Texto publicado por Toten Dos punto Cero
20ª edición - Hola extraño, contame tu vida
En este artículo al igual que en muchos anteriores, se utilizan muchas palabras no recomendables para menores de 15 años, queda en responsabilidad de cada uno leerlo o no.
Toten publicaciones presenta:
TOTEN Y EL CASTIGO DIVINO DE LAS GALAXIAS EXPLOSIVAS ESTELARES DEL INFIERNO DE LOS PITUFOS MALDITOS
20ª edición – Hola extraño, contame tu vida
Holaaaaaa!!!!!!!!
En este artículo, quería hacer presente una idea que considero muy real, que no creo que muchos se hayan detenido a pensar. Muchas veces en nuestras vidas, nos ha tocado cruzarnos con gente extraña, o que conocemos muy poco, y se ha distendido una charla muy profunda y amena.
Nos sucede algunas oportunidades, que nos hallamos sentados en el portal de una casa, en una pequeña reunión apartados del resto, chateando, etc, y de repente, de la nada, le estamos describiendo al que tenemos al lado lo desafortunado que somos, todas nuestras miserias, lo infelices que somos, el día que conocimos en persona a Silvita, y nuestros secretos más ocultos. El tema aquí es: ¿por qué hacemos esto?
Nuestras miserias y secretos oscuros nos avergüenzan, nos dan calor, el hecho de que nuestro interlocutor es un extraño, nos brinda una confianza y valor que no tendríamos con alguien que conocemos y estimamos. Uno se plantea: “De última este flaco que no sé ni el nombre, no me conoce, no sabe donde vivo ni nada…”, entonces largamos el rollo y arrancamos: “Cuando era pibe, yo era fanático de Silvita, hasta tenía un póster, a los 18 años, como no encontraba donde meterla, me ensarté un traba, le pegaba a mi vieja, miraba Chiquitittas, rompía los tachos de basura y los teléfonos públicos, a mi primo le gustaba mi mejor amigo y yo le daba fotos en bolas de él, nunca entendía los chistes y me reía igual, me masturbaba pensando en Andrea del Boca, le robaba figuritas a mis compañeros de la primaria, me estoy garchando a la novia de un amigo, a mi amigo también, me pongo mermelada en la puntita para que el perro me lama, me gusta bailar como Ricky Martin, Seattle quedaba en Inglaterra, me excito tocándome mis tetas, ayudé en el guión de muchos capítulos de Los Simuladores…quedándome callado, mi esposa me mete los cuernos con un cuadriplégico, me prendí fuego un buzo con un pucho, enmarqué el póster, la palabra "baby" la escribía "beibe", robaba autos, violo ancianas, practico la necropedofilia, me como el polvito de flan sin prepararlo, pensaba que las bermudas eran un tipo de remeras, etc
Y ahí es donde llega el alivio, el peso de tantas vergüenzas y pelotudeses que hemos hecho disminuye en nuestro interior, porque ahora, otra persona también lo sabe y carga con parte de la cuestión; y lo mejor de todo, no sabe ni cómo me llamo! En ese momento nos damos cuenta por qué nos atrevimos a contar algo tan horrible, tan oscuro, que el propio Guido Suller se avergonzaría...delegamos responsabilidad, complicidad, amarillismo, chusmerío, basura. A mi en lo personal, mucha gente que no supe su nombre o que lo olvidé al rato, me ha contado cosas que me apabullaron, me dieron lástima o sentimientos parecidos a la pena, y es así, casi todos, cargamos con pesos y culpas ocultas que ansiamos repartirla, pero no a cualquiera, sino al "más" cualquiera de todos.
¡adióos!