que tambaleo de nuevo al país sacó a la liz hechos violentos y noviolentos entre los cuales cabe destacar por su simbolismo los siguientes:
Entre los numerosos asaltos a almacenes de sal, tenemos el de Gujarat. Gandhi comunicó al virrey con antelación que iban a ser asaltados, y por ello fue detenido. Pero eso no detuvo la acción. Aquel día, cientos de personas se dirigieron inermes contra la policía armada que rodea los almacenes cayendo, fila tras fila, derribados a golpes y arrojados a las zanjas, para ser reemplazados por otras resistentes. su única fuerza residía en su convicción de “resistencia pasiva” frente a la violencia y la represión.
Otro ejemplo de gran significación lo tenemos en Barisal. La muchedumbre enfurecida se revolvió contra la violencia frente a la policía que, atemorizada, se refugió en una escuela, la cual fue cercada e incendiada por las masas. Cuando todo se encaminaba hacia un irreparable holocausto, se acercaron resueltos los satyagrahis (discípulos de Gandhi que practicaban la desobediencia civil con métodos noviolentos) y salvaron a los policías de una cruel muerte aún con riesgo a sus vida, y dejando perpleja a la multitud enfurecida.
La acción de Cesar Chávez
Cesar Chávez era uno de los muchos chicanos que trabajaban en los Estados Unidos. Las sociedades propietarias de viñedos en California utilizaba esta población de origen mexicano, prototipo de proletario desorganizado y superexplotado, como mano de obra barata. Cesar Chávez realizó entre los chicanos un largo trabajo de concienciación y organización que culminó como uno de los más grandes movimientos de resistencia noviolenta.
Chávez convocó una huelga, pidiendo a los obreros agrícolas que se mantuvieran dentro de los principios y métodos de la noviolencia. Los terratenientes pudieron, sin embargo encontrar trabajadores que necesitaban dinero por pura supervivencia, y con estos se aseguraron la cosecha de uva. Entonces se decidió boicotear el comercio de uva mediante piquetes en las entradas de los supermercados de las principales ciudades de los Estados Unidos para explicar al público las razones de la huelga.
Todo el movimiento estuvo inspirado en los métodos de Gandhi y Luther King. Los huelgistas tuvieron que soportar la violencia de los matones y agentes de seguridad de los propietarios y además fueron acusados de perturbar el orden público. El presidente Nixon tomó partido en favor de los propietarios. Sin embargo el envío de cargamentos a Inglaterra fue boicoteado por los descargadores ingleses, que se negaron a desembarcarlos en solidaridad con los obreros chicanos. Tras unas huelga y un boicot que duraron más de cinco años, los propietarios cedieron y firmaron un convenio digno con los obreros agrícolas.
El movimiento no estuvo exento de riegos de ceder a la provocación y usar la violencia; hasta el punto en que Chávez tuvo que ayunar durante veinticinco días para lograr que los obreros, especialmente los más jóvenes, se mantuvieran en la noviolencia.
Chávez declaró que el éxito de la huelga se debió a “la presión” y que era difícil “que los propietarios se convirtieran cuando entre ellos y nosotros hay una cuestión de dinero”. Por otra parte, aseguró haber “tocado el corazón de los propietarios” ya que “su corazón es su cartera”, y el boicot había tocado la cartera de los propietarios.
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Nota de BW: Fuente: http://www.nodo50.org/moc-carabanchel/noviolencia/situaciones_historicas...