Texto publicado por Rafael Cortabarria Chinchurreta
Diferencias entre 1962 y 2012.
SOLO Cincuenta años de diferencia
Escenario:
Tienes que hacer un viaje en avión.
-Año 1962: Te dan de comer, de beber y los periódicos que quieras. Todo servido por azafatas espectaculares.
-Año 2012: Entras en el avión abrochándote el cinturón de los pantalones que te han hecho quitar para pasar el control, te sientan en una butaca en la que si respiras profundo le metes el codo en el ojo al de al lado y si tienes sed la azafata o el azafato te ofrece una carta con cuatro latas a precio de oro. Si protestas, cuando aterrizas te meten el dedo por el culo para ver si llevas drogas.
Escenario:
Manolo tiene pensado ir al bosque después de clase. Al entrar al colegio le enseña a Pancho una navaja, con la que quiere hacer un tirachinas.
-Año 1962: El subdirector lo ve y le pregunta donde la ha comprado. Le enseña la suya, que es antigua, pero mejor.
-Año 2012: La escuela se cierra. Llaman a la policía, que se lleva a Manolo al reformatorio. Antena 3 y Tele5 presentan los informativos de las 15:00 desde la puerta del colegio.
Escenario:
Disciplina escolar
-Año 1962: Haces una putada en clase. El profesor te mete dos hostias, y, al llegar a tu casa, tu padre te arrea otras dos.
-Año 2012: Haces una putada en clase. El profesor te pide disculpas. Tu padre le monta un pollo al profesor y a ti, para que se te pase el disgusto, te compra una moto.
Escenario:
Fran y Marcos se reparten unos puñetazos después de clase.
-Año 1962: Los compañeros los animan, Marcos gana. Se dan la mano y terminan siendo colegas.
Año 2012: La escuela se cierra. Tele5 proclama el mes antiviolencia escolar. El periódico 20 Minutos dedica cinco columnas al asunto, y Antena 3 aposta (de nuevo) a Matías Prats, en pleno temporal, frente a la puerta del colegio, para presentar el telediario.
Escenario:
Luís, jugando a la pelota, rompe el cristal de un coche en el barrio; su padre saca el cinturón y le pega unos buenos latigazos con él.
-Año 1962: Luís aprende la lección, pide disculpas al propietario del cristal y lo paga de sus ahorros, y tiene más cuidado la próxima vez, crece normalmente, va a la universidad y se convierte en un hombre de negocios con éxito.
-Año 2012: Arrestan al padre de Luís por maltrato a menores. Sin la figura paterna, Luís se une a una banda callejera. Los psicólogos convencen a su hermana de que el padre abusaba de ella, y lo mantienen en la cárcel de por vida. La madre de Luís se enrolla con el psicólogo. Mercedes Milá abre la final de Gran Hermano con un discurso relativo a la noticia.
Escenario:
Juan se cae mientras echaba una carrera y se araña en la rodilla. Su profesora, María, se lo encuentra llorando al borde del camino. María lo abraza para confortarlo.
-Año 1962: Al poco rato, Juan se siente mejor y sigue jugando.
- Año 2012: María es acusada de perversión de menores y se va al paro. Se enfrenta a tres años de cárcel. Juan se pasa cinco años de terapia en terapia. Sus padres demandan al colegio por negligencia y a la profesora por trauma emocional, ganando ambos juicios. María, en paro y endeudada, se suicida tirándose de un edificio. Cuando aterriza, lo hace encima de un coche y también rompe una maceta. El dueño del coche y el dueño de la planta demandan a los herederos de María por destrucción de la propiedad (y ganan). Tele5 y Antena 3 coproducen el telefilm, y, definitivamente, el plató de los informativos queda ya emplazado en medio de la calle.
Escenario:
El fin de las vacaciones.
-Año 1962: Después de chuparse una caravana del copón, con toda la familia metida en un seiscientos, tras un mes de vacaciones en un apartamento cochambroso de la costa, se terminan las vacaciones. Al día siguiente, se trabaja normalmente, y no pasa nada.
-Año 2012: Después de volver en avión de Cancún, de un viaje con todos los gastos pagados, la gente sufre jet-lag, trastornos del sueño, avitaminosis, cefaleas, depresión y amenorrea. Transcurre casi un mes hasta que se centra en su tarea y mientras tanto, durante las horas del café, ha estado contando a los compañeros lo bien que se lo ha pasado.
Conclusión: Nos hemos vuelto todos gilipollas. Fuente: Ignacio Lucini.