Texto publicado por José Luis Rios
Textos para lectores invidentes en Feria Internacional del Libro
Entre las propuestas gratuitas, figuran 13 títulos en sistema Braille, cinco de ellos, de autores discapacitados visuales, premiados en diferentes eventos
Por vez primera 13 obras impresas en sistema Braille para los lectores invidentes saldrán a la luz en un stand que funcionará del nueve al 19 de febrero próximos, durante la XXI edición de la Feria Internacional del Libro, el mayor evento literario del país.
Karina González Domínguez, funcionaria de Relaciones Públicas de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI), dijo a Radio Habana Cuba, que las propuestas serán gratuitas y cuentan con 200 ejemplares cada uno, cinco de ellos, de autores discapacitados visuales, premiados en diferentes eventos.
Según la Agencia de Información Nacional, entre los textos se incluye Magia del color, de poesía para niños y jóvenes, del escritor José Miguel Ramos, el más premiado entre los participantes en los encuentros literarios de la ANCI.
José Miguel Ramos, quien es director de la revista Faro y el Boletín de la ANCI, señaló que constituye una oportunidad para intercambiar con los lectores ciegos, quienes se sienten por primera vez participantes directos en un evento tan importante como es la Feria Internacional del Libro.
Los lectores no videntes dispondrán también de obras grabadas para equipos MP3, y podrán copiar en formato digital títulos de la biblioteca digital del Centro cultural recreativo de la Asociación.
La interesante propuesta, la auspician la Asociación Nacional del Ciego (ANCI), la organización no gubernamental Handicap Internacional, de Bélgica, y el Ministerio cubano de Trabajo y Seguridad Social.
Surge una organización
Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI) es la primera organización nacional de los ciegos cubanos. Con el triunfo revolucionario de 1959 la población invidente, también experimentaría profundos cambios en su existencia.
En 1975, durante una reunión con representación de varias provincias del país, los invidentes discutieron y analizaron todos los pormenores para dejar constituida su primera organización con un carácter verdaderamente nacional.
Fueron necesarios dos días, el 19 y el 20 de julio, para que aquella asamblea escribiera tan importante página para la historia de los discapacitados visuales cubanos. Ya, a fines de 1978, se constituían las direcciones de la asociación en todas las provincias del archipiélago.
A esto le seguiría un arduo proceso de organización para estructurar también las filiales en todos los municipios del territorio. Fue un proceso largo, pero que daría sus frutos en el afán de marchar dando pasos seguros.
Yuniel Labacena Romero