Texto publicado por Germán Marconi

De lo que estoy leyendo - 1Q84

“ … Aomame, de pronto, una tarde, cayó en la cuenta de por qué tenía sentido seguir viviendo. Uno vive con los ojos puestos en las esperanzas que se le dan, en las esperanzas que uno alberga; las esperanzas son como un combustible. No se puede vivir sin ellas.
Pero eso era como lanzar una moneda al aire. Hasta que la moneda cae, no se sabe si saldrá cara o cruz. Al pensar en ello, se le encogió el corazón. Con tal fuerza que tuvo la impresión de que todos los huesos del cuerpo le crujían, y lanzó un alarido …”

De 1Q84, libro 3,
de Aruki Murakami.