Texto publicado por Isabel Blanco
Te siento.
Te siento.
En el leve suspiro de mi corazón te siento, en el beso que posaste en mis labios escuché un te quiero.
En el fraguar de los planes de mis memorias guardé tus sueños y en el cantar de una guitarra canté una promesa de amor que se alarga al infinito. Donde en el inerte roce de el lino y el algodón sentí tu abraso, y en la frescura de las aguas tomé la dulzura de tu boca.
Gloriosas carisias de seda y miel embriagaron mi piel en tal noche de amor sin igual.
Tocando con tiernísimas manos de amor lo más profundo de mi corazón, enamorando de tales sentimientos mis ojos, llamando con el fragor de las olas marinas el toque de mi amado.
Ven ha mí,ho, si, ven a mí.
Ven y trae contigo la fuerza recia de la madre tierra, ven y inspira con tu cantar los suaves versos de mi alma, ven y llena de amor los rincones de el dolor, ven y con tu voz ilumina mi oscuridad, ven y con tus manos susurra carisias de pación.
Si, ven amado mío, que mi alma llora por ti si me faltas.
Mas en danzas de alegría te llama mi cuerpo si te ve llegar, para tomar de las cascadas de tus besos los suspiros de añoranza de la mañana.
Ven ha mí amado, que mi corazón se cansa de esperar. Se debilita si no vienes pronto en el desgaste de sueños perdidos y alas rotas.
Ven e instala tu morada en mi alma y has de ella tu hogar de amor: ven, ven ahora que anhelo sentirte.
Cortito, pero con mucho sentimiento.