Texto publicado por Germán Marconi

De lo que leo: Algo sobre mi madre, de Gabriela Acher - Humor.

"Además yo seguía tratando infructuosamente de hacerla reír:
Un niño dormido te resuelve dos problemas: no habla, y sabés dónde está.

Pero ella no se rió ni un poquito.

¿La verdad? continuó angustiada . Si hubiera justicia en este mundo tendría que existir un monumento a la madre soltera. Criar hijos sola es una tarea titánica. Y encima me tengo que bancar que su terapeuta me diga que no sabe si el problema de este chico es la falta de padre o el exceso de madre.

La pobre estaba sobrepasada con razón, y yo no sabía qué decir para consolarla, aunque seguí intentándolo.

- Bueno, si te consuela en algo, te cuento que la razón por la que quise ser actriz fue para hacer de madre y que me pagaran por eso. Es muy injusto.

Por ahí ya es hora de que te busques un novio.

¡No me hablés! Que el otro día me quiso levantar un chico que no tendría más de veinte. Le pregunté dónde estaba cuando se murió John Lennon. Estaba en líquido amniótico. Así que le dije: ”Mirá, pendejo, tengo tres hijos, si me mirás tiernamente, a lo sumo te doy una galletita”.

¿Y cómo andan tus hermanas?

¡Mi hermana del medio tuvo una suerte!

¿Ah, sí?

Se casó con un millonario, se fue a vivir a Estados Unidos y otra mujer tuvo su hijo... ¡la odio!

¿Y la más chica?

Ella tuvo más suerte todavía porque no tiene hijos.

Pero está casada ya hace rato... ¿no puede tenerlos o se cuida?

Practica control de la natalidad con los míos.

¿Cómo es eso?

Juega con ellos por diez minutos y sale dispuesta a donar sus órganos reproductores para la ciencia.

¡No digas eso! ¡No seas hereje!... ¿Y cómo está el resto de tus hermanos?

Bien pero cuando pienso que mi madre tuvo el coraje de tener ocho hijos... para ella el control de la natalidad era poder llegar a la sala de partos.

Es verdad que a las mujeres de hoy en día la maternidad se nos hace más difícil, pero no siempre fue así. De hecho, algunas civilizaciones antiguas adoraban a las mujeres embarazadas.

Sí asintió con ironía , y también a las vacas.

Lo cierto es que ninguno de mis esfuerzos logró hacerla sentir mejor, así que me empecé a despedir de Carmen, cuando escuché que la llamaba por teléfono una de sus jóvenes alumnas (es profesora de canto).

Era evidente que la chica la consultaba acerca de sus problemas sexuales, porque la respuesta de Carmen no dejó lugar a dudas:

Tenés que tener mucho cuidado con el sexo ahora. Mirá que es más peligroso de lo que creés. Podés agarrarte algo terminal... ¡Como un hijo!

De “Algo sobre mi madre”, de Gabriela Acher.