Texto publicado por Oscarina González Güipe
Los 7 fantasmas
Estaba un hombre sentado en una banca de la plaza donde siempre acostumbraba estar por algún tiempo. El se relajaba viendo los árboles, el sol, el viento, Las palomas en busca de alimento, los vendedores ambulantes vendiendo baratijas, los pájaros haciendo nidos, las criaturas jugando, Las campanas de la iglesia tocando, ancianitos jugando dados o dominó
Súbitamente se vio rodeado por 7 fantasmas de rosto cubierto, y uno de ellos le dijo: -
Somos los moradores de tu futuro. -
Y que vinieron a decirme?
– preguntó él, sintiéndose incómodo. .
De esta forma uno a uno comenzó diciendo:
1º - Yo soy una tormenta: Un día podría llevarme todo lo que posees.
2º - Yo soy el hambre: Un día podría llegar a que usted me conociera, soy uno de los mayores dolores que asolan el mundo.
3º - Yo soy el desempleo: Un día podría visitarlo y usted no sabría cómo sobrevivir.
4°-Yo soy un incendio: Un día podría dejarlo sin techo y sin abrigo.
5º - Yo soy la melancolía: Un día podría llegar y usted perdería la voluntad de vivir.
6º - Yo soy la soledad: Un día podría tocar a su puerta y usted ya no tendría compañías para escucharlo o para conversar.
7º - Yo soy la vejez: Cuando llegue, usted estará vacío, lleno de dolores y sin metas.
De repente, como un torbellino, los 7 hablan al mismo tiempo, atropelladamente.
Comenzó a respirar profundo y a los pocos segundos se fue recomponiendo y como por arte de magia, pudo ver los rostros de los 7 fantasmas.
Sus rostros eran exactamente iguales al de él.
El hombre, antes relajado y tranquilo, comenzó a temblar.
Entonces con decisión les dijo:
*Paren! Ustedes son ladrones de paz!
*Son asaltantes de mentes distraídas!
*Ustedes son YO mismo!
*Son mis pensamientos!
*Ustedes no viven en el futuro!
*Viven en mi cabeza, pero en ella soy YO quien manda!
Y prosiguió:
Aquí aprendí con los árboles que la renovación es posible después de que cayeron sus hojas.
Aquí aprendí con las palomas que siempre habrá más alimento que palomas hambrientas.
Aquí aprendí con los ambulantes que un empleador no siempre es indispensable y que siempre habrá medios para sobrevivir.
Aquí aprendí con los pájaros, que a cada nido derrumbado nuevos nidos pueden ser construidos.
Aquí aprendí con las criaturas que no es necesario ningún esfuerzo para ser feliz y querer vivir.
Aquí aprendí con los sonidos que por más solos que estemos, siempre habrá alguien para oírnos.
Y aquí aprendí con los ancianos que las metas siempre son viables de ser llevadas adelante, aunque sólo sea ganar en una apuesta de dados o en un juego de dominó.
Poco a poco aquellos 7 fantasmas fueron cambiando sus pesadas expresiones y, abriendo suaves sonrisas comenzaron a decir:
1º - Yo soy la Prosperidad.
2º - Yo soy la Fortuna.
3º - Yo soy el Progreso.
4º - Yo soy la seguridad.
5º - Yo soy la Alegría.
6º - Yo soy el Compañerismo.
7º - Yo soy la Certeza de que la Vida es Eterna. .
Sintiendo que había dominado sus propios fantasmas, el hombre salió caminando suave y tranquilamente en dirección al Mañana...