Texto publicado por Eli
Crónica de mi viaje
Hola hola amigos.
En el encuentro que tuvimos en un primer momento Gory, Jose Ignacio e Iván al que mas tarde se sumó Mary Carmen José Ignacio me dijo: Entonces si que vas a tener para contar a tu regreso. Y creo que algo tengo para contar.
Seguramente no será algo inédito, no será algo que nadie haya vivido pero para mi sí fue inédito y nadie lo vivió como yo porque sencillamente no sabían lo que representaba para mi.
Desde hace un década o un poco mas no se como no se porqué nació en mi una pasión muy fuerte por España. Repito. Jamás supe por qué. Jamás supe para que. Solo se, que fue y es un amor. Un amor que no se termina: No se terminó cuando para mi era algo irrealizable y no se termina hoy que ya lo disfruté.
El año pasado en algún feliz momento se me dio vuelta la cabeza y saqué pasaje de avión Buenos Aires- Madrid. Fue el 3 de octubre. Ese día estaba en mi casa porque al otro día tenía un examen, así que había ido temprano a casa a estudiar y antes de empezar a estudiar hice la compra. Que felicidad!
La fecha de partida era el sábado 26 de enero de 2013 y el regreso el sábado 16 de febrero del mismo año(para mi pena).
Hacer un viaje tan largo en tiempo y espacio me parecía poco para solo detenerme en España así que me aventuré a pensar otros países.
Hablé con un amigo en Suiza y me dijo que me recibía. Hablé con amigos en España y me dijeron que me recibían. Sabía que a París quería ir pero 3 países me parecía poco.
Pensé en Roma, pero no me convencía así que lo dejé en pausa. Empecé a buscar destino en Alemania y Berlín me interesó, pero algunos amigos me decían cosas de Roma que hoy puedo decir, no se equivocaron.
Al mes de tener los pasajes de ida y vuelta compré algunos vuelos internos y finalmente el viaje quedó armado así: De Buenos a Madrid, de Madrid a Roma, de Roma a Ginebra, de Ginebra a París, de París a Santander, de Santander a Sevilla, de Sevilla a Cádiz, de Cádiz a Murcia, de Murcia a Granada, de Granada volver a Murcia y de Murcia ir a Madrid, de Madrid ir un día a Toledo, regresar porque el último vuelo sería, de Madrid a Buenos Aires.
La semana anterior a mi viaje mi vida laboral fue extenuante. Hacer en una semana el trabajo de un mes! La semana que vivía y las otras 3 en las que estaría ausente. ¿Que me dicen?! Jeje, pero gracias a Dios pude dejar todo bastante prolijo, así que me fui pensando en si me quedaban cosas pendientes pero tranquila porque sabía que si eso ocurría me tendrían igual a disposición desde donde sea que me encontrase.
Soy la menor de 3 hijas mujeres. Soltera, sin hijos, soy la eterna nena de papá así que le costó mucho a mi papá aceptar mi viaje y mas justamente porque es mi padre y me conoce y sabe que así como lo amo a el, amo el país al que estaba a punto de partir.
La despedida con mis padres fue sentimental! Los 2 llorando o podría decir, los 3! Yo por verlos así a ellos, ellos por no comprender que ese viaje significaba para mi algo maravilloso.
Cuando el avión despegó no entendía lo que estaba haciendo! No entendía que al otro día amanecería en el país de mis sueños.
Durante el viaje ocurrió todo lo contrario a lo que yo pensaba: Dormí muy poco! La realidad es que en mi interior algo palpitaba y me ponía de sobre aviso que algo hermoso estaba pronto a ocurrir!
Cuando el avión aterrizó en Madrid entendí que había llegado a España pero cuando en la aduana me sellaron el pasaporte realmente me di cuenta de lo que había ocurrido. Me emocioné. No por mucho tiempo, porque debía recoger valija e ir al encuentro de mi rescatista!
Por la tarde paseando por Madrid no podía parar de saltar y de decir que todo era lindo y que estaba feliz.
El mismo día que llegué a Madrid me fui a Roma. En Roma me sentí inmersa en la historia. Caminé mucho. Las calles (mal) empedradas me producían un dolor impresionante en mi tobillo izquierdo y aunque quedaba poco elegante, rengueaba bastante! Pero que da?! Si la sonrisa que llevaba encima despistaba mi rengueo!
Me crucé con muchas plazas. Caminaba por calles con 2 carriles: Uno con autos estacionados y otro libre, para que circulen. Mucho monumento, edificios muy trabajados, extremadamente bien mantenidos, gente un poco gritona. Ahí empecé a cruzarme con contingentes de japoneses de mas de 40 personas. Eso ocurrió hasta el último día!!! Ese día fui a la Fontana, llovía, así que estar unos pocos minutos y buscar un sitio para comer. Una buena pasta con mucho queso. Rico menú.
De Roma fui a Nápoles y me crucé a la Isla de Capri. Que les puedo decir amigos? Eso fue un real paraíso. Arenas blancas, agua turquesa, gente amable, olor a mar, labios salados, cielo celeste, mar crugiente y nuevamente, sonrisa gigante.
Soy de las personas que disfrutan el mar en verano, en primavera y también en otoño y en invierno.
En Nápoles me comí una pizza en "La pizzería de Michelle", es la pizzería donde Julia Robert rodó unas escenas de la película "Comer, amar, rezar". Eso es dato menor, el dato mayor es lo rica que era la pizza!!!
Al otro día en Roma visitar al Coliseo, volver a la Fontana de Trevi para tirar la monedita y a recorrer un poquito mas Roma porque la hora de la partida se acercaba.
Llegar a Suiza fue un shock. Creí haber llegado a otro mundo, pero que yo no me quería ir de la tierra!! Que yo quería ir a Suiza! Jeje.
En Suiza todo era demasiado correcto, gente muy educada, demasiado civilizado para lo que somos los americanos. Pero era un placer y un gusto impresionante.
Hablaba con mi amigo suizo y le decía que me sorprendía el buen estado de los autos. Justamente días antes había hecho la apreciación contraria en Buenos Aires. Hablando con mi papá decíamos que los autos están todos con algo, un choque, un raspón, pero todos con algo y decíamos con mi padre que era fruto del espíritu inquieto de la gente. Volviendo a Lausanne, Suiza, le decía a mi amigo que Suiza me inspiraba paz. Mucha paz en el paisaje, en la gente. No vi violencia como tampoco vi gente sonreír. Me comentaba que hay un alto índice de suicidio y que la gente no es feliz.
Vi predios, donde había muchas casitas pequeñas que adelante tenían unos metros de tierra. Eran casitas que las alquila la gente del lugar para los fines de semana dedicarse a cultivar y trabajar la tierra.
En Laussane, donde estuve, visité el Museo Olímpico, el Comité Olimpico Internacional, una montaña que tenía un lago y el 75% del lago estaba congelado. Allí había un mirador hecho con madera y desde ahí se veía toda la ciudad y las montañas que rodean ese Cantón(como le llaman a las provincias).
Visitamos una montaña nevada, con pista de sky, que tiene un restaurant que gira 360 grados y almorzamos ahí.
Me decía que lo que hace diferente a los suizos es la suma de las pequeñas acciones. Está bien, verdad?!.
De Suiza me fui a París fue el destino que me sorprendió.
No esperaba que París me emocione, no se por qué, pero no lo esperaba.
Subí la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo y Notre Dame. Visité el Sagrado Corazón, Montmatre, Luvre, D'Orsay, Invalides (y ahí está la tumba de Napoleón), pasé por Plaza de la Concordia. Fui a la Magdalenae, fui al portal donde nació Edith Piaf y di el paseo obligado por el Sena. (Seguro me olvido de muchas otras cosas).
Creo que fue el único lugar en el que lamenté haber viajado sola, pero ese lamento solo duró un momento.
Me fui de París sabiendo que tendré que volver. Porque lo deseo, porque lo merece. Porque se siente mucho, se vive mucho; pero saber que me iba de un lugar de emociones a otro de pasión ha sido un buen cambio.
A partir de ahí comenzó el viaje por España, como le decía a algunos amigos en mis correos: Estoy en mi tierra.
Las personas que me conocieron saben al escucharme respirar que de española no tengo nada, pero eso es porque el alma no hace ruido, porque si lo escucharían o si fuera visible se vería allí que llevo esculpido hasta los huesos mi pertenencia a una tierra que no es la mía.
Sevilla conmovió mi corazón. Me sentí libre y feliz. Cádiz me mostró un español profundamente alegre.
Mis hospedadores me contaban del alto indice de desocupación laboral pero sin embargo, justo llegué para Carnaval y Cádiz era fiesta. Era fiesta total!
Murcia me ha gustado mucho. Tuve la buena fortuna de recorrerla con una guía de turismo, así que fue genial. Saber donde estaba, que había pasado. Saber detalles. Fue bello y grato.
Granada creo que me volvió a emocionar. El Mirador de San Nicolás me emocionó. Había justo un grupo de chicos cantando, haciendo palmas y creo que con guitarra y el lugar tenía un encanto especial. Además, me encontraba ahí con Gory, José Ignacio e Iván. Vaya grupete!!
La Alhambra! Puf! La Alhambra! Otro capítulo! Jeje. Muchos jardines, muchas fuentes, mucha cultura árabe. Fue muuuy lindo!
La curiosidad es que con tanta fuente y tanta curiosidad humana, había un chico, que sería tal vez alemán o no se, era rubio, de ojos claros, que estaba mojado del pecho para abajo, evidentemente, cayó en alguna fuente! Jeje.
En Toledo me di un paseo por la historia en un día radiante y hermoso. Mucho caminar, mucho hablar, mucho mirar, sonreír y disfrutar.
En un momento fuimos a una plaza a "descansar" y llegamos a la par de 2 hombres que tuvieron la amabilidad de musicalizar nuestra tarde frente un bello paisaje que era de montañas verdes.
También hubo tiempo de sacar lo bajo de mi en un estadio ya que fuimos a ver un partido y finalmente disfrutar mis últimos 2 días de viaje en Madrid, recorriendo, conociendo, sonriendo(eso siempre), vibrando, disfrutando.
El sábado a horas de salir me miraba y decía que la misma felicidad que tenía al llegar tenía al partir. Y es así.
Obvio que fue mas difícil el regreso, pero aunque el alma estaba muy caliente correspondía enfriar el corazón, solo hasta salir, porque el corazón volvió a arder luego del adiós.
En Plaza Mayor me compré una remera blanca que dice "I ♥ Madrid" y siiii! Que yo AMO MADRID! Eso está mas que claro!!
Llegar a Buenos Aires no fue fácil para el alma. Esa alma española de la que hablaba antes. De pronto veo que la realidad de mi vida es bastante diferente a la realidad que desea mi alma, pero ella sabe que regresará. La rutina está de nuevo conmigo y yo con ella, y mi alma está reacia a aceptarla; pero la entiendo.
Ha sido un viaje largo, en el tiempo y en el espacio. Un viaje de profundas emociones. Un camino que me tocó recorrer un poco sola y un poco acompañada. Sola estando acompañada, acompañada estando sola, solo estando sola, acompañada estando en compañía.
Fue un viaje de gran alegría. Todos dicen que las fotos que fui enviándoles a lo largo del viaje representaban claramente mi estado de felicidad, y yo les creo, porque ha sido un viaje feliz digno de vivificar hasta el último día.
Abrazos!
Eli, la argentina española o española que nació en Argentina.