Texto publicado por Mari Carmen López

¿Apetece un chicle de 5000 años?

¿Apetece un chicle... de 5.000 años?
Una arqueóloga escocesa acaba de descubrir en el noroeste de Finlandia un chicle de hace 5000 años.
Sarah Pickin, de 23 años, estaba participando como voluntaria en una excavación cuando dio con una sustancia muy pequeña que tenía la forma de un chicle con marcas de dientes incluidas. "Yo había leído sobre chicles en épocas ancestrales, por eso fue lo primero que pensé cuando vi esa sustancia", dijo a la prensa Pickin.
Esa "sustancia" era resina de corteza de abedul del neolítico, entre el 4000 y el 2500 antes de Cristo. En esta época remota, la resina de corteza se utilizaba como antiséptico para las infecciones de las encías, según los expertos.
Lo sorprendente del hallazgo es que el chicle que encontró Pickin conserva la marca de los dientes de su "usuario", dijo su tutor de la Universidad de Derby, Trevor Brown.
La farmacia del neolítico
El producto tenía su preparación y fórmula, ancestral precursora de la industria farmacéutica.
Se ponía a hervir la corteza de abedul para hacerla sólida. Luego se la volvía a hervir para ablandarla y convertirla en esa sustancia gomosa que define al chicle.
Nuestros antepasados no tenían pasta dentífrica, higiene bucal o dentistas, de modo que recurrían a este chicle para aliviarse los dolores, pero además usaban la goma para pegar jarrones rotos y arreglar las flechas que usaban en la caza.
Y no sólo eso. Según algunos arqueólogos teníamos chicles hace unos 9 mil años, mucho antes de la cultura mesopotámica y los faraones egipcios. Ejemplares de ese chicle prehistórico se encontraron en Alemania, Escandinavia y otros lugares del norte de Europa
De modo que, con una historia tan ilustre, con semejante prosapia, no me vengan a decir que el chicle lo inventó el estadounidense William Wrigley Junior en el siglo XX.
Fuente: BBC. Aportado por Francisco Costantini