Texto publicado por Oscarina González Güipe
LA MALETA DE UN HOMBRE MUERTO
Un hombre murió. Al darse cuenta, vio que se acercaba Dios y que llevaba una maleta consigo. Y Dios le dijo:
- Hijo, es hora de irnos.
El hombre asombrado preguntó:
- ¿ya? ¿tan pronto? Tenía muchos planes…
- Lo siento, pero es el momento de tu partida.
- ¿qué traes en la maleta?- preguntó el hombre.
Y Dios le respondió:
-Tus pertenencias…
-¿mis pertenencias?¿traes mis cosas, mi ropa, mi dinero?
Dios le respondió:
-Eso nunca te perteneció, eran de la tierra.
-¿Traes mis recuerdos?
-Esos nunca te pertenecieron, eran del tiempo.
-Traes mis talentos?
- Esos nunca te pertenecieron, eran de las circunstancias.
-¿Traes a mis amigos, a mis familiares?
-Lo siento, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino.
-¿Traes a mi mujer y a mis hijos?
- Ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón.
-¿Traes mi cuerpo?
-Nunca te perteneció, ese era del polvo.
-Entonces, ¿Traes mi alma?
-No, esa es mía.
Entonces, el hombre lleno de miedo, le arrebató a Dios la maleta y al abrirla, se dio cuenta, que estaba vacía. Con una lágrima de desamparo brotando de
sus ojos, el hombre dijo:
-¿Nunca tuve nada?
-Así es, cada uno de los momentos que viviste, fueron sólo tuyos. La vida es sólo un momento. Un momento sólo tuyo. Por eso, mientras estés a tiempo, disfrútalo
en su totalidad. Que nada de lo que creas que te pertenece, te detenga. Vive el ahora, vive tu vida y no te olvides de ser feliz, es lo único que realmente
vale la pena. Las cosas materiales y todo lo demás por lo que luchaste, se quedan aquí. Valora a quienes te valoran, no pierdas el tiempo con alguien que
no tiene tiempo para ti.
Autor Anónimo!