Texto publicado por Toten Dos punto Cero
34ª edición - La innecesaria necesidad de creer
34º edición – La innecesaria necesidad de creer
Holaaaaaa!!!!!!!!
Charlando con un amigo hace mucho, llegué a una conclusión muy apresurada pero interesante, de la cual uno puede tomar varias ideas o dejar de leer mis artículos. El pequeño debate tenía que ver con el mal y buen uso de la razón, el hombre, tan inteligente, tan capaz, atlético, estudioso, con tiempo de sobra para pensar y analizar las cosas; está haciendo mierda todo lo que encuentra y va a terminar por destruir este precioso planeta. Yo planteaba, si una persona usara la razón de un buen modo actuaría así: “Necesito un hogar porque el invierno me va a engranpar de dorapa, bueno, me construyo una casa a base de elementos de la naturaleza que ya estén muertos y no destruiré nada que no sea básico para mi subsistencia” sino, si usase la razón de un mal modo, diría: “A ver, veamos, cuanta guita saco si mando un edificio acá de 845 pisos, bueno obstruiría al sol y se juntarían tantos automóviles y luces que la contaminación sonora y lumínica sería muy zarpada…que se le va a hacer, necesito plata para quitarme el tatuaje de Silvita, vamos con el inmueble…”
Aquí puse en mesa las cartas que dan paso a la desgracia que hoy vivimos los citadinos, miles de enormes construcciones con decenas de miles de departamentos, todos pegados, con gente que se choca al cruzarse y por otro lado, muchísimas hectáreas vacías, o vendidas a extranjeros, que se desperdician a nivel habitabilidad.
Luego la conversación, mediante un mate-listo y unas galletitas del día anterior, llegó a que me quedase callado y mi interlocutor feliz, y mi pensativo cerebro consiguió alcanzar estas preguntas: ¿Por qué el ser humano es tan problemático? ¿por qué se autoboycotea? ¿qué lo lleva a actuar tan equivocadamente? ¿por qué nos dimos el lujo de darle lugar a Silvita en nuestras vidas? Y cuando la persona que me acompañaba intentaba huir silenciosamente, caí en la cuenta de algo muy interesante, algo que podría abrir caminos nuevos para la solución de ciertas incógnitas generales, para aplacar la estupidez de la “depresión existencial”; ya mi compañero de noche llegaba a la esquina mientras yo me cuestionaba esto: ¿por qué necesitamos creer en algo superior? ¿por qué el poder nos corrompe? ¿por qué buscamos poder? ¿por qué le tenemos que dar una explicación a todo y no sencillamente disfrutarlo, admirarlo o temerle? ¿por qué nos cuestionamos cosas que están más allá de nuestro alcance?
El otro en la parada del bondi, y yo sentado en el piso, en silencio, con una cara de boludo impresionante: “Si no nos importara saber de donde venimos, por qué estamos acá, hacia donde vamos, que hay después de la muerte, si hay uno o 4835 dioses, seríamos todos mucho más felices, estaríamos más tranquilos, nos concentraríamos en disfrutar esta hermosa vida que nos fue dada, sin prejuicios, sin cuestionamientos que no llevan a nada, sabiendo que todo lo malo que nos suceda, es para aprender de los errores y para valorar mejor las cosas buenas y lindas. Creo que me estoy cagando, bueno voy al baño, ahora le digo a…ehh!!!! ¿a dónde se fue???”
Sentado en el inodoro, seguiía con mi pensamiento: “Yo creo en Dios, no lo niego, pero no me ando preocupando tanto si tengo que alabarlo, darle ofrendas, agradecer lo bueno que me sucede; solamente le hablo cuando quiero hacerlo y porque así lo siento. Trato siempre de ver el vaso medio lleno, a lo aburrido le pongo una cuota de divertido, uhhhhhh, me parece que me quedo a vivir en el baño, me divierto si estoy solo o si toy acompañado, hablando de acompañado, ¿dónde estará este boludo?”
Al término de transpirar tanto y tirar la cadena, volví a la calle a ver si mi amigo había vuelto, cuando abajo llegué, el viento me sopló que él ya se había ido a la mierda, así que me senté de nuevo, miré el mate-listo y ´dije: “Si me tomo esto frío como está, la próxima vez no voy a tardar tanto en el baño, tardar, tiempo, otra cosa que nos preocupa, el tiempo, siempre mirando el reloj, apurados, el minuto a minuto, que llegamos tarde, que se va el bondi, las vacaciones hay que manejarlas sin reloj, excepto el último día para ver a que hora se va nuestro micro…upa, ahí vuelve este chabón, menos mal que no se fue”
“Che Toten, volví porque me olvidé llevarme el libro que te presté”
“Uh si, ahí te lo doy, no sabes, te cuento todo lo que pensé desde que te fuiste hasta recién, resulta que me puse a analizar, ¿por qué el hombre es tan problemático, y entonces…”