Texto publicado por Ma. Guadalupe Hernández Méndez
diario de un ciego 5 (hojas perdidas)
DIARIO DE UN CIEGO 5
(Hojas sueltas)
¿qué crees? Hoy te voy a platicar de un querido amigo. Jajajajaja… ¡lo que le pasó! Es un pollito apenas salido del cascarón y ya anda metido en todo tipo de líos.. ¡si lo conocieras te encantaría!
Pues sucede que era una de sus primeras fiestas con sus compañeros de la prepa y una chica quedó muy formal de pasar por él. Y ahí en el lugar de la cita esperó, esperó y esperó…hasta que una voz lo sacó de su silencio…-hola Luis ¿nos vamos? Mary dice que la disculpes porque tuvo que ir a la casa de su abue a llevar unos refrescos y por eso me pidió que viniera por ti. ¿no te molesta verdad?.
-claro que no yeni, al contrario te lo agradezco mucho.
Así fue que llegó a la fiesta. En seguida lo condujeron a la sala y le pusieron una silla cerca…muy cerca de una bocina. Total que al pasar de las horas el pobre ya no aguantaba los oídos con tanto ruido pero tímido como era él, no decía nada ni hacía nada por cambiarse de lugar. Pasaron algunos minutos mas u ¿horas? No lo sé el caso es que mi amigo cansado de su timidez con dolor de cabeza y frustrado por no poder seguir las conversaciones de los demás. Entonces se llenó de valor y poniéndose de pie dijo:- “bueno hijos de puta ¿Qué creen que no e duelen los oídos con tanto ruido?” –todos soltaron una carcajada y con sus palabras mágicas desde ese momento le pusieron atención y lo atendieron tan bien que no dejaban de pasarle cervezas. Jajajajajaja y ahí tienes ¡que lo emborracharon!. Bueno pues desde ese momento empezó su aventura.
Al dar las doce de la noche les pidieron que se retiraran porque la dueña de la casa (que por cierto no había dado permiso para hacer la fiesta) estaba por llegar y mi amigo tomó una cerveza mas en la mano y eso porque la otra la tenía ocupada en agarrar el hombro del primer compañero que se le atravesó.
En fin que a tropezones y aventones lograron llegar hasta el jardín de la ciudad pero en el sitio se encontraron con otros compañeros y siguió la borrachera…Lo peor era que las horas pasaban para estos jóvenes y ellos no se daban cuenta de lo avanzado que estaba ya la madrugada. Bueno pues que el sol los sorprendió festejando algo, ya no sabían ni que, fue entonces que mi amigo decidió retirarse de la parranda e ir a su casa para dormir un poco pero ¡oh! Que fatalidad, cuando faltaban unas cuadras para llegar a su casa le dieron ganas de orinar y sin pensarlo mas se acercó a una pared para hacer su necesidad pero en ese momento: ¡oiga amigo! ¿Qué cree que va a hacer?, le dijo un policía en tono gruñón -¡ponga las manos en su espalda y contra la pared que lo voy a registrar!
Pero mi poli, si ya estoy registrado y solo quiero orinar.
-como que orinar en la calle y a esta hora del día.
-ay mi poli si aquí huele a baño público y es de noche, yo veo todo oscuro
-no se haga el payaso jovencito o lo voy a remitir a los separos ¿no me diga que no ve el sol y la gente que pasa?
-pues no mi poli yo no veo nada, estoy ciego.
-¿Qué dices? Y que demonios haces en la calle tú solo y borracho.
-solo si, pero borracho ¿yo? No, si me ve medio mareado es por el olorcito del lugar ¿Qué a usted no lo marea?
-déjate de payasadas niño y dime ¿Cuál es tu domicilio?
Y así fue como mi amigo llegó a su casa en una patrulla policiaca ¿Cómo la ves? ¡Suertudo! Pero lo que le pasó en su casa con su mamá mejor ni te lo cuento. (Cuídense amigos la borrachera no combina con la ceguera) fin.
Nota: las malas palabras aquí escritas no son culpa del autor sino del relator. Y cualquier parecido con alguno es pura coincidencia. Dedicado a mi amigo, tú sabes quien…