Texto publicado por Leandro Benítez
LA SEÑO CLAUDIA
La señorita Claudia, en una escuela de México, quizás no conocía qué es el "reforzamiento positivo", pero se le ocurrió una idea muy creativa para aumentar los hábitos de lectura de sus alumnos. Hace poco apareció la noticia en la prensa (1)(2): una maestra se corta el pelo cuando sus alumnos le ganan una apuesta, si leían 2500 libros entre todos ellos durante dos meses, la maestra se cortaría el pelo, y perdió. Cabe preguntarse si realmente perdió la apuesta, puesto que con ello consiguió utilizar una forma de reforzamiento un poco extraña, pero habitual entre los niños: "fastidiar al profe".
Hábilmente esta profesora utilizó esas ganas de fastidiar, esas ganas de ganar una apuesta, o esa rivalidad por salirse con la suya, como reforzadores positivos para la conducta de leer libros. Además, ésta fue la segunda ocasión, puesto que ya había realizado dos apuestas anteriores, que también le funcionaron. En esa ocasión, se apostó que se pintaría el pelo de rojo si sus alumnos lograban leer 500 libros entre todos ellos, y luego de morado si leían otros 500 libros más. Lo consiguió. Finalmente, esos alumnos han leido más libros que otros muchos de otros colegios juntos; y cuando lo han hecho han descubierto que les gustaba leer.
Esta estrategia de reforzamiento positivo con alumnos se ha utilizado ya en algunos programas conductuales, por ejemplo, dedicar los minutos finales de la clase a chillar y gritar, o bien jugar al final de la clase a desordenar todas las cosas. También después de realizada una tarea, jugar con niños pequeños o con retraso al juego del "profesor prisionero", donde el profesor se tira a la alfombra y se deja hacer de todo durante unos minutos por esos "indios salvajes".
También se puede considerar las apuestas como un tipo de "contrato conductual". Se dan unas condiciones, unos objetivos a cumplir, y un determinado reforzador si se cumplen esos objetivos. En este caso, la noticia no detalla las condiciones del contrato, es decir, no se sabe qué habrían de hacer los alumnos si perdían ellos la apuesta. Probablemente, la obligación de leer esa misma cantidad de libros.
La combinación de un "contrato conductual" y un tipo de reforzador extraño pero efectivo, muestra un ejemplo realmente creativo para inducir comportamientos lectores en los niños. Desde aquí nuestra felicitación a la seño Claudia.
(1) http://www.terra.com/actualidad/articulo/html/act149940.htm
(2) Diario Reforma, 1-Mayo-2003