Texto publicado por Isabel Blanco
la muerte de un amor.
La muerte de un amor.
Entre mantos de tristeza se desliza un alma enamorada, que en plena aurora de su amor, encuentra su crepúsculo.
La muerte de un amor naciente, suplicio sin descanso, los ojos llenos de lágrimas de un corazón herido de muerte.
Dentro de tanto dolor ai un recuerdo, que sobrevive y que sangrante y casi agonizante, con voz quebrada, levanta su voz a cuello y grita a los cuatro vientos su dolor.
Llanto, oh, llanto!, secarás por fin mis ojos?, dejarás sin voz mi garganta?, tomarás toda mi esperanza?, llanto, oh, llanto!.
Tu que de mi haces tu esclavo, tu que de mi tomas todo, si llanto, a ti te hablo, toma mi dolor hazlo tuyo y a través de mis ojos derrama los ríos de tristeza y desesperanza que ai dentro de mi.
Esperanza, oh, esperanza!, si a ti, esperanza clama mi alma!, clama por tu consuelo, por tu ardor fortalecedor, por ti, esperanza!, oh, esperanza!.
Quita de mi el ahogo, saca de mi la angustia, riégame de consuelo, y a través de mis gemidos de padecimiento remplaza la tristeza de mi corazón, causada por la muerte de un amor.