Texto publicado por Toten Dos punto Cero

8ª edición – Hacete unos mates

Toten publicaciones presenta:

TOTEN Y EL CASTIGO DIVINO DE LAS GALAXIAS EXPLOSIVAS ESTELARES DEL INFIERNO DE LOS PITUFOS MALDITOS

8ª edición – Hacete unos mates

Holaaaaaa!!!!!!!!

Que ricos los mates! Para mí, es todo un vicio, es parte de mi vida. Y cuando digo vicio, lo estoy diciendo muy en serio, es prácticamente una dulce adicción. Aunque se que la mateína no produce hábito al contrario de la cafeína, entre éste, el té y el café, nuestro amigo el “cebado”, es el más sano.Es una compañía incomparable a la hora de tomarse un recreo, de rascarse las bolas, de compartir una charla, de prepararse antes de salir, de ir al parque o a la costanera, de preparar un laxante instantáneo, un diurético infalible, es uno más en el grupo de amigos en el momento de reunirse un rato.
Estuve observando que nosotros, los argentinos y nuestra provincia separada del Uruguay, tomamos mates todo el tiempo, de hecho, creo que es la única bebida que tomaríamos en cualquier parte del mundo, y en cualquier momento del día. No nos importa nada…no nos importa con quien estamos, cuantos somos, si estamos solos, si hace frío, si hace 40 grados centígrados, si son las 4 de la mañana y corremos el riesgo de despertar a alguien preparándolo, si está medio lavado, si tenemos que hacer otras cosas a la vez, si tenemos una cagadera que no podemos cortarla ni con 15 pastillas de carbón, si acabamos de cenar, si terminamos de almorzar, si recién nos tomamos un yogur, nada de nada de nada. De hecho, he visto a un hombre de unos 35 años, que tomaba mates mientras cenaba arroz con atún, no tenemos cura! El mate nos divierte, nos gusta, nos hace sentir acompañados, nos permite descansar o pensar en nuestros asuntos, relajarnos, meternos de lleno en una charla interesante, nos ayuda a concentrarnos, nos permite hacer casi de todo! Y, Además, posee Vitamina C; vitaminas del complejo B y minerales: calcio, potasio y magnesio. Es una parte importantísima de nuestras vidas, pienso que la existencia de muchos de nosotros sería muy diferente si a partir de mañana nos quitaran el placer de saborear unos mates calentitos recién cebados. Ni siquiera nos quejamos con su aumento desproporcionado de su precio!
Que locura, pensar que en el siglo XVI, los curas jesuitas habían prohibido el consumo de la yerba mate porque se decía que esta planta, hacía flojos y holgazanes a los que la bebían, luego se contaba que esta infusión, o la masticación de la hoja, daba mayor resistencia a los aborígenes en las largas caminatas, un par de siglos después, un franchute llamado Bonpland, tuvo prisionero 8 años en el Paraguay, por querer investigar acerca de esta hierba, los mil quilombos para que hoy tomemos del supermercado un paquete de mitad polvo y mitad hojitas de yerba mate.
La gente que no gusta de esta bebida, suele mirársela raro, como diciendo: “¿qué le pasa a este?, este no es argentino, no podés no tomar mate, es lo mas natural del mundo”. Y es así, para muchos de nosotros es así, lo más natural, lo más cotidiano, lo más obvio, pero bueno, tampoco podemos pretender que a todos nos guste esta gratificante bebida, que con solo 45 gramos de su hoja por día, nos aporta las sales minerales y vitaminas necesarias para cubrir las necesidades básicas de una dieta regular. Y vuelvo a lo anterior con todo gusto, el mate es la excusa perfecta para tener una charla con alguien o con varios, no existe una charla llevadera sin mate, y creo que el hecho de que todas las partes tomen del mismo recipiente, o sea que lo comparten, hace que el diálogo sea más reconfortante.
En resumen, es una costumbre hermosa que me gustaría que perdure para siempre, sea solo o acompañado, frío o caliente, en verano o invierno…aaaahhh eso sí, nada de mate amargo, no me vengan con eso, es una porquería, gente de mal gusto, ponele azúcar! Que lo tiró che…